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Conoce las razones por las que tus articulaciones pueden estar rígidas

Con el paso de los años, muchas personas sienten rigidez en algunas de las articulaciones de diferentes partes de su cuerpo. Sin embargo, ese no es un tema que afecte sólo al adulto mayor, pues la rigidez en las articulaciones se puede presentar debido a afecciones médicas o al estilo de vida que lleve la persona.

En los casos en los que se trata de alguna enfermedad, es importante que la persona cuente con una guía profesional y con un tratamiento que le ayude a aliviar sus síntomas. En otros casos, tratar las articulaciones rígidas es posible en casa.

Es más común que la sensación de rigidez se presente luego de períodos de descanso prolongados o apenas despiertan en la mañana. Para algunos la situación desaparece rápidamente al emplear sus articulaciones en algún tipo de movimiento, mientras que para otros, la rigidez es permanente e incómoda, incluso por horas.

En casos en los que se presenta un deterioro grave, la rigidez puede afectar la movilidad e incluso la independencia de las personas. Algunos factores que pueden ocasionar la rigidez en las articulaciones son:

  • Obesidad y sobrepeso
  • Lupus
  • Bursitis 
  • Dieta
  • Artritis 

Factores que generan dolor articular

Aunque la edad puede ser una causa muy común para generar dolor en las articulaciones, la mayoría de las personas experimentan rigidez en algún momento de su vida, lo que podría ser común, comprendiendo que, se emplean durante toda nuestra vida para realizar las actividades del diario vivir. 

Cuando la edad es la razón principal de la rigidez en las articulaciones, cualquier zona del cuerpo puede verse afectada por diferentes condiciones como las que mencionamos a continuación:

Bursitis

Se presenta cuando se inflaman pequeños sacos llenos de líquidos en las articulaciones que se conocen como “bursa”, haciendo que aparezcan síntomas como inflamación, dolor y rigidez.

La bursitis puede presentarse casi en cualquier articulación pero es más común en las articulaciones grandes como: los hombros, las caderas, las rodillas, los tobillos, los codos y en el dedo gordo del pie.

Dejando en reposo la articulación, la bursa se recupera, ayudando así a mejorar la sintomatología y haciendo que la rigidez desaparezca.

Se recomienda a la persona afectada, reducir el número de actividades que realiza con la articulación y descansar por un periodo de tiempo largo.

Osteoartritis

La osteoartritis es un tipo de artritis degenerativa y se calcula que casi 27 millones personas en Estados Unidos tienen este diagnóstico. Éste tipo de artritis es más común en personas mayores de 65 años y se presenta debido al desgaste en la articulación.

La osteoartritis suele afectar a zonas como: los dedos, las caderas, las rodillas, la espalda y el cuello.

Se caracteriza por ser una condición evolutiva con presentación de signos y síntomas como hinchazón y dolor con el movimiento.

Aunque existen muchas alternativas de tratamiento que buscan aliviar y reducir la hinchazón de las articulaciones, en algunos casos extremos, las personas podrían necesitar cirugía.

Artritis reumatoide

Éste tipo de artritis es otro de los más comunes y se calcula que afecta a alrededor de 1.5 millones de personas en Estados Unidos.

A diferencia de la osteoartritis, este tipo de artritis suele aparecer en adultos más jóvenes de entre los 30 y 60 años.

Se considera una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca por error las articulaciones sanas. Las personas con esta condición experimentan dolor e hinchazón a medida que el cuerpo ataca las articulaciones.

Aunque no tiene cura, si existen tratamientos efectivos que se centran en retrasar la progresión de la enfermedad.

Lupus

El lupus también es considerado una condición autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca por error los tejidos sanos como los músculos y las articulaciones.

Suele generar signos y síntomas como hinchazón y dolor.

Esta condición suele ser difícil de diagnosticar debido a la similitud en sus síntomas con otras afecciones médicas que hacen que se retrase su diagnóstico. Aunque no tiene cura, en la actualidad existen tratamientos que ayudan a controlar los síntomas, siendo muy efectivos para ayudar a las personas a tener alivio.

Gota

Esta enfermedad es un tipo de artritis de aparición repentina, que tiende a afectar con más frecuencia a hombres y a mujeres.

La gota se desarrolla rápidamente y sus síntomas a veces se presentan durante la noche, especialmente, en el dedo gordo del pie generando dolor intenso, sensibilidad intensa, articulaciones rígidas, hinchazón y aumento de calor en la zona.

Esta condición se caracteriza por presentar los síntomas durante un periodo y luego desaparecer, por lo que, el paciente puede presentar recaídas intermitentes a lo largo de su vida.

Lo que se busca con los tratamientos es disminuir los niveles de ácido úrico en la sangre para aliviar la gravedad de los síntomas.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Aunque es común que en alguna etapa de la vida sientas un poco de rigidez, luego de  permanecer por períodos prolongados en una misma posición, no es común que la rigidez aparezca repentinamente y no se vaya con el transcurso de los días. En este caso, se recomienda buscar una evaluación de un profesional y determinar cuál es la causa. 

Ante la presencia de otros síntomas como lo que mencionamos a continuación, también es importante que consultes con el especialista:

  • Hinchazón rápida
  • Dolor intenso
  • Deformidad en las articulaciones
  • Enrojecimiento en las zonas de las articulaciones que se sienten calientes al tacto
  • Pérdida de movilidad articular

¿Qué remedios caseros pueden funcionar?

Aunque algunas actividades y hábitos que realizamos en casa pueden ayudar a disminuir el malestar y los síntomas de diversas condiciones, es importante que se consulte con el médico para iniciar un tratamiento cuanto antes y para conocer la causa exacta de esta sintomatología.

Entre los remedios caseros que tu profesional podría indicar se encuentran:

  • Uso de compresas calientes o frías.
  • Hábitos de vida que busquen perder el exceso de peso.
  • Realizar alguna práctica deportiva para favorecer el movimiento de las articulaciones.
  • Seguir una dieta balanceada consumiendo algunos productos antiinflamatorios como la piña y la cúrcuma.
  • Tomar suplementos, aceite de pescado y sulfato de glucosamina.

Antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento es recomendable que se conozca la causa que está generando los síntomas y que se trate lo más temprano posible para prevenir mayores complicaciones o un mayor deterioro articular.

Fuente Medical News

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