“Tu vida cambia en un minuto al ser diagnosticado con lupus”
El lupus, tal y como aseguran los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, es una enfermedad autoinmune, es decir, el propio sistema inmunitario ataca las células y tejidos sanos por error. Esto puede dañar muchas partes del cuerpo, incluyendo las articulaciones, piel, riñones, corazón, pulmones, vasos sanguíneos y el cerebro.
Pero, todo ese efecto físico que ejerce esta condición se traduce en una serie de limitaciones para el paciente que la padece, a tal punto, que estos sienten que su vida cambia en un minuto cuando son diagnosticados. Sin embargo, cuando tomas una actitud positiva y te empoderas de tu condición puedes tener una vida feliz junto a tus seres queridos. El testimonio de Yakish Quintana es un ejemplo de esto, quien fue diagnosticada con lupus a los 28 años, y se esfuerza cada día para tomar el control de su enfermedad. ¡Te lo presentamos a continuación!
Viviendo con lupus, testimonio de la paciente Yakish Quintana
Mi historia con el lupus tuvo sus inicios en el 2017, justamente el año en que Puerto Rico fue azotado por el huracán María. Durante los meses en que se sintieron los efectos de María comencé a sentir falta de aliento mientras caminaba; sentía dolor en el pecho y pues, anterior a eso había tenido unos episodios de mareo tan fuertes que sentía que me moría.
Cuando decidí ir al médico por esos síntomas el doctor me hizo muchas pruebas de sangre, lo que desencadenó en un diagnóstico de tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad autoinmune que ataca la glándula tiroides. En resumen, era como si mi propia tiroides me atacara.
Alrededor de dos meses más tarde, comencé a sentir muchos dolores en el cuerpo y le comenté al doctor que seguía sintiendo síntomas de fatiga y mareo, a pesar de estar tomando el tratamiento para la tiroides. Frente a ese panorama, el doctor me dijo que tenía la sospecha de que podía ser lupus. Me hicieron análisis de sangre de artritis reumatoide, lupus y otras condiciones autoinmunes, y efectivamente, era lupus.
La vida tras el diagnóstico
Cuando me dieron la noticia en junio de 2018 fue muy chocante para mí. Mi médico de cabecera me refirió a un reumatólogo y ahí comenzó mi travesía. Las pruebas que me hicieron arrojaron que es un lupus con síntomas de fibromialgia.
En ese momento me sentía muy mal, tanto que estuve fuera de mi trabajo alrededor de 3 meses. Además, entré en depresión y ansiedad, producto de todo el cambio que representó esto en mi vida.
Entre exámenes de laboratorio y visitas al reumatólogo, me pusieron un tratamiento que me hizo subir alrededor de 35 libras de peso y años después, todavía no las he podido bajar. También, mi cabello comenzó a caerse, la cara se me hinchó y mi piel cambió.
Además, hay actividades que me gustaban mucho que a raíz del lupus están limitadas. No puedo tomar sol; por ende, debo ser cuidadosa al ir a la playa, hay muchas actividades de movimiento que no puedo hacer; incluso en mi trabajo, tuve que cambiar mi vestimenta completamente y no siempre tengo las mismas energías para la realización de las tareas domésticas.
Tomando el control del lupus
Todo depende de la actitud con que asumas las diferentes situaciones. Por ejemplo, siempre me ha gustado mucho la playa, así que para no dejar esa actividad que me gusta, aprendí que la mejor hora para ir a la playa para mi es después de las 4:00 P.M. Además, siempre utilizar con protector solar.
En el trabajo, poco a poco fui adaptándome, cambié de área para amortizar los efectos de la condición. Mientras que, a nivel académico, decidí retomar mis estudios por medio del bachillerato online, porque era bien difícil asistir al salón de clases los días que me sentía muy mal de salud, pero ahora puedo hacerlo desde mi casa y así no tengo que perder clases.
Con relación a las recomendaciones de mi doctor, las esenciales son que realice ejercicios y que mantenga una alimentación equilibrada. Aunque hay días que no puedo hacer los ejercicios porque presento un alto nivel de cansancio y dolor, pues trato de buscarle la vuelta y hacerlo a mi ritmo siempre que puedo.
Mientras que, con la alimentación, hay temporadas que como super saludable, pero hay temporadas que no tanto. Sin embargo, tuve un buen tiempo sin consumir carnes y fue bien beneficioso para mí; me sentía con más energía. Tomo diferentes tipos de té; como por ejemplo de jengibre y cúrcuma, eso me sienta muy bien.
Yo era una persona bien autosuficiente e independiente. Sin embargo, luego de mi diagnóstico me veo en la necesidad de recurrir a mi pareja o a otra persona para hacer esas cosas que antes hacía con tanta naturalidad, fue algo bien retador para mí. Pero que me ha ayudado a crecer como persona y a asumir mi condición con una actitud de gratitud cada día.