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Pacientes con demencia: cuidados ante la pandemia

Los efectos psicológicos del Covid-19 no son un secreto para todos. Esto ocurre, primero, por la posible invasión al sistema nervioso central o la respuesta inflamatoria que desencadena a ese nivel; en segundo lugar, por la ansiedad relacionada con el miedo a contraer la enfermedad, los efectos directos del confinamiento, y la infodemia.

Las redes, las noticias que pueden ser abrumadoras y la enorme cantidad de información pueden provocar en muchos confusión y ansiedad. Pero, ¿qué cuidados específicos debemos tener con aquellas personas que padecen enfermedades mentales como la demencia? Hoy compartimos la respuesta según las recomendaciones de la Dra. Zaira Medina.

Personas con demencia

Por otro lado, también existen grupos más vulnerables constituidos por personas con enfermedades mentales como la demencia. Estos pueden ser susceptibles de efectos aún más graves en su salud debido a factores que incluyen aislamiento, exacerbación de la soledad y dependencia de otras personas para su cuidado.

Aspectos a tener en cuenta

Es poco probable que quienes padecen demencia soliciten atención médica oportuna, porque podrían considerar que «no la necesitan»; podrían no estar conscientes de sus síntomas, o incluso tener cuadros atípicos de la COVID-19 que retrasen su diagnóstico.

Por otro lado, las personas con demencia poseen un mayor riesgo de contagio debido a la complejidad de que asuman las recomendaciones de higiene de forma rigurosa, y algunas incluso pueden tener síntomas conductuales que les impidan llevar de forma adecuada el aislamiento social.

Por otro lado, la edad es el principal factor de riesgo para desarrollar formas graves de COVID-19, al igual que la demencia, y con ello la coexistencia de enfermedades cardiovasculares que incrementan el riesgo de muerte en caso de contraer el contagio.

Adicionalmente, la edad es el principal factor de riesgo para desarrollar formas graves de COVID-19, al igual que la demencia, y con ello la coexistencia de enfermedades cardiovasculares que incrementan el riesgo de muerte en caso de contraer el contagio.

El hecho de dar prioridad a la atención de COVID-19 causa retraso en la atención de pacientes con otros padecimientos, incluyendo enfermedad de Alzheimer y otras demencias. De igual forma, el abastecimiento de insumos médicos, como sillas de ruedas, bastones, camas, o colchones especiales para su cuidado, podría verse afectado por la disminución del número de trabajadores de algunas empresas, en relación con la pandemia.

En las últimas décadas la enfermedad de Alzheimer y otras demencias han sido objeto de investigación muy activa en búsqueda de tratamiento modificador de la evolución de la enfermedad.

Ante la actual pandemia es muy posible que se modifique la investigación clínica de forma sin precedente, por interrupción de muchos estudios que ya se estaban llevando a cabo, y por otro lado, la presencia de la COVID-19 podría generar la adopción de modelos innovadores de investigación, sobre todo en cuanto al reclutamiento y evaluación de los pacientes con demencia.

Estrategias para disminuir el impacto de la pandemia en las personas con demencia

Según la Dra. Zaira Medina, estas son algunas de las estrategias a tener en cuenta:

  • Educación acerca de las consecuencias psicológicas: las infecciones pueden causar amplio rango de alteraciones de conducta en personas con demencia, incluyendo insomnio, crisis de pánico, ansiedad, alucinaciones, e incluso psicosis.
  • Promover conductas saludables: esta recomendación va dirigida al público en general y también es aplicable a personas con deterioro cognitivo leve o aquellas que conservan cierto grado de funcionalidad; mantener las actividades seguras en un ambiente agradable puede ser de utilidad.
  • Integración de un psiquiatra o médico calificado en el tratamiento de demencia al cuidado de los pacientes, con la finalidad de identificar de forma temprana los efectos conductuales de la pandemia.
  • Autocuidado de los cuidadores primarios: ansiedad crónica, culpa, aislamiento e insomnio pueden causar disfunción en los cuidadores, por ello las terapias de apoyo grupal y las recomendaciones sobre mantener alimentación saludable y horarios regulares de descanso, así como evitar información catastrófica acerca de la enfermedad, pueden ser benéficos.

Finalmente, es muy importante recordar que la violencia en masa y el pánico generado por la incertidumbre de una enfermedad pueden ser más dañinos que el virus por sí mismo. Todos podemos desempeñar un papel activo en el cuidado de nuestra salud mental.

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