Hablemos de la obesidad infantil y el bullying
Como resultado de los hábitos poco saludables, la obesidad ha sido un tema frecuente en los consultorios médicos. Es una enfermedad crónica caracterizada por la acumulación de grasa corporal, que tiene múltiples causas y que ha formado parte de la vida de las personas cada vez más temprano.
En cuanto a los hábitos actuales, una correlación importante es el aumento de la obesidad debido al alto consumo de alimentos ultraprocesados y la reducción de las prácticas de actividad física. Pero la preocupación no se detiene ahí, la obesidad sigue siendo un factor de riesgo para varias enfermedades, como la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Cuando hablamos de la obesidad infantil, las consecuencias pueden ser para toda la vida. Eso es porque el peso alto puede continuar en la edad adulta.
Menos apodos, más atención
Además de las consecuencias para la salud, un niño con obesidad puede sufrir actos de bullying. Este comportamiento está muy presente sobre todo en la infancia, especialmente cuando está relacionado con alguna característica física, siendo mucho peor el caso de los niños obesos.
Las consecuencias de esto pueden ser muy graves durante la infancia y también en la edad adulta. Estudios ya muestran que los niños que son acosados corren un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud en la vida adulta. Algunos de ellos trastorno psiquiátrico, compulsión alimentaria, adicción al cigarrillo/alcohol y diagnóstico de enfermedades graves, además de los efectos en las relaciones sociales y profesionales.
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Aquí vamos. ¡Es 1, 2, 3 y ahora!
La batalla contra la obesidad infantil no es difícil de ganar, pero hay importantes obstáculos que hay que superar en esta historia: el consumo de alimentos ultraprocesados ricos en sal, azúcar y grasas, así como el hábito de los niños y las familias, que cada vez más se ven abocados a una vida menos activa y más centrada en los aparatos electrónicos.
Para prevenirlo hay 3 pasos: más comida saludable y menos ultraprocesada, más actividad física y menos tiempo de pantalla.
Además de fomentar la lactancia materna en los primeros años, cabe destacar la importancia de la alimentación real a lo largo de la vida. Es decir: arroz, frijoles, frutas y verduras en los platos de los niños, excluyendo los alimentos ultra procesados como el chocolate, los refrescos y las galletas rellenas.
La actividad física puede estar presente en los juegos, como atrapar, amarar y saltar la cuerda. Vale la pena dejar de lado la computadora, el videojuego y el celular para rescatar esas actividades físicas de la niñez y la adolescencia.