Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility
BeHealthTVBienestar GeneralHistorias BeHealth

El regalo más grande de amor que podemos ofrecer: la donación de órganos y tejidos

La donación de órganos y tejidos es un acto de generosidad que trasciende la vida de una persona y tiene el poder de brindar una segunda oportunidad a aquellos que luchan contra enfermedades graves. Este acto altruista, conocido como trasplante, representa el regalo más grande de amor que podemos ofrecer a nuestros semejantes.

¿Sabías que al menos 100,000 personas esperan ansiosamente un trasplante de órganos para salvar sus vidas en este momento? Aún más, en el año 2020, más de 6,000 personas en los Estados Unidos perdieron la batalla mientras aguardaban la oportunidad de recibir ese regalo vital. Un desgarrador hecho que resalta la urgencia de decir «sí» a la donación, pues, asombrosamente, con un solo donante, se puede salvar la vida de hasta 8 pacientes.

La historia de Stefano, un joven que partió en la noche del 24 de junio de 2012, se convierte en un testimonio viviente de la generosidad. Sin saberlo, su legado perdura al dar vida a cinco personas a través de la donación de sus órganos. Su madre, Zorimar Betancourt, nos acompañó en BeHealth para compartir cómo, tras la pérdida de su hijo, encontró la fortaleza para convertir la tragedia en esperanza para muchos a través de la Fundación Stefano.

Según compartió Zorimar, en sus momentos de reflexión y consulta en las Escrituras, se dirigió a Dios con la pregunta: «¿Cuál es el propósito que tienes para mí?». Fue en ese instante cuando se manifestaron tres ideas claras:

«La primera de ellas fue la donación de órganos, la segunda se centró en la prevención de la violencia, y la tercera en trabajar con los niños para moldear conductas, cultivar amor y contribuir a formar una nueva generación sin lagunas emocionales, llena de compasión y con el deseo genuino de cambiar el mundo», contó.

El impacto en los niños que enfrentan pérdidas es un aspecto que Zorimar destaca: «Es nuestra responsabilidad trabajar con estos niños, brindándoles apoyo y herramientas para que no se vean afectados negativamente en su desarrollo emocional. La meta es cultivar un entorno donde puedan expresarse libremente y construir un futuro lleno de amor y esperanza».

La Fundación Stefano es un refugio para aquellos que buscan sanar y encontrar un propósito después de enfrentar pérdidas devastadoras. «Cada día, más personas nos contactan buscando apoyo, con corazones destrozados, y nuestro objetivo es brindarles las herramientas necesarias para que recuperen el control de sus vidas y encuentren una luz, un faro, que les guíe hacia la reconstrucción de sus vidas», contó.

“La experiencia de la donación de órganos de Stefano ha sido fundamental en mi proceso de sanación. La bendición de conocer a cuatro de los receptores de sus órganos ha añadido un significado profundo a este proceso”.

Este encuentro ha reforzado la importancia y el impacto positivo de la donación de órganos, proporcionando un sentido de conexión y continuación de la vida de Stefano a través de aquellos que recibieron su generoso regalo.

Además, Zorimar revela su deseo de conocer a un receptor aún desconocido: «La sensación de conocer a personas que llevan un pedacito de mi hijo en ellos es un logro, es como experimentar amor a primera vista. Es difícil expresar con palabras la conexión inmediata y la sensación de extender nuestra familia de esta manera».

Las relaciones forjadas a través de la donación de órganos se convierten en fuentes de amor, apoyo y entendimiento mutuo. La donación de órganos ha tejido un lazo especial entre ellos, creando una familia extendida que comparte un vínculo único y profundo.

La magia de la donación de órganos se manifiesta de maneras asombrosas. Participar en momentos significativos, como la boda de la hija de Joan el 31 de diciembre, hizo que Zorimar agradeciera a Dios por la oportunidad de presenciar la continuación de la vida y le da la certeza de que la donación no solo beneficia al receptor, «sino que también enriquece la vida de la familia donante y la familia del receptor, dejando un legado de amor y generosidad».

Es emocionante ver cómo Joan y Edwin, receptores de los órganos de Stefano, han tenido la bendición de convertirse en abuelos y experimentar la alegría de criar y conocer a sus nietos. “La magia de la donación de órganos trasciende generaciones, impactando positivamente a aquellos que están por nacer”. Cada día, Zorimar agradece por el regalo que Stefano decidió brindarles a todos ellos.

En estos momentos difíciles, Zorimar agradece tener una pareja maravillosa, una familia que le brinda un amor incondicional y amistades que son como hermanas para ella. “Gracias a este sólido apoyo, puedo seguir adelante.”

Además, Zorimar entiende el dolor de aquellos que están experimentando el proceso de perder a sus hijos y también necesitan el apoyo que ella misma ha experimentado. “Comprendo a la perfección lo que están atravesando y sé cómo manejar cada momento de esa difícil situación.”

Les expresa a ellos y al mundo: “No hay acto más grande que el de dar vida después de la muerte, ya que los órganos no nos acompañarán al cielo. Lamentablemente, esa es la realidad. Los médicos están ahí para salvar vidas, y es crucial entender que, en muchas ocasiones, la gente teme que, al llegar al hospital, puedan ser dejados morir para extraer los órganos».

Es vital comprender que tomar la decisión de donar debe hacerse antes de enfrentarse a una tragedia. “En esos momentos difíciles, el impacto en la familia es tan abrumador que pueden optar por no donar, incluso si el fallecido hubiera deseado hacerlo. A veces, la esperanza de un milagro puede nublar el juicio, pero es esencial respetar la voluntad de Dios».

Zorimar comparte su experiencia personal:

“Que podamos superar la situación es mi deseo, y lo mejor que nos ocurrió fue que mi hijo tomó la decisión de inscribirse como donante. Después de que me informaran sobre su muerte cerebral, la persona del equipo de trasplantes me dijo que él se había registrado como donante. En ese momento, respondí diciendo: ‘No lo sabía, pero si esa era su última voluntad, no hay regalo más grande que mi hijo me haya dejado después de su partida que la posibilidad de Camilo, Edwin y Melva’”.

Te puede interesar: De la Tumba al Jardín: Betsaida Gómez y la Travesía Transformadora de la Donación de Órganos

Mira la historia completa aquí

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba