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Dermatitis perioral, ¿ya conociste a diferenciarla?

La mayoría de los casos se ocasionan en mujeres jóvenes, entre los 15 y los 45 años. Se estima que afecta a una de cada 100 mujeres en un momento de sus vidas

La dermatitis perioral (DPO), también llamada dermatitis periorificial, es una afección de la piel que afecta principalmente las áreas alrededor de la boca, la nariz y, en ocasiones, los ojos. Se caracteriza por la aparición de pequeñas protuberancias rojizas o rosadas, a menudo acompañadas de enrojecimiento y sensación de ardor o picazón. Aunque puede confundirse con otras afecciones como el acné, la rosácea, el eccema o la piel seca, la DPO tiene causas y tratamientos específicos que la diferencian de estos trastornos.

En la mayoría de los casos, presenta pequeñas protuberancias rojas que se forman en la parte inferior de la cara, en los pliegues de la nariz y alrededor de la boca.

La DPO es una afección inflamatoria de la piel no contagiosa.

Manifestaciones de la dermatitis perioral

Se presenta típicamente como grupos de pequeñas protuberancias rojas o como erupciones rojizas y secas en la piel del rostro. En personas con piel más oscura, estas protuberancias pueden tener un color más similar al tono natural de la piel, lo que puede dificultar su identificación.

Aunque suele localizarse alrededor de la boca, estas erupciones no se extienden a los labios. También pueden aparecer en áreas como el mentón, alrededor de la nariz y los ojos, y en casos poco comunes, en las orejas, el cuello o el cuero cabelludo. Es frecuente que estas lesiones causen sensación de ardor o picazón, lo que puede incrementar la incomodidad. 

En los niños, la dermatitis perioral puede manifestarse de forma distinta, con pequeñas protuberancias firmes de color amarillo o marrón. Esto requiere una evaluación adecuada para diferenciarla de otras afecciones infantiles comunes de la piel.

Reconocer estos síntomas y buscar asesoría dermatológica puede ser útil para el tratamiento y manejo eficaz de esta condición.

Puedes leer: ¿Cómo se trata el acné y la rosácea en pieles de color?

Consejos para evitar la DPO

Para reducir el riesgo de desarrollar dermatitis perioral, es importante evitar el uso de productos de cuidado de la piel y cosméticos que puedan resultar irritantes. 

Evita los esteroides tópicos en el rostro: minimiza o elimina el uso de cremas con esteroides, como la hidrocortisona. Si necesitas esteroides por motivos médicos, consulta a tu médico para analizar alternativas seguras.

Adopta una rutina de cuidado simple: usa un limpiador facial suave y una loción hidratante ligera, sin ingredientes agresivos.

Introduce productos nuevos gradualmente: incorpora solo un producto nuevo a la vez para identificar cualquier posible irritación o reacción.

Consulta con un dermatólogo: un profesional puede recomendarte productos específicos y un régimen de cuidado adaptado a las necesidades de tu piel, ayudándote a evitar irritaciones o brotes de dermatitis perioral.

Tomar precauciones adecuadas y mantener una rutina de cuidado suave puede ayudar a prevenir la dermatitis perioral y promover una piel saludable.

Aprendamos a diferenciarla

La dermatitis perioral y el acné se diferencian en su aspecto y distribución. 

A diferencia del acné, la DPO suele no incluir puntos negros o espinillas, y a menudo se desencadena por el uso prolongado de esteroides tópicos, productos para el cuidado de la piel que irritan, cambios hormonales, o factores ambientales como el clima seco y la exposición al sol. También puede empeorar por el uso de ciertos productos cosméticos, cremas hidratantes pesadas o pasta dental con flúor.

Además, se caracteriza por pequeñas protuberancias rojas, agrupadas, que generalmente aparecen alrededor de la boca, la nariz y, en ocasiones, los ojos. Estas erupciones no suelen contener pus. El acné no tiene una localización tan específica y puede aparecer en varias zonas del rostro, así como en el pecho y la espalda.

El tratamiento también difiere: la dermatitis perioral se trata principalmente con antibióticos tópicos u orales, y con la eliminación de los productos que la desencadenan, mientras que el acné requiere tratamientos que controlen la producción de aceite y reducen la inflamación, como los productos con peróxido de benzoilo o ácido salicílico.

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