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¿Cómo afecta la falta de magnesio en el cuerpo?

El magnesio es un mineral esencial, pues desempeña un papel crucial en el funcionamiento óptimo del organismo. En este artículo te compartimos las declaraciones del Dr. Miguel Ángel Ontiveros Torres, un destacado profesor e investigador del Departamento de Bioingeniería del Tecnológico de Monterrey en México, sobre este elemento y cómo afecta su deficiencia en el cuerpo humano en el reciente webinar realizado por el Grupo Sinapsis.

Causas de las deficiencias de magnesio

Según el especialista, las deficiencias de magnesio pueden ser causadas por varios factores, incluida la dieta inadecuada y la mala absorción. Además, ciertas mutaciones genéticas, la obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y el consumo de medicamentos como diuréticos y antibióticos pueden afectar los niveles de magnesio. “El alcoholismo también puede resultar en una deficiencia de magnesio, lo que resalta la importancia de mantener una ingesta adecuada de este mineral”.

Lee más aquí: ¿Cuáles son las causas de la falta de magnesio?

Consecuencias de la baja concentración de magnesio

“Una baja concentración de magnesio por debajo de la homeostasis conlleva un aumento de especies reactivas de oxígeno. Estas moléculas, altamente oxidantes, afectan otras biomoléculas en las células, generando un desgaste molecular desfavorable. Esto puede influir en la viabilidad y esperanza de vida celular, ya que un mayor nivel de oxidación crea un ambiente químico más agresivo”, señaló el especialista.

Así, el estrés oxidativo puede afectar diversas moléculas y estructuras celulares. El ADN, las proteínas y los lípidos, incluyendo las peroxidaciones lipídicas de membranas, pueden oxidarse. Además, este proceso puede activar factores transcripcionales inflamatorios, como el factor alfa de necrosis tumoral (TNF-alfa) y otras interleucinas, promoviendo la inflamación en el tejido. 

También se pueden activar mediadores inflamatorios como el fibrinógeno y los eventos de coagulación. Estos eventos pueden afectar las células y los tejidos, exacerbando trastornos preexistentes y aumentando la complejidad de las condiciones.

“La deficiencia de magnesio y el entorno proinflamatorio están relacionados con enfermedades como el Alzheimer. Hemos observado cómo la presencia de placas de amiloide beta desencadena una respuesta inflamatoria marcada. Estas placas activan células gliales, como los astrocitos y las microglias, exacerbando la neuroinflamación y sus efectos en el comportamiento de las proteínas amiloide beta y tau”, resaltó.

Por tanto, es crucial que la dieta también se convierta en un factor de cuidado para mitigar o reducir estas señales proinflamatorias, las cuales están relacionadas no solo con la teoría, sino también con los agregados de amiloide beta y la proteína tau.

“La dieta juega un papel central en este problema, pero también se ha observado que la absorción disminuye con la edad. Esto puede ser paralelo a la disminución de otros componentes vitales, como la vitamina D. Además, el aumento de la excreción urinaria puede estar relacionado con la función renal disminuida en la vejez, lo que contribuye a la deficiencia de magnesio. El envejecimiento conlleva un déficit corporal en general, y esto se aplica a la deficiencia de magnesio”, precisó el doctor Ontiveros.

Baja concentración de magnesio en pacientes con demencia

Cuando hablamos de pacientes con demencia de Alzheimer, la situación se vuelve aún más compleja. El panorama se torna más preocupante al considerar factores como la incorrecta dieta y los eventos moleculares que ya conocemos. En este punto, estamos enfrentando un panorama que requiere más datos y comprensión.

“En relación con la inflamación y el estrés oxidativo causados por la deficiencia de magnesio, las especies reactivas de oxígeno juegan un papel crucial. La presencia de radicales libres y el aumento del peróxido de oxígeno crean un círculo vicioso que genera daño tisular y desequilibrio”.

Es decir, la falta de magnesio se traduce en una mayor producción de anión superóxido por parte de células inflamatorias. La evidencia subraya la importancia de un aporte controlado y regulado de magnesio. 

“Se ha demostrado que afecta la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, relacionándose con señales de dolor, inflamación y otros factores proinflamatorios. Esto contribuye a un ciclo de retroalimentación positiva que perpetúa la neurodegeneración. La presencia de efectos proinflamatorios y la afectación de proteínas neuronales son una constante en este proceso. Los datos respaldan la relevancia del magnesio en el sistema nervioso central.

Asimismo, precisó el doctor Miguel Ontiveros, la evidencia respalda que elevar las concentraciones de magnesio cerebral mejora el aprendizaje y la memoria. Por ejemplo, en modelos animales, una dieta enriquecida con magnesio se traduce en mejoras en habilidades cognitivas. 

El galeno señaló que en un estudio del 2010 “se observó que modelos tratados con magnesio mostraban influencia positiva en el aprendizaje y la memoria, especialmente en ratas más envejecidas. La memoria de trabajo espacial también se benefició de este tratamiento”. Agregó además que en este modelo experimental, a los 22 meses, se observó que los sujetos sometidos al laberinto mostraron significativamente mejores respuestas comportamentales en comparación con aquellos que no recibieron tratamiento de magnesio. 

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“Se ha documentado que las bajas concentraciones de magnesio pueden alterar mediadores inflamatorios y la permeabilidad de la barrera hematoencefálica. Esto es relevante en la patogénesis de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, donde la agregación de proteínas juega un papel clave”.

Son varios los estudios han demostrado niveles bajos de magnesio en suero y tejido cerebral, lo cual afecta directamente a enzimas que metabolizan el amiloide beta, relacionadas con enfermedades neurodegenerativas. 

Además, se ha visto que la influencia del magnesio se extiende hacia una serie de efectos positivos. Por ejemplo, al regular las señales de glutamato a través de los receptores NMDA, se previene la exceso-excitación neuronal, un fenómeno que se vincula con la excito-toxicidad y la muerte neuronal. Se ha observado que muchas enfermedades, desde el Parkinson hasta la epilepsia y la depresión, tienen en común la sobreestimulación de estos receptores.

“Se recomienda consumir alimentos ricos en magnesio como una forma natural de mejorar la salud. En casos donde los síntomas sugieren una deficiencia, es prudente consultar a profesionales de la salud y nutrición antes de considerar la suplementación con magnesio”, finalizó el especialista.

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