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¿Tu trabajo te está poniendo en riesgo de demencia? Descubre lo que dice la ciencia

Un reciente estudio ha revelado una preocupante conexión entre los trabajos rutinarios y el deterioro cognitivo a medida que envejecemos. Según la investigación, publicada en la revista Neurology, las personas que pasan sus años laborales en ocupaciones con poca estimulación mental tienen un 66% más de riesgo de experimentar deterioro cognitivo leve y un 37% más de probabilidad de desarrollar demencia después de los 70 años. Esta conclusión se basa en un análisis detallado de datos de salud y ocupacionales de 7,000 noruegos seguidos desde los 30 años hasta su jubilación a los 60 años.

El valor de la estimulación cognitiva en el trabajo

El estudio, liderado por el Dr. Trine Edwin del Hospital Universitario de Oslo, resalta la importancia de un entorno laboral que desafíe intelectualmente a los trabajadores. “Nuestros resultados muestran el valor de una ocupación que demande un mayor esfuerzo cognitivo como una forma de mantener la memoria y el pensamiento en la vejez”, explicó Edwin. El entorno laboral no solo es un lugar de desarrollo profesional, sino también un factor crucial para promover la salud cognitiva a lo largo de la vida.

El estudio categorizó las demandas cognitivas de 305 ocupaciones, y encontró que los trabajos repetitivos y con escasa estimulación mental, como los de fábricas, contabilidad y labores domésticas, no protegen contra el deterioro cognitivo. Por el contrario, ocupaciones que requieren pensamiento complejo, creatividad, resolución de problemas y habilidades interpersonales, como la enseñanza, la medicina y la ingeniería, ofrecen una mayor protección.

Educación y estilo de vida: Factores mitigantes pero no infalibles

A lo largo de la vida, la educación formal ha sido vista como una barrera protectora contra el deterioro cognitivo. Sin embargo, los hallazgos del estudio sugieren que la educación, aunque útil, no es suficiente para contrarrestar completamente los efectos de un trabajo rutinario. Edwin observó que asistir a la universidad puede reducir el impacto de un trabajo repetitivo en aproximadamente un 60%, pero no anula el riesgo por completo.

El Dr. Richard Isaacson, director de investigación del Instituto de Enfermedades Neurodegenerativas de Florida, quien no participó en el estudio, hizo hincapié en la importancia de mantenerse mentalmente activo tanto en el trabajo como fuera de él. “Este estudio demuestra que involucrarse cognitivamente en el trabajo puede tener profundos beneficios en nuestra lucha contra la demencia”, señaló Isaacson. Comparó el ejercicio mental con el físico, subrayando que ambos son esenciales para mantener nuestras capacidades a medida que envejecemos.

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Los efectos de los trabajos rutinarios en el cerebro

Los trabajos rutinarios, según el estudio, a menudo implican tareas manuales y mentales repetitivas. Ejemplos de estos trabajos incluyen la labor en fábricas, la contabilidad, el trabajo doméstico y otras ocupaciones que no exigen un pensamiento complejo. En estas ocupaciones, la repetición y la falta de desafío cognitivo pueden dejar al cerebro en una suerte de «piloto automático», lo que eventualmente podría llevar a un deterioro de las funciones cognitivas con el tiempo.

En contraste, trabajos que requieren un mayor compromiso mental, como los desempeñados por abogados, médicos, ingenieros, y especialmente los profesores, pueden ayudar a mantener el cerebro activo. Estas ocupaciones requieren no solo la resolución de problemas y el análisis de información, sino también habilidades interpersonales avanzadas, como motivar a otros, enseñar y comunicar ideas complejas. Esta constante interacción y necesidad de adaptarse a nuevas situaciones y resolver problemas parecen ser factores clave en la protección contra la demencia.

Estrategias para proteger tu cerebro

Dado que la naturaleza de algunos trabajos no puede cambiarse fácilmente, es esencial buscar formas de proteger la salud cognitiva a largo plazo. Isaacson sugiere que adoptar un estilo de vida saludable para el cerebro puede ser crucial. Esto incluye:

  • Mantener una dieta de estilo mediterráneo: Rica en frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables, esta dieta ha demostrado beneficios para la salud cerebral.
  • Controlar el consumo de alcohol y evitar el tabaco: Ambos son factores de riesgo conocidos para diversas enfermedades, incluyendo aquellas que afectan la salud del cerebro.
  • Estar atento a los factores de riesgo vascular: La presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto son condiciones que pueden contribuir al deterioro cognitivo.
  • Cuidar la salud sensorial: Evaluar y tratar problemas de audición y visión de manera regular puede ayudar a mantener la calidad de vida y reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
  • Dormir lo suficiente y manejar el estrés: Un sueño de calidad y una buena gestión del estrés son esenciales para la salud mental y física.

¿Qué más se puede hacer?

El estudio también subraya la importancia de permanecer activo y comprometido, tanto en el trabajo como en la vida personal. “Si no lo usas, lo pierdes”, advirtió Isaacson, refiriéndose a la necesidad de mantener el cerebro en constante desafío. Esto incluye buscar oportunidades para avanzar profesionalmente, aprender nuevas habilidades y mantener un sentido de propósito en el trabajo.

Para aquellos en ocupaciones rutinarias, podría ser útil encontrar formas de introducir desafíos cognitivos adicionales en la vida diaria, como aprender un nuevo idioma, involucrarse en pasatiempos que requieran creatividad o tomar cursos en línea. Estas actividades pueden ayudar a compensar la falta de estimulación cognitiva en el trabajo.

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Redacción BeHealth

Grupo multimedios especializado en promover la preservación de la salud física, mental y emocional.

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