Antes, cuando se hablaba de salud, generalmente nos limitábamos a la salud física, ese estado que se logra practicando la prevención, visitando regularmente a los médicos y siendo fieles al uso de los medicamentos o tratamientos para nuestras condiciones. Pero ya desde hace años, cuando se habla de salud, generalmente se incluye la palabra “bienestar”, como si al mencionar únicamente “salud” faltara algo.
Ahora bien, ¿cuál es el verdadero significado de la palabra “bienestar” o “wellness”, como se le conoce en inglés? El Global Wellness Institute (o Instituto Global de Bienestar), define el bienestar con “la búsqueda activa de actividades, opciones y estilos de vida que llevan a un estado de salud holística”. Y, ¿qué es “salud holística”? Es el estado de salud que va más allá de sentirnos bien físicamente, extendiéndose a todas las otras dimensiones de un ser humano, como su salud mental, espiritual y emocional.
En otras palabras, vivir en bienestar es un proceso activo, en el cual no le dejamos todo a la medicina, sino que nos informamos, preguntamos, aprendemos, y, sobre todo, buscamos alternativas que nos ayuden a vivir en mayor balance.
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Cuando recibí el diagnóstico de artritis reumatoide hace cuatro años, algo que fue completamente inesperado para mí, busqué muchas alternativas antes de comenzar a medicarme para la condición. Cambié mi dieta a una vegana, comencé un tratamiento intensivo de acupuntura, y hasta busqué apoyo emocional. Todo me ayudó. Descubrí que necesitaba bajar las revoluciones, aprender a decir que no, y dejar de vivir para otros, entre otras cosas. Aprendí que el estrés y la ansiedad son mortales para una condición autoinmune y que tenía que hacer un esfuerzo por aprender a manejar mejor mis emociones. Yo lo sabía en teoría, pero nunca lo había experimentado físicamente.
Y es que el diagnóstico de cualquier condición, desde una reumática, o autoinmune, hasta un cáncer, debe ser una alarma de que algo en nuestras vidas tiene que cambiar. En ocasiones los cambios pueden ser externos, pero las transformaciones que en realidad más van a impactar positivamente nuestra salud y bienestar son las que nacen desde adentro.
Te recomiendo que te mires con honestidad y comiences por identificar aquellas actitudes y estilos de vida que necesitas moldear para un mayor bienestar. Observa qué te saca de balance y por qué. Aprende a conocerte mejor. Es un primer paso necesario y poderoso para comenzar a construir una vida más feliz y saludable. Practica el “mindfulness” o la presencia mental, esa actitud de vivir en el momento presente. Cuando pensamientos del pasado o el futuro lleguen a tu mente, no los pelees, pero tampoco te agarres a ellos. Simplemente déjalos ir.
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Diseña una rutina de cuidado para ti. Estoy segura de que cuidas de todos y para ti solo queda el tiempo que sobra. Agenda espacios en tu semana o tu mes para relajarte y mimarte de la forma que a ti te guste. Y busca, a través del agradecimiento, convertirte en una persona más positiva y optimista. Aquellos que agradecen siempre van a estar más enfocados en lo que tienen que en aquello que han perdido. Ojalá que puedas seguir en salud, pero, sobre todo, que puedas encontrar la fórmula para hacer del bienestar una realidad en tu vida.