Un vaso de leche al día podría reducir el riesgo de cáncer colorrectal un 17%
El cáncer colorrectal es una de las enfermedades más comunes a nivel mundial, y su incidencia sigue en aumento. En 2022, casi 2 millones de personas fueron diagnosticadas con esta enfermedad, convirtiéndola en la tercera más frecuente globalmente. Sin embargo, un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford, junto con colaboradores internacionales, ofrece una luz de esperanza al señalar que ciertos hábitos alimenticios pueden jugar un papel clave en la prevención de este tipo de cáncer.
En este estudio, publicado en Nature Communications, se analizaron los datos de más de 542,000 mujeres británicas durante 16 años, tiempo en el cual se diagnosticaron más de 12,000 casos de cáncer colorrectal. Los investigadores analizaron profundamente los hábitos alimenticios de las participantes, considerando además factores como el estilo de vida y la genética. Lo que encontraron es revelador: algunos alimentos pueden ayudarnos a protegernos frente a este riesgo.
Alcohol y carnes rojas: un peligro conocido
Entre los hallazgos más significativos, los investigadores señalan que el consumo de alcohol y carnes rojas o procesadas está estrechamente relacionado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Beber más de un par de tragos al día (alrededor de 20 gramos de alcohol) incrementa el riesgo en un 15%. Además, comer carne procesada a diario, como una rebanada de tocineta (30 gramos), eleva este riesgo en un 8%.
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Leche y lácteos: aliados en la prevención
Pero no todo son malas noticias. El estudio también revela que alimentos ricos en calcio, como la leche, pueden tener un efecto protector. De acuerdo con los datos, beber un vaso de leche al día, que contiene unos 300 miligramos de calcio, puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal en un 17%. Este beneficio podría deberse a la capacidad del calcio para reducir la exposición del colon a sustancias que podrían ser cancerígenas. Los productos lácteos como el yogur y la leche se asociaron también con una disminución significativa en el riesgo, especialmente entre las personas con una predisposición genética a consumir más lácteos. Se observó que por cada 200 gramos de leche al día, el riesgo se reducía en un 40%.
Otros alimentos protectores: frutas y granos integrales
Además de los lácteos, los granos integrales, frutas y verduras también tienen un papel importante en la prevención. Por ejemplo, consumir medio pan integral al día (20 gramos) disminuye el riesgo en un 10%. Comer una manzana al día reduce este riesgo en un 8%, y una taza de frutas puede disminuirlo en un 10%. El consumo de hojas verdes, por su parte, está asociado con una reducción del riesgo de un 12%.
Más allá de la alimentación: un estilo de vida saludable es clave
Aunque los efectos protectores de estos alimentos se vieron algo reducidos al considerar otros factores de estilo de vida, como el ejercicio y el no fumar, los resultados fueron consistentes en diferentes tipos de cáncer colorrectal, incluyendo el de colon proximal, distal y recto. Esto sugiere que una dieta equilibrada y saludable puede ser un pilar clave en la prevención de esta enfermedad.
Los investigadores también hacen un llamado a seguir investigando más a fondo los mecanismos a través de los cuales el calcio y otros alimentos ejercen su efecto protector, lo que podría abrir nuevas puertas en la lucha contra el cáncer colorrectal.
¿Qué podemos hacer?
Este estudio nos recuerda que pequeños cambios en nuestra dieta pueden tener un gran impacto en nuestra salud. Incorporar más lácteos, frutas, granos integrales y verduras en nuestra alimentación, y moderar el consumo de alcohol y carnes procesadas, son pasos importantes para reducir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Si bien aún queda mucho por aprender, lo que sabemos hasta ahora es que las decisiones que tomamos todos los días respecto a lo que comemos pueden ser una de las herramientas más poderosas en la prevención de enfermedades graves. Un vaso de leche al día puede ser un gesto sencillo, pero significativo, para cuidar nuestra salud y reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
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