Trasplante de riñón, una nueva oportunidad de vida para Wilfredo
“Yo soy trasplantado de riñón. Este trasplante fue realizado hace ya tres años, en enero de 2017. Este sería mi segundo trasplante. Porque yo tuve un primer trasplante previo a este, el cual me duró doce años”, manifestó Wilfredo Román, quien recibió una nueva oportunidad de vida gracias al milagro de la donación.
Un trasplante no dura toda una vida. Wilfredo explica que ha conocido pacientes que llevan muchos años con un trasplante. Pero en su caso, a pesar de los cuidados, que iba a visitas médicas y tomaba sus medicamentos, le dio un virus que atacó el primer riñón trasplantado.
Se llama BK virus. Es un virus que ataca a pacientes con sistemas inmunitarios débiles, como pacientes de cáncer o con trasplante. El virus al detectar que el riñón no era del cuerpo de Wilfredo lo atacó, se alojó en el riñón y lo dañó. En aquel entonces, 2012, no había un tratamiento como tal para contrarrestar el virus.
Riñón nuevo, vida nueva
“Mi vida cambió radicalmente; del cielo a la tierra, tuve que realizar diálisis tres veces por semana, lunes miércoles y viernes, hora y media pegado a una máquina. Todo para que esta máquina hiciera el trabajo que mi riñón no podía hacer. Sin embargo, esto hacía que me sintiera cansado y con malestares, fue un cambio total”, aseguró Wilfredo, en una entrevista exclusiva con BeHealth.
Tanto en el primer, como en el segundo trasplante, al no tener un donante vivo Wilfredo tuvo que pasar por una lista de espera. Esto implica que tuvo que realizarse una gran cantidad de estudios para que los médicos pudieran certificar que estaba apto para recibir un riñón. Luego de pasar por el comité evaluador, entró a la lista de candidatos y comenzó la espera.
“Yo estuve 3 años en diálisis y 3 años esperando por el riñón. Estuve en lista de espera en el Hospital Auxilio Mutuo, en Puerto Rico y en el Hospital Metodista de Dallas, Texas. De allá me llamaron para recibir el riñón el 1 de enero de 2017. Ese mismo día comenzando el año nuevo me llamaron del hospital”, explicó.
Hasta la fecha la función renal de Wilfredo está perfecta. El riñón está trabajando muy bien. Según nos cuenta acude periódicamente a sus citas de seguimiento y mensualmente se realiza pruebas de laboratorio para corroborar que todo esté bien con el riñón trasplantado.
Hábitos y tratamientos
“A nivel de hábitos, en cuanto a alimentación, se recomienda que sea una dieta baja en sal. Ese aspecto no me ha afectado tanto pues mi condición ha sido desde nacimiento y estoy acostumbrado a consumir alimentos bajos en sal. No ingiero refrescos, no abuso de las carnes rojas, pero sí las consumo. Es bien importante consumir bastante agua pues, al contrario de cuando la diálisis, donde restringen el volumen de líquidos con el trasplante es todo lo contrario”, afirmó este guerrero.
También explicó que los medicamentos son bien importantes en este proceso. En su caso, consume tres medicamentos inmunosupresores para evitar el rechazo del riñón, pues el cuerpo puede atacar al riñón al detectar que no pertenece a su cuerpo. Además, puntualizó que es importante no estar expuestos a personas enfermas.
Un mensaje para los pacientes trasplantados
“Gracias a Dios he sabido sobrellevar mi realidad muy bien. Desde que nací soy un paciente renal. En mi niñez fue un poquito más difícil por las grandes restricciones en cuanto a actividad física. A mí me gustaba practicar deportes, jugar beisbol, baloncesto, pero una vez fui madurando me fui adaptando” afirmó.
Wilfredo les aconseja a los pacientes que, como él, son trasplantados o se encuentran en ese proceso, que mantengan la fe, que sigan las instrucciones médicas al pie de la letra, que pongan empeño, se mantengan positivos.
“Yo les diría a las personas que estén pasando por la situación que yo pasé o que tengan alguna otra condición que nunca se den por vencidos”, concluyó Wilfredo.
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