Tengo colitis ulcerosa: ¿qué debo comer y qué debo evitar?
¿Y ahora? Me diagnosticaron con colitis ulcerosa, ¿qué puedo comer?, ¿tendré que eliminar los hábitos alimenticios que traía hasta ahora?, ¿ya no podré ingerir mis deliciosas frituras y comida chatarra? Estas y otras dudas son algunas de las más similares cuando un paciente recibe el diagnóstico de esta enfermedad inflamatoria intestinal (Ell). Por esa razón, hoy te daremos algunos tips de alimentación.
Lo primero que debes recordar es que la colitis ulcerosa, también conocida como ulcerativa, es una patología que provoca inflamación y úlceras (llagas) en el tracto digestivo, además de afectar el revestimiento más profundo del intestino grueso (colon) y el recto.
En ese sentido, debes saber que no hay ninguna dieta que cure la colitis, pero sí hay alimentos que te pueden ayudar a disminuir la sintomatología e incluso, existen alimentos que debes evitar que te permitirán llevar una mejor calidad de vida.
¿Azúcar sí, no, o más o menos?
De acuerdo con la literatura médica, hay casos en que eliminar el azúcar o al menos disminuir la cantidad ayuda a controlar los síntomas de la condición. Sin embargo, este alivio no se ha explicado de manera concluyente, pero recientemente parece estar cada vez más claro que es el tipo de azúcar lo que marca la diferencia.
BeHealth consultó con la licenciada en nutrición Maricarmen Quintana quien explicó que los alimentos con hidratos de carbono refinados (azúcar), refrescos, grasa saturadas, proteínas procesadas o que provienen de animales, sal y alcohol, entre otros, inflaman el intestino lo que provoca un descontrol y la presencia de síntomas molestos.
“Este tipo de comidas nos va a afectar el microbioma, que no es otra cosa que un balance que tenemos en el intestino de las bacterias buenas y las bacterias malas. Las bacterias buenas nos van a ayudar a la digestión, a la producción de vitaminas, al sistema inmunológico y también a que la inflamación esté controlada y no nos den muchos síntomas de la condición”, explicó.
Dieta personalizada
Por lo general, los gastroenterólogos y nutricionistas prescriben un tipo de alimentación de acuerdo a las necesidades de quien padece la condición. Sin embargo, de acuerdo con Quintana, “cada persona debe tener un plan individualizado de acuerdo a los alimentos que tolere o los síntomas que presente. Hasta el momento tampoco hay una dieta que cause una remisión o una cura para la condición; pero sí podemos mejorar los síntomas y mejorar nuestra calidad de vida”, expresó.
Fibras: ¿las más recomendadas?
De acuerdo con Crohn’s and Colitis Foundation, existen algunas fibras insolubles, particularmente difíciles de digerir, que se convierten en otro tipo de alimento no recomendado para muchos paciente no solo con colitis, sino también con cualquier tipo de EII.
Sobre el consumo de fibras, la nutricionista señaló que las fibras solubles o que absorben agua, como la avena y frutas como la manzana y el guineo, son mejores de tolerar para pacientes con este tipo de enfermedades. Mientras que las fibras insolubles, como los granos enteros y las semillas, pueden aumentar el volumen y acelerar el tránsito fecal. No obstante, se pueden modificar las texturas de estas fibras para poder sostenerlas mejor.
¿Qué debes evitar si te diagnostican con la enfermedad?
Quintana ejemplificó cómo sus ancestros comían de manera sana y lograron gozar de buena salud, por lo que exhortó a comer bien y evitar alimentos que podrían jugarle una mala pasada a quienes padecen la enfermedad.
“Yo siempre pienso en mis abuelos que comían su viandita, huevo, que no comían carnes a lo mejor todos los días, pero sí comían cosas naturales y no tantas procesadas. Y antes no había tantos pacientes con enfermedades del intestino. Aliméntese bien, traten de ir menos a los establecimientos de comida rápida y planifiquen sus comidas”, recomendó
Tips generales
Alimentos como la mantequilla, la margarina, la crema, el aceite de semillas pueden causar diarrea, calambres, flatulencia en pacientes con enfermedades del intestino, por lo que es mejor evitarlos.
Algunas proteínas contenidas en la carne podrían afectar a la composición de la microbiota o aumentar la producción de sulfito de hidrógeno y, por lo tanto, promover la inflamación. En general se ha observado que una dieta rica en carne, especialmente en carne roja, no es bien tolerada por muchos pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria crónica.