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]]>Las alergias estacionales son respuestas exageradas del sistema inmunológico a sustancias como el polen de ciertas plantas, árboles o pastos. Cuando una persona alérgica inhala o entra en contacto con estas partículas alérgenas, su cuerpo produce una respuesta inmunitaria que libera histaminas y otros químicos inflamatorios. Esto puede desencadenar síntomas como congestión nasal, estornudos, picazón en los ojos y tos.
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Para las personas con asma, las alergias estacionales pueden desencadenar una serie de eventos que afectan las vías respiratorias. Cuando se expone al polen u otras partículas alérgenas, el sistema inmunológico reacciona, causando inflamación en las vías respiratorias. En un individuo con asma, esta inflamación puede ser más severa y provocar síntomas asmáticos, como:
Además, las alergias estacionales pueden aumentar la sensibilidad de las vías respiratorias a otros desencadenantes del asma, como el humo, el polvo o los cambios de temperatura, lo que puede llevar a un empeoramiento general de los síntomas asmáticos.
Para gestionar los síntomas de asma exacerbados por alergias estacionales, se pueden considerar las siguientes medidas:
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]]>En lo que va de año, Puerto Rico ha experimentado una cantidad inusual de incendios forestales, con aproximadamente 260 incidentes atendidos por el Negociado del Cuerpo de Bomberos. Esta situación atípica sugiere que este año será activo en términos de eventos de este tipo. Las áreas mayormente afectadas se encuentran en Aguadilla, San Sebastián, Cabo Rojo, Ponce y Santa Isabel, especialmente en el sur y oeste de la isla.
Por su parte, en el ámbito internacional, en Colombia los incendios forestales también han afectado diversas regiones, incluyendo los cerros orientales de Bogotá, zonas rurales de varios departamentos, un parque nacional y un ecosistema crucial en la regulación del ciclo hidrológico. El fenómeno de El Niño, que trae consigo una disminución de las lluvias y un aumento de las temperaturas, ha contribuido a esta situación.
El humo de los incendios forestales presenta riesgos significativos para la salud respiratoria y cardiovascular. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), cualquier persona puede enfermarse debido al humo, pero aquellos con asma y enfermedades cardíacas enfrentan un mayor riesgo. Los efectos inmediatos incluyen tos, ataques de asma, irritación de garganta, ardor en los ojos, moqueo, dolor de pecho y latidos cardíacos acelerados.
En un estudio publicado en el Journal of the American Heart Association, se revela que el humo de los incendios forestales contiene diversos gases y partículas, como ozono, monóxido de carbono, compuestos aromáticos policíclicos, dióxido de nitrógeno y partículas. Estas partículas finas (PM 2,5) son especialmente preocupantes, ya que pueden penetrar profundamente en los pulmones, desencadenar inflamación y afectar órganos como los pulmones, riñones, hígado y posiblemente el cerebro.
Cuando el humo penetra en las vías respiratorias, las diminutas partículas pueden alojarse en lo más profundo de los pulmones y lesionar su revestimiento. Aunque el cuerpo responde liberando células inmunitarias para combatir estas partículas, la inflamación resultante puede afectar negativamente la salud pulmonar, exacerbando condiciones como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El humo de los incendios forestales también puede tener consecuencias graves para la salud cardiovascular. Un estudio en el Journal of the American Heart Association vincula el humo de incendios forestales con problemas cardiovasculares y dificultades en el flujo sanguíneo al cerebro. La inflamación desencadenada por las partículas finas puede afectar las arterias coronarias y desestabilizar la placa existente, aumentando el riesgo de eventos cardíacos como infartos de miocardio.
Según los Centros de Control de Enfermedades (CDC), la exposición al humo de los incendios forestales puede comprometer el sistema inmunitario, haciendo que las personas sean más propensas a padecer enfermedades respiratorias, incluida la COVID-19. La contaminación atmosférica resultante puede agravar las infecciones respiratorias, enfatizando la importancia de protegerse durante la temporada de incendios.
La temporada activa de incendios forestales plantea desafíos significativos para la salud respiratoria. Tomar medidas preventivas, monitorear la calidad del aire y seguir las indicaciones de las autoridades son cruciales para proteger nuestros pulmones y minimizar los riesgos asociados con estos eventos climáticos extremos.
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