El prodromo es diferente para cada persona y puede empezar horas o incluso días antes del dolor de cabeza. En este artículo, aprenderás a reconocer los síntomas más comunes de esta etapa previa y a entender qué puedes hacer para aliviar los efectos de la migraña antes de que sea demasiado tarde. 

Tomar nota de cómo te sientes antes de cada migraña te ayudará mucho. Mantener un diario de síntomas puede ser una herramienta muy útil para aprender a conocer tu cuerpo y descubrir patrones. A continuación, veremos juntos cuáles son las señales más comunes y qué pasos prácticos puedes seguir para enfrentarlas.

¿Qué es el prodromo?

El prodromo es la fase inicial de una migraña, también conocida como pre-migraña o pre-dolor de cabeza. Los síntomas varían de una persona a otra, pero pueden comenzar horas o incluso días antes del dolor de cabeza. Mantén un registro de tus síntomas para identificar patrones y adelantarte a la migraña

Señales comunes del prodromo

Aunque no todas las personas experimentan los mismos síntomas, algunos signos son más frecuentes que otros. Por ejemplo, es posible que bosteces mucho o que sientas la necesidad de orinar más seguido. También podrías tener antojos de ciertos alimentos, especialmente de chocolate, lo que podría hacerte pensar que esos alimentos provocan la migraña, cuando en realidad podrían ser una señal de advertencia.

Cambios de humor

En los días u horas previos a una migraña, algunas personas experimentan irritabilidad o depresión, mientras que otras sienten euforia o una felicidad intensa.

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Problemas de sueño

El cansancio inusual es otro síntoma frecuente. Dormir demasiado o muy poco puede desencadenar una migraña, por lo que es importante prestar atención a tus patrones de sueño y cómo estos se relacionan con los síntomas.

Problemas digestivos

Algunas personas sienten náuseas, o sufren de estreñimiento o diarrea en la fase de prodromo. Aunque estos problemas digestivos no suelen prevenir la migraña, un médico o farmacéutico puede ayudarte a aliviarlos.

Sensibilidad a la luz y el sonido

La sensibilidad a la luz y al sonido es común antes y durante una migraña. Además, las luces brillantes o los ruidos fuertes podrían desencadenar otra migraña justo cuando estás recuperándote de la primera.

Cambios en la visión

La visión borrosa, las manchas ciegas o la aparición de luces intermitentes son señales de que una migraña está por llegar. Estos síntomas pueden empeorar gradualmente, pero por lo general no duran más de una hora.

¿Qué hacer cuando aparecen las señales?

1. Analgésicos

Tanto los medicamentos de venta libre como los recetados pueden ser eficaces, pero lo importante es tomarlos tan pronto como reconozcas los primeros signos de una migraña. Sin embargo, abusar de los analgésicos puede causar úlceras estomacales o dolores de cabeza por abstinencia cuando dejes de tomarlos.

2. Toma un poco de cafeína

La cafeína puede ayudar a detener el dolor de una migraña en sus primeras etapas y potenciar los efectos de analgésicos como el ibuprofeno o el acetaminofén. Pero no te excedas, ya que un consumo excesivo de cafeína podría provocar dolores de cabeza por abstinencia.

3. Meditación

La meditación puede ser una herramienta útil para relajarse y reducir el estrés, especialmente si notas las primeras señales de una migraña. Dedica al menos 10 minutos al día para respirar profundamente y relajar cada grupo muscular.

4. Evita los alimentos desencadenantes

Alimentos como el queso añejo, algunas frutas y frutos secos, el alcohol, productos fermentados o encurtidos, y aditivos como el glutamato monosódico (MSG) pueden provocar migrañas en algunas personas. Llevar un diario de alimentos puede ayudarte a identificar qué productos debes evitar.

5. Recuéstate en una habitación oscura

Descansar en una habitación oscura puede ayudarte a relajarte y a alejarte de los estímulos que podrían empeorar tu migraña, como la luz brillante.

6. Aplica frío o calor

Una compresa fría en el cuello o la cabeza puede adormecer la zona y aliviar el dolor. Alternativamente, el calor de una almohadilla térmica, un baño caliente o una ducha podría relajar los músculos tensos. Alternar entre frío y calor también puede ser efectivo.

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