El objetivo es que puedas tratar tu psoriasis con naturalidad en el trabajo, tanto con tus compañeros como con tus superiores. ¡Eres igual de competente con psoriasis que sin ella! Sabemos que puede ser difícil, pero con una buena preparación, podrás normalizar tu condición y seguir destacando como el gran profesional que eres.

Fase 1: Prepararte a ti mismo

El primer paso para gestionar la psoriasis en el trabajo es prepararte emocionalmente. Esto te permitirá enfrentar mejor las preguntas o miradas curiosas que puedan surgir, y te dará la confianza necesaria para hablar sobre tu condición de manera abierta. Aquí algunos consejos:

Infórmate sobre tu psoriasis

Conocer tu condición es clave para gestionarla eficazmente. Realiza un seguimiento de tus síntomas, nota cómo evolucionan tus placas y qué haces para mantener la psoriasis bajo control. Este conocimiento te ayudará no solo a sentirte más en control, sino también a explicar tu situación a otros, si lo necesitas.

Habla con tu dermatólogo

Tu dermatólogo es una fuente clave de información y apoyo. Prepárate bien antes de cada visita y lleva una lista de preguntas. Tu médico podrá proporcionarte guías y materiales que te orienten sobre cómo manejar tu psoriasis, tanto física como emocionalmente.

Mantén una actitud positiva

El estado de ánimo tiene un impacto directo en los síntomas de la psoriasis. Mantener una mentalidad positiva te ayudará a sentirte mejor y a manejar tu condición de manera más eficaz. Estar emocionalmente equilibrado también te permitirá enfrentar con más serenidad las situaciones laborales difíciles.

Controla el estrés

El estrés es un factor importante que puede empeorar los brotes de psoriasis. Por eso, es fundamental aprender a gestionarlo, especialmente en un entorno laboral exigente. Existen muchas técnicas para combatir el estrés, desde ejercicios de relajación hasta la práctica regular de actividad física. Estos hábitos no solo ayudarán a tu salud mental, sino que también mejorarán los síntomas de tu piel.

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 Fase 2: Preparar tu entorno laboral

Una vez que te sientas preparado emocionalmente, es hora de adaptar tu entorno de trabajo para que sea más cómodo y adecuado para ti. Esto implica tanto hablar con tus compañeros y superiores como ajustar tu espacio físico en el trabajo.

Habla con tus superiores y compañeros

Es importante que tu equipo entienda cómo la psoriasis te afecta, tanto física como emocionalmente. Explicar tu situación de manera clara puede ayudar a evitar malentendidos y crear un ambiente de trabajo más comprensivo. Además, compartir tu experiencia te permitirá obtener el apoyo necesario para hacer ajustes que te faciliten el día a día.

Adapta tu espacio de trabajo

Evalúa tu entorno laboral y determina si hay algún elemento que pueda empeorar los síntomas de tu psoriasis. Asegúrate de que tu espacio sea cómodo y adecuado para tus necesidades, desde la temperatura hasta los productos de limpieza que se utilizan en tu lugar de trabajo.

Organización y flexibilidad

La organización es clave para equilibrar la vida laboral y la personal, especialmente si tienes psoriasis. Habrá días en los que te sientas mejor que otros, o días en los que necesitarás tiempo para visitas médicas o terapias. Si es posible, intenta acordar con tus superiores un horario flexible que te permita gestionar mejor estas situaciones.

Escucha a tu cuerpo

La psoriasis puede ser impredecible. Si en algún momento te sientes particularmente mal o fatigado, considera la posibilidad de teletrabajar o reducir las horas de trabajo por ese día. Es importante que priorices tu bienestar y te des el tiempo necesario para recuperarte.

Crea una red de apoyo en el trabajo

Tener compañeros de trabajo con los que puedas compartir tus preocupaciones puede ser de gran ayuda. No subestimes el valor de contar con una red de apoyo dentro del entorno laboral, ya que esto puede marcar la diferencia en cómo enfrentas tu rutina diaria.

Consejos finales

Seguir estas recomendaciones puede hacer que gestionar la psoriasis en el entorno laboral sea más fácil y llevadero. Aunque al principio pueda parecer incómodo hablar sobre tu condición, una vez que lo hagas, te sorprenderá el nivel de comprensión y apoyo que puedes recibir de tus compañeros y superiores.

Recuerda: gestionar tu psoriasis en el trabajo no solo mejorará tu bienestar físico, sino también tu salud emocional, permitiéndote rendir al máximo en tu vida profesional sin preocuparte por tu piel.

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La vuelta al trabajo durante el duelo

Tras una pérdida significativa, muchas veces la vida no nos concede el tiempo necesario para asimilarla antes de retomar las obligaciones laborales. Mientras que algunas personas pueden tomar unos días de permiso (en el caso de la pérdida de un familiar cercano), otras no tienen esa opción, como es el caso de los autónomos, quienes a menudo se ven obligados a retomar sus actividades de inmediato para evitar un impacto económico adicional.

La reincorporación al trabajo durante el duelo puede ser vivida de diferentes maneras. Algunas personas encuentran en el trabajo un alivio, ya que les ofrece una distracción y una conexión con la vida cotidiana. Sin embargo, otras pueden sentir que el peso del duelo les impide concentrarse o rendir en su trabajo. En estos casos, las tareas laborales pueden parecer abrumadoras y aumentar el malestar emocional.

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Consejos para manejar el duelo en el entorno laboral

 1. No te apresures

El duelo es un proceso largo y cambiante. Habrá días en los que el trabajo puede ser revitalizante y otros en los que será una carga. No hay un camino único y es importante adaptarse a lo que uno siente en cada momento. Si es necesario, y si las condiciones laborales lo permiten, reducir el ritmo o tomarse un tiempo extra de descanso puede ser fundamental para gestionar el duelo de manera saludable.

 2. Solicita adaptaciones si las necesitas

Si el regreso al trabajo es inevitable pero te sientes sin energía, considera hablar con tu jefe o compañeros para solicitar adaptaciones temporales. Tal vez puedas empezar con tareas más sencillas o mecánicas que no requieran tanta concentración o toma de decisiones. Esta flexibilidad puede permitirte reincorporarte gradualmente a tu rutina laboral.

 3. Comunica tus necesidades

Los demás no siempre sabrán cómo te sientes o qué es lo que necesitas en tu proceso de duelo. Ser honesto y directo sobre lo que esperas de ellos puede prevenir malentendidos. Frases como “Prefiero que no me pregunten sobre el tema” o “Agradezco que lo mencionen” pueden ayudar a tus compañeros a entender cómo apoyarte mejor.

Apoyo a compañeros en duelo

Si en lugar de estar atravesando el duelo eres testigo de un compañero que lo está viviendo, es importante tener en cuenta ciertos aspectos clave para brindarle apoyo:

 1. Evita suposiciones

 No asumas que sabes cómo se siente tu compañero o qué es lo que necesita. El duelo es un proceso único y puede no seguir un patrón predecible. Sé respetuoso y evita proyectar expectativas sobre cómo debería actuar.

 2. Sé paciente y flexible

 Las personas en duelo pueden tener días buenos y malos. Es normal que oscilen entre momentos de conexión con la pérdida y momentos de desconexión, en los que parezcan más enfocados en su trabajo. Mantén una actitud comprensiva y no te desconciertes si su humor o rendimiento cambia de un día para otro.

 3. Ofrece ayuda concreta  

En lugar de hacer ofertas vagas como “Si necesitas algo, avísame”, es preferible ofrecer ayuda específica: “¿Te gustaría que te ayudara con esta tarea?” o “¿Te vendría bien un cambio de horario?”. Esto aligera la carga de pedir ayuda y muestra una disposición genuina para colaborar sin invadir el espacio del otro.

La importancia de un entorno laboral empático

El duelo en el trabajo nos recuerda que, antes que trabajadores, somos humanos. Las empresas deben ser conscientes de que la salud emocional de sus empleados afecta directamente su rendimiento y bienestar. Por ello, es fundamental fomentar una cultura de apoyo mutuo, flexibilidad y comprensión ante situaciones de duelo.

Afrontar el duelo en el entorno laboral requiere un equilibrio entre las necesidades emocionales y las exigencias del trabajo. Tanto los empleados como los empleadores deben estar preparados para ser flexibles y empáticos, reconociendo que el duelo es un proceso personal que puede tener un impacto significativo en el desempeño laboral.

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Beneficios del chisme en el entorno laboral

En el ambiente de trabajo, el chisme puede desempeñar un papel crucial en la construcción de relaciones interpersonales. Un estudio de la Universidad de Pavía, una de las mejores instituciones de Italia, destaca que este tipo de interacción social puede activar respuestas positivas en nuestro cuerpo. La comunicación informal entre colegas no solo facilita el establecimiento de vínculos, sino que también promueve un sentido de pertenencia y cohesión en el equipo.

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Cuando compartimos chismes, el cerebro libera oxitocina, conocida como la «hormona de la felicidad». Este neurotransmisor contribuye a mejorar el estado de ánimo, reducir la ansiedad y fomentar la empatía. 

Efectos fisiológicos del chisme

La misma investigación reveló que, al participar en conversaciones de chisme, también se libera cortisol, una hormona asociada con el estrés. Sin embargo, el impacto de la oxitocina tiende a contrarrestar estos efectos negativos. El estudio, que involucró a 22 mujeres que discutieron diferentes temas, mostró que hablar sobre situaciones cotidianas y chismes generó un aumento significativo en los niveles de oxitocina y una disminución en el cortisol. Esto sugiere que, a pesar de su naturaleza, el chisme puede ayudar a manejar el estrés en el lugar de trabajo.

Además, la oxitocina no solo es crucial para el manejo del estrés, sino que también ayuda a regular nuestras emociones y comportamientos. En un ambiente laboral, esto puede facilitar la resolución de conflictos, mejorar la comunicación entre los miembros del equipo y fomentar un ambiente más armonioso y productivo.

Así que la próxima vez que estés en la oficina, no subestimes el poder de una buena conversación; podría ser exactamente lo que necesitas para fortalecer tus relaciones laborales y mejorar tu estado de ánimo.

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1. Elige la ropa adecuada

La ropa que usas puede marcar una gran diferencia en tu comodidad diaria; opta por prendas sueltas y de algodón que no se ajusten demasiado y que permitan que tu piel respire, ayudando a reducir la fricción. Evita la ropa ajustada, ya que puede irritar las áreas afectadas; pantalones sueltos y camisetas holgadas son una buena opción. Además, llevar una muda de ropa en la oficina puede ser útil si necesitas cambiarte para sentirte más cómodo.

2. Cuida tu higiene personal

Mantener una buena higiene puede ayudarte a controlar los síntomas y prevenir infecciones; dúchate diariamente usando jabones suaves y evita productos que puedan irritar tu piel. Asegúrate de secar completamente las áreas afectadas después de la ducha y lleva toallitas húmedas contigo para refrescar estas áreas durante el día.

3. Maneja el dolor

El dolor puede ser uno de los síntomas más difíciles de la HS, pero hay formas de aliviarlo; consulta con tu médico sobre los medicamentos que pueden ayudarte a controlarlo, usa compresas calientes para reducir la inflamación y toma descansos frecuentes, levantándote y moviéndote regularmente para evitar que el dolor se intensifique por estar mucho tiempo en la misma posición.

4. Ajusta tu espacio de trabajo

Hacer algunos cambios en tu entorno de trabajo puede mejorar tu bienestar; una silla ergonómica, cómoda y bien diseñada puede ayudar a reducir la presión en las áreas afectadas, mientras que el uso de almohadillas y cojines permite sentarte de manera más cómoda. Además, mantener tu área limpia puede prevenir infecciones, especialmente si necesitas cambiar vendajes durante el día.

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5. Comunica tus necesidades

Hablar con tus colegas y supervisores sobre tu condición puede facilitarte mucho las cosas; si te sientes cómodo, informa a tu jefe sobre tu condición para que puedan apoyarte mejor, y comparte información sobre la HS con tus compañeros para que comprendan tu situación y te brinden su apoyo.

6. Gestiona el estrés

El estrés puede empeorar los síntomas de la HS, por lo que es importante encontrar formas de reducirlo; practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o ejercicios de respiración para mantener el estrés bajo control. No dudes en tomarte un día libre si necesitas descansar y recuperarte, y busca apoyo emocional hablando con amigos, familiares o uniéndote a un grupo de apoyo para sobrellevar mejor la situación.

7. Cuida tu alimentación y estilo de vida

Una dieta y estilo de vida saludables pueden tener un impacto positivo en tus síntomas; incluye en tu dieta alimentos antiinflamatorios como frutas, verduras y pescados grasos, bebe suficiente agua durante el día para mantenerte bien hidratado y realiza ejercicios moderados como caminar o nadar, que no irriten las áreas afectadas.

8. Mantén un seguimiento médico regular

El control médico es esencial para manejar la HS de manera efectiva; agenda citas regulares con tu dermatólogo para monitorear tu condición y cumple con los tratamientos y las recomendaciones de tu médico para controlar los síntomas.

Vivir con hidradenitis supurativa puede ser un desafío, pero con las estrategias adecuadas, puedes mantener una vida laboral plena y productiva. No olvides consultar siempre a tu médico para adaptar estos consejos a tus necesidades específicas y asegurarte de recibir el mejor tratamiento posible.

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En la incansable búsqueda de la máxima productividad, a menudo pasamos por alto un componente crucial: el bienestar de los empleados. Sin embargo, es importante recordar que un entorno laboral saludable y positivo no solo contribuye al bienestar individual de los trabajadores, sino que también es fundamental para el éxito general de una empresa. La promoción del bienestar en el lugar de trabajo no solo impulsa la felicidad y la satisfacción de los empleados, sino que también tiene un impacto directo en su desempeño y en la reducción del ausentismo.

En este sentido, tanto empleadores como empleados desempeñan roles igualmente importantes en la creación y mantenimiento de un entorno laboral que fomente la salud y el bienestar. A continuación, te presentamos algunos consejos prácticos para lograr este objetivo y cultivar una cultura laboral que priorice el bienestar de todos los involucrados.

Para empleadores

1. Promover una cultura de bienestar: Desde la alta dirección hasta los niveles inferiores, es crucial que todos en la empresa se comprometan con el bienestar de los empleados. Esto implica comunicar de manera clara y consistente el valor que se le da al bienestar y crear políticas que lo respalden.
2. Ofrecer programas de bienestar: Organizar programas de bienestar que aborden aspectos físicos, mentales y emocionales puede marcar una gran diferencia. Esto puede incluir desde clases de yoga hasta sesiones de meditación, programas de ejercicio en grupo, charlas sobre nutrición y asesoramiento sobre manejo del estrés.
3. Fomentar un equilibrio entre vida laboral y personal: Promover una cultura que valore el equilibrio entre la vida laboral y personal puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la satisfacción laboral. Ofrecer horarios flexibles, días de teletrabajo y vacaciones pagadas puede contribuir a esto.
4. Crear un entorno físico saludable: Asegúrate de que el lugar de trabajo esté diseñado para promover la salud y el bienestar. Esto puede incluir la disponibilidad de áreas verdes, espacios para descansar, opciones de alimentos saludables en la cafetería y la promoción de hábitos ergonómicos.
5. Fomentar el desarrollo profesional y personal: Brindar oportunidades de crecimiento y desarrollo tanto dentro como fuera del ámbito laboral puede aumentar la satisfacción y el compromiso de los empleados. Esto puede incluir programas de capacitación, reembolso de matrícula para cursos relacionados con el trabajo y apoyo para actividades extracurriculares.

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Para empleados

1. Priorizar el autocuidado: Aunque el trabajo es importante, no debes descuidar tu salud física, mental y emocional. Dedica tiempo regularmente para cuidarte a ti mismo, ya sea haciendo ejercicio, meditando, practicando hobbies o pasando tiempo con tus seres queridos.
2. Comunicar tus necesidades: Si sientes que algo en tu entorno laboral está afectando tu bienestar, no tengas miedo de comunicarlo. Habla con tu supervisor o con el departamento de recursos humanos para buscar soluciones que te ayuden a sentirte mejor.
3. Establecer límites: Aprende a decir no cuando sea necesario y establece límites claros entre tu vida laboral y personal. Esto te ayudará a evitar el agotamiento y a mantener un equilibrio saludable entre ambos aspectos de tu vida.
4. Participar en programas de bienestar: Aprovecha al máximo los programas de bienestar que ofrezca tu empresa. Participar en actividades como clases de ejercicio, sesiones de meditación o grupos de apoyo puede ayudarte a mantenerte saludable y conectado con tus compañeros de trabajo.
5. Buscar apoyo: Si estás experimentando dificultades en tu vida personal o laboral, no dudes en buscar apoyo. Ya sea a través de amigos, familiares, colegas o profesionales, hablar sobre tus problemas puede ayudarte a encontrar soluciones y sentirte mejor.

Crear un entorno laboral que fomente la salud y el bienestar requiere un esfuerzo conjunto tanto de los empleadores como de los empleados. Al priorizar el bienestar de los trabajadores, las empresas pueden mejorar la satisfacción y el compromiso de su equipo, lo que a su vez puede conducir a un mayor éxito empresarial a largo plazo.

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