«Las enfermedades cardiovasculares representaron una de las mayores preocupaciones de salud a nivel mundial», comenzó el Dr. Jorge Martínez Trabal, un cirujano vascular reconocido internacionalmente, en una entrevista exclusiva con BeHealth. Enfático, el Dr. Martínez Trabal destacó la gravedad de este problema de salud pública, subrayando que «aproximadamente 17.9 millones de vidas se perdían cada año debido a estas afecciones, según datos de la Organización Mundial de la Salud».

Ante este escenario preocupante, el Dr. Martínez Trabal compartió su visión sobre la importancia de la educación y la información precisa en el ámbito de la salud cardiovascular. Hablando sobre su propia contribución al campo, el Dr. Martínez Trabal reveló: «Durante mi investigación en Estados Unidos, tuve la oportunidad de ganar algunos premios que me permitieron viajar a Europa, específicamente a Marsella».

Allí, tuvo un encuentro decisivo con uno de los principales expertos en el tratamiento de patologías vasculares en Europa. Este encuentro fue fundamental en la evolución de su enfoque hacia el tratamiento de las enfermedades vasculares. «Observé las técnicas utilizadas por diversos especialistas y comprendí que podían ser modificadas para hacerlas más sencillas, menos invasivas para el paciente y con resultados superiores», agregó.

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La técnica innovadora desarrollada por un boricua

La pasión del Dr. Martínez Trabal por mejorar los procedimientos existentes lo llevó a desarrollar la innovadora técnica conocida como trombectomía venosa híbrida. Al hablar sobre este procedimiento, el Dr. Martínez Trabal compartió: «Los resultados fueron muy alentadores y se publicaron como una nueva técnica, que inicialmente se consideró como tal. Luego se publicaron los resultados iniciales de una serie de pacientes y los resultados a mediano plazo, comparándolos con el estándar de atención, lo que demostró excelentes resultados y una reducción significativa en complicaciones».

Pero la contribución del Dr. Martínez Trabal iba más allá de su trabajo clínico. Reconoció la interconexión entre diversas afecciones y destacó la importancia de abordarlas de manera integral. «En la medicina, nos esforzamos por categorizar las patologías en grupos específicos; sin embargo, todas estas condiciones estaban interconectadas porque afectan el mismo órgano: el endotelio», explicó. «Es como tener arrugas en la piel: no te convierte en una persona enferma, pero cuando esas arrugas interfieren con la función adecuada, es necesario abordarlas médicamente».

La educación como aliada de la ciencia

En este contexto, el Dr. Martínez Trabal enfatizó la importancia de la prevención y el control de factores de riesgo modificables, como la diabetes, la obesidad y el tabaquismo. «El riesgo de desarrollar complicaciones como la amputación aumenta con el tiempo y se ve exacerbado por factores como la diabetes, el colesterol alto, el tabaquismo y el estilo de vida sedentario», advirtió. «Estos factores son de suma importancia porque son modificables a través de cambios en la dieta, el control de la diabetes y el colesterol con medicamentos, y el abandono del hábito de fumar».

Al final de la entrevista, el Dr. Martínez Trabal reflexionó sobre su reconocimiento profesional y su compromiso continuo con la salud cardiovascular. «El premio Servired Award fue un gran honor para mí, pero también fue un logro para Puerto Rico y para el Instituto Cardiovascular San Lucas«, compartió con humildad. «Estoy convencido de que mi contribución podría ser beneficiosa para todos y me siento a seguir trabajando en pro de la salud cardiovascular de nuestros pacientes».

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«La trombectomía es una herramienta esencial en la lucha contra la obstrucción arterial. Esta técnica nos permite restaurar el flujo sanguíneo y evitar la pérdida de extremidades en pacientes con enfermedad arterial periférica«, explicó a BeHealth el Dr. Martínez Trabal.

¿Cómo se lleva a cabo la trombectomía?

Según indicó el doctor, la trombectomía se lleva a cabo mediante dos métodos principales. Uno de ellos implica la disolución del coágulo utilizando una solución líquida, mientras que el otro método implica la extracción mecánica del trombo. Esta extracción mecánica es lo que comúnmente se conoce como una trombectomía. Es fundamental destacar que este procedimiento es invasivo y suele requerir el uso de instrumentos para agarrar y eliminar el coágulo, además de anestesia local y sedación en ciertos casos, especialmente en pacientes con enfermedad arterial periférica.

«La trombectomía es un procedimiento altamente efectivo que permite eliminar rápidamente los coágulos y restaurar el flujo sanguíneo en las arterias obstruidas. La velocidad de acción es esencial para preservar la salud de nuestros pacientes», enfatizó.

¿Cuál es su función?

La tromboectomía es una técnica esencial para abordar situaciones en las que los coágulos sanguíneos obstruyen el flujo de sangre hacia una extremidad. Esta obstrucción puede originarse por dos razones principales. En algunos casos, un coágulo se desprende del corazón y queda atrapado en una bifurcación de las arterias, donde el flujo sanguíneo se divide en ramificaciones más pequeñas. En otros casos, la obstrucción surge debido a la acumulación de placa en las arterias, similar a lo que ocurre en los ataques cardíacos.

El tiempo es esencial

La rapidez con la que se realiza la trombectomía desempeña un papel crucial. Si un paciente recibe atención dentro de las primeras seis horas después de experimentar síntomas y aún mantiene un flujo sanguíneo mínimo en la extremidad afectada, es probable que no experimente un déficit significativo. Sin embargo, si el tratamiento se retrasa durante 10 a 12 horas o más, los resultados pueden ser más graves.

«El tiempo es un factor determinante en la trombectomía. Un tratamiento oportuno puede marcar la diferencia entre la recuperación completa y la pérdida de una extremidad», destaca el Dr. Martínez Trabal.

Los pacientes experimentan síntomas como dolor súbito, enfriamiento y palidez de la extremidad afectada, y esto es más comúnmente observado en las piernas.

“Este dolor puede ser intenso y, a medida que el tiempo avanza, el paciente puede perder la sensibilidad y la capacidad de mover la extremidad. Si no se aborda a tiempo, los tejidos pueden comenzar a morir y la situación se vuelve irreversible”. 

El objetivo principal es eliminar el coágulo para restaurar el flujo sanguíneo y prevenir la pérdida de la extremidad del paciente. La rapidez con la que se realice este procedimiento es crucial, ya que el tiempo transcurrido desde los primeros síntomas es un factor determinante.

“Si un paciente recibe atención dentro de las primeras seis horas y todavía existe algún flujo sanguíneo mínimo en la extremidad afectada, es probable que no experimente un déficit significativo. El déficit más común en esta situación es la incapacidad para levantar el pie o realizar movimientos específicos, como la flexión del tobillo. Sin embargo, si se retrasa el tratamiento durante 10 a 12 horas o más, los resultados pueden ser más graves”.

Innovación en la trombectomía vascular

“Mi interés en este procedimiento surgió de mis experiencias y entrenamiento con algunos de los mejores expertos mundiales en trombosis venosa. A lo largo de mi carrera, tuve la oportunidad de aprender de estos reconocidos especialistas, lo que me llevó a considerar nuevas formas de abordar esta patología de manera más eficiente y menos invasiva”, explicó.

Su inspiración provino de combinar métodos eficaces de distintos expertos y aprovechar la tecnología moderna para mejorar el procedimiento existente. Su enfoque se centró en minimizar el sangrado, reducir el número de incisiones y garantizar una mayor comodidad para el paciente.

Actualmente, el Dr. Martínez Trabal ha revolucionado el campo de la trombectomía venosa mediante su enfoque innovador. A diferencia de los métodos tradicionales que requerían incisiones en el tobillo y enfrentaban desafíos al cruzar válvulas venosas, el Dr. Martínez Trabal desarrolló una técnica menos invasiva. Su método, denominado «shift», utiliza un alambre flexible y un tubo especial para navegar a través de las válvulas sin causar daño, lo que mejora significativamente la efectividad y seguridad del procedimiento.

«Mi objetivo era encontrar una manera más segura y efectiva de realizar tromboectomías venosas. La técnica ‘shift’ ha demostrado ser un avance significativo en este sentido», comenta el Dr. Martínez Trabal.

¿En qué se diferencia este procedimiento de las técnicas previas?

Antes, se requería una incisión en el tobillo para introducir un dispositivo mecánico que eliminaría los coágulos. Sin embargo, atravesar las válvulas venosas era un desafío, ya que estas estructuras dificultaban el avance. Para evitar dañar las válvulas, se optaba por hacer una incisión en la pared de la vena.

“Mi enfoque innovador permitió superar este obstáculo de manera menos invasiva. Usando un alambre flexible y un tubo especial, logramos navegar a través de las válvulas sin dañarlas, lo que mejoró significativamente la efectividad y la seguridad del procedimiento. Esta técnica se ha denominado «shift» y ha demostrado ser una forma eficaz de tratar la trombosis venosa”, contó.

Un legado de contribución médica

A lo largo de su carrera, el Dr. Jorge Martínez Trabal ha realizado más de 500 procedimientos de trombectomía vascular. Estos procedimientos han representado una contribución significativa al campo de la medicina vascular, marcando una diferencia tangible en la vida de los pacientes que han enfrentado esta condición.

El futuro de la trombectomía

Mirando hacia el futuro, el Dr. Martínez Trabal se encuentra trabajando en una patente que podría llevar la tromboectomía venosa a un nivel aún más avanzado y menos invasivo. Su objetivo es realizar el procedimiento sin necesidad de hacer incisiones en la piel. Esta innovación permitiría guiar el coágulo a favor de las válvulas venosas en lugar de luchar contra ellas, como ocurre en la actualidad.

«La innovación en medicina nunca se detiene. Mi objetivo es seguir mejorando las opciones de tratamiento para nuestros pacientes», concluyó el Dr. Martínez Trabal.

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Yo había leído hace mucho tiempo sobre esta filosofía japonesa, y creo que no es casualidad que vuelva a escuchar de ella en estos momentos en los cuales la salud mental está tan quebrantada no solo en nuestro país, sino en el mundo entero. La palabra “Kintsugi” en japonés significa “reparar con oro” y es una técnica que se remonta al siglo 15. Se pone en práctica cuando alguna pieza de cerámica se rompe, y, en vez de desecharla, se vuelven a pegar las piezas, y las grietas que quedan a raíz de la ruptura, son rellenadas con laqueado mezclado con oro, plata o platino. El resultado es una obra de arte que, si bien jamás va a ser igual a la pieza original, refleja de una manera hermosa y creativa la historia de ese objeto. Un día se rompió, pero hoy permanece.

La filosofía del “kintsugi” va de la mano de otra práctica japonesa, conocida como “wabi-sabi” definido como el acto de encontrar y celebrar la belleza en la imperfección. La mayoría de nosotros nos hemos roto en algún momento. Hay heridas que son visibles, pero la realidad es que la mayoría de ellas solo las conocen quienes las llevan por dentro. La oportunidad de hacer “kintsugi” emocional nos permitiría entonces transformar esos espacios que han roto, esas heridas que nos quedan, en homenajes a nuestra capacidad de resiliencia, de sanación, y de renacimiento luego de habernos quebrado de alguna forma. Ojalá los seres humanos pudiésemos pintar con dorado o plateado nuestras grietas. Pero la cosa es más complicada para nosotros. Eso no quiere decir que no se pueda.

Conozco personas que han sufrido pérdidas tan desgarradoras que me hacen pensar que si yo las hubiese atravesado jamás me hubiese levantado. Sin embargo, ellas están de pie, viviendo vidas plenas, con propósito, y felices. ¿Cómo lo hacen? Estudios indican que entre las características principales de estas personas están su capacidad de mantener a su alrededor grupos de apoyo, amistades, o familiares, que le dan significado a sus vidas. Generalmente estas personas, aún todavía cargando sus heridas, tienden a no vivir en ellas. Las han pintado de dorado creando un presente que hace sentido y le han abierto la puerta a la alegría a pesar de lo vivido en el pasado.

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Leí una entrevista realizada a restaurador de “kintsugi” de nombre Hiroki Kiyokawa en la cual él afirmaba que creer que todas las cosas (incluyendo nosotros) fuimos creados para “rompernos” en algún momento. “Pienso que estar roto o defectuoso nunca debe ser algo malo”, dijo. “Nuestras imperfecciones pueden ser el nacimiento de algo nuevo.” Poderosas palabras ¿no creen? El problema es que en ocasiones se nos hace más fácil obviar las imperfecciones de otros viéndolos a través de la compasión y la empatía, que reconocer y soltar las nuestras.

El “kintsugi” emocional requiere autoconocimiento, pero sobre todo autocompasión. Y no confundamos el ser “autocompasivos” con sentirnos víctimas. La víctima no transforma creativamente sus heridas, sino que, por el contrario, se convierte y muchas veces se esconde en ellas. El practicar la compasión con nosotros mismos nos permite vernos objetivamente y reconocer aquello que todavía no ha sanado y que, por lo tanto, está afectando adversamente nuestra salud emocional y nuestras relaciones interpersonales. En otras palabras, nos está haciendo infelices. Y la infelicidad es el resultado inevitable de fracturas emocionales que no hemos podido identificar, sanar o ambas.

La vida es un constante fluir entre pérdidas y ganancias. Todos vamos a sufrir algo algún día. Pero ni el momento más difícil, ni la alegría más grande son permanentes. Todo cambia todo el tiempo. Aprendamos a identificar esas heridas para transformarlas en arte sintiéndonos orgullosos de lo que hemos crecido, vivido y reído a pesar de ellas. Bañándolas en brillo y color estaremos dando nuestro primer paso hacia la sanación. Gracias al “kintsugi” por recordarme de lo que somos capaces.

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