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¿Son decisivas las vacunas en los preadolescentes y adolescentes?

¿Cuál es la importancia de la vacunación en los preadolescentes y adolescentes? Para expertos del CDC esta etapa de prevención significa un escudo importante para minimizar y evitar expandir las enfermedades graves y sobre todo, potencialmente mortales. En estos rangos de edad, entre los 7 y 18 años, la exposición a virus y contagios es mayor debido a la socialización en escuela y otros escenarios; reafirmando la importancia no solo de las vacunas a nivel individual sino colectivo. A su vez, la prevención de las vacunas, evita daños cerebrales, cáncer, parálisis y otras complicaciones incluso contagiosas. 

Para la American Academy of Pediatrics (AAP) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la adolescencia es un periodo crítico para fortalecer el sistema inmunitario con refuerzos y nuevas vacunas. Según los expertos, las tasas de vacunación en adolescentes han mejorado en los últimos años, pero aún existen brechas, especialmente en vacunas como la del VPH y la antimeningocócica. Un adolescente no vacunado tiene un riesgo significativamente mayor de enfermarse y contagiar a otros, lo que puede derivar en brotes escolares o comunitarios.

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Prevención de una enfermedad mortal

La vacuna antimeningocócica es uno de los ejemplos más claros de la importancia de la inmunización. A los 11 o 12 años, los adolescentes deben recibir la vacuna que protege contra varias cepas de meningococo, una bacteria que puede causar infecciones graves como meningitis y septicemia. Según la CDC, las tasas de letalidad de la enfermedad meningocócica pueden ser de hasta el 15%, incluso con tratamiento adecuado. Además, uno de cada cinco sobrevivientes puede sufrir consecuencias graves como pérdida de extremidades, sordera o daño cerebral permanente.

Las infecciones meningocócicas se propagan rápidamente a través de la saliva y el contacto cercano, lo que pone a los adolescentes en mayor riesgo en entornos como las escuelas, los campamentos y las residencias universitarias. La vacuna antimeningocócica ACWY cubre cuatro cepas bacterianas, mientras que la MenB protege contra una quinta cepa, recomendada en ciertos casos. Los expertos subrayan que estas vacunas son esenciales para evitar complicaciones a largo plazo.

Por su parte, la vacuna Tdap, que se administra a los 11 o 12 años, es un refuerzo necesario para mantener la protección contra tres enfermedades que han sido históricamente letales. El tétanos es una infección que afecta al sistema nervioso y causa contracciones musculares dolorosas, y aunque es menos común que en el pasado, sigue siendo una amenaza real, especialmente en caso de heridas accidentales.

Por otro lado, la difteria era una de las principales causas de muerte en niños antes de la existencia de la vacuna, causando insuficiencia respiratoria y cardíaca. A pesar de su baja incidencia hoy en día, sigue presente en algunas regiones, y un brote podría reaparecer sin inmunización adecuada.

La tosferina (tos convulsa), que también está cubierta por la vacuna Tdap, es altamente contagiosa y puede ser peligrosa para los bebés, causando complicaciones respiratorias graves. Los adolescentes vacunados ayudan a reducir la transmisión de esta enfermedad a los más vulnerables.

Las vacunas y sus logros importantes

Uno de los avances más significativos en la prevención de cáncer ha sido la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), que se recomienda entre los 9 y 12 años. El VPH es responsable de la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino, así como de cánceres de pene, garganta y ano. 

Es crucial que los adolescentes reciban la vacuna antes de exponerse al virus, ya que esto maximiza su efectividad. Las estadísticas muestran que menos del 60 % de los adolescentes en Estados Unidos están completamente vacunados contra el VPH, lo que representa un desafío para la salud pública. Cuanto mayor sea la cobertura de vacunación, más se reducirá la carga de estas enfermedades en el futuro.

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Vacuna contra la influenza

La vacuna contra la gripe es otra inmunización fundamental que los adolescentes deben recibir cada año. La gripe no solo afecta la asistencia escolar y el rendimiento académico, sino que también puede causar complicaciones graves. Según el CDC, cientos de miles de hospitalizaciones y miles de muertes ocurren cada año en Estados Unidos debido a la gripe, y los adolescentes no están exentos. La vacunación anual reduce significativamente el riesgo de enfermedad grave.

Poniéndose al día con las vacunas

Si un adolescente está atrasado en su calendario de vacunación, es vital que reciba las dosis recomendadas para protegerse contra enfermedades como la hepatitis A y B, la poliomielitis, el sarampión, las paperas, la rubéola y la varicela. Estas enfermedades no han desaparecido y pueden causar complicaciones graves si no se toman las medidas preventivas adecuadas. Además, muchas universidades y centros educativos exigen que los estudiantes estén al día con sus vacunas, por lo que cumplir con estas pautas también es un requisito académico.

Impacto colectivo de la vacunación

El cumplimiento de las recomendaciones de vacunación no solo protege a los adolescentes, sino que también contribuye a la inmunidad colectiva. Este concepto es fundamental para prevenir brotes de enfermedades contagiosas en la población general, ya que cuando la mayoría de las personas están vacunadas, se reduce la posibilidad de propagación de patógenos, protegiendo incluso a aquellos que no pueden vacunarse por razones médicas.

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