Cada 13 de marzo se conmemora el Día Mundial del Riñón, una fecha clave para visibilizar la importancia de la salud renal y la prevención de la enfermedad renal crónica. Esta afección representa un serio problema de salud pública a nivel global, con aproximadamente 2,4 millones de muertes anuales, convirtiéndose en una de las principales causas de mortalidad en aumento. Su impacto no solo es sanitario, sino también económico, debido a los altos costos asociados con tratamientos avanzados como la diálisis y el trasplante renal.
Según expertos en salud, los riñones desempeñan funciones vitales en el organismo, como la eliminación de toxinas, el equilibrio de sales y minerales, la absorción de vitamina D y la producción de glóbulos rojos. Sin embargo, enfermedades como la diabetes y la hipertensión pueden afectar su funcionamiento, aumentando el riesgo de insuficiencia renal.
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Ante esta realidad, especialistas en nefrología han establecido siete reglas fundamentales para prevenir la enfermedad renal crónica:
- Consumir entre 1,5 y 2 litros de agua al día ayuda a los riñones a eliminar toxinas y mantener un equilibrio saludable de líquidos en el cuerpo.
- Priorizar el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, reduciendo la ingesta de sal, carnes rojas y embutidos.
- Realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana contribuye a la circulación sanguínea y a la protección de los riñones.
- El uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) puede afectar la función renal, por lo que es fundamental consultar siempre con un profesional de la salud.
- El tabaco reduce el flujo sanguíneo a los riñones y acelera su deterioro.
- La hipertensión arterial y la diabetes son las principales causas de insuficiencia renal. Seguir el tratamiento adecuado y adoptar medidas preventivas es clave para evitar complicaciones.
Un simple examen de sangre y orina puede detectar a tiempo problemas renales y permitir una intervención temprana.
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