Numerosos estudios han demostrado que la actividad física regular puede ser una herramienta efectiva para el manejo del dolor. De acuerdo con la Arthritis Foundation, actividades de bajo impacto como caminar, hacer ejercicios aeróbicos acuáticos o yoga pueden aliviar significativamente el dolor articular y mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la fuerza.

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Incluso 150 minutos de actividad física moderada a la semana pueden marcar una diferencia en la percepción del dolor y en la calidad de vida de los pacientes.

El sueño también juega un papel crucial en la percepción y el manejo del dolor. Estudios han encontrado que las personas que no duermen lo suficiente tienden a experimentar niveles más altos de dolor y una mayor sensibilidad a los estímulos dolorosos. Una rutina de sueño consistente, como acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, es fundamental. Un estudio publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine reveló que el 70% de las personas con dolor crónico tienen problemas de sueño, lo que exacerba sus síntomas.

La Ley de Estadounidenses con Discapacidades exige que los empleadores realicen ajustes razonables para los empleados con dolor crónico, lo que podría incluir la posibilidad de trabajar desde casa, horarios flexibles, o equipamiento ergonómico. La implementación de estos cambios no solo mejora la comodidad del empleado, sino que también puede reducir la incidencia de bajas laborales.

Además de las intervenciones físicas y médicas, las actividades recreativas que actúan como distracciones pueden ser una herramienta valiosa para el manejo del dolor, como por ejemplo la pintura o los juegos de mesa pueden ayudar a reducir la percepción del dolor al enfocar la mente en tareas agradables.

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La alimentación también puede jugar un rol crucial en la percepción del dolor. Una dieta balanceada, rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, es esencial para mantener un cuerpo saludable y reducir la inflamación, uno de los principales causantes del dolor.

El estrés es un desencadenante conocido del dolor crónico, y su manejo adecuado es crucial para quienes lo padecen. La Clínica Mayo destaca que técnicas como la meditación, la respiración profunda y la visualización guiada pueden ser efectivas en la reducción del dolor percibido.

¿Cómo se maneja el dolor crónico en la artritis reumatoide?

El manejo del dolor crónico en pacientes con artritis reumatoide requiere un enfoque integral que combine actividad física, nutrición adecuada, y técnicas de reducción de estrés. Según la Arthritis Foundation, ejercicios de bajo impacto como el yoga y los aeróbicos acuáticos no solo mejoran la movilidad articular, sino que también alivian el dolor y reducen la inflamación, factores críticos en esta condición.

Además, mantener una dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, y proteínas magras puede contribuir a reducir los síntomas del dolor hasta en un 25%, como lo indican estudios de la Harvard Medical School. Por otro lado, la incorporación de técnicas de manejo del estrés, como la meditación y la respiración profunda, puede ayudar a disminuir la percepción del dolor, brindando a los pacientes con artritis reumatoide una herramienta valiosa para mejorar su calidad de vida.

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Dificultades comunes

1. Apertura de envases: El dolor y la debilidad en las manos pueden dificultar la apertura de frascos, botellas y latas.
2. Corte y picado de alimentos: Manipular cuchillos y otros utensilios puede ser doloroso y peligroso si la destreza manual se ve afectada.
3. Sujeción de utensilios: La rigidez en las manos puede hacer difícil sostener cucharas, tenedores, tazas y otros utensilios de cocina.
4. Fatiga: La AR puede causar fatiga extrema, lo que dificulta el estar de pie por períodos prolongados o completar tareas que requieren mucho tiempo.
5. Movimiento limitado: El dolor en las articulaciones puede limitar el alcance y la capacidad para moverse libremente en la cocina.

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Un taburete resistente de la altura adecuada puede ser tu mejor aliado en la cocina. Te permitirá sentarte mientras picas, revuelves o cocinas, evitando la fatiga de estar de pie por mucho tiempo.

2- Utiliza un horno tostador

Para reducir la necesidad de agacharte o estirarte, considera usar un horno tostador o un microondas de mostrador para hornear o recalentar. Estos aparatos facilitan el acceso y son más amigables para las articulaciones.

3- Cuelga tus ollas y sartenes

Evita la necesidad de agacharte organizando tus utensilios de cocina a la altura de los brazos. Colgar ollas y sartenes en ganchos o en un estante del techo puede hacerlos más accesibles.

4- Guarda los ingredientes al alcance

Coloca los ingredientes de uso común como aceite, especias y azúcar en la encimera o en un estante giratorio. Esto te permitirá acceder a ellos sin necesidad de agacharte o estirarte.

5- Usa utensilios ergonómicos

Utensilios con mangos ergonómicos y acolchados pueden hacer una gran diferencia. Un cuchillo con un mango grande permite usar el peso del cuerpo para cortar en lugar de la fuerza de la mano, y ollas con dos asas distribuyen mejor el peso.

6- Apuesta por lo eléctrico

Los electrodomésticos pequeños como batidoras de mano, procesadores de alimentos y abridores eléctricos de frascos pueden reducir el esfuerzo de tareas repetitivas como mezclar o picar.

7- Facilita el acceso al refrigerador

Si abrir la puerta del refrigerador resulta difícil, atar una bufanda o correa alrededor del asa puede ayudarte a usar el peso de tu cuerpo para abrirla, en lugar de solo la fuerza de la mano.

8- Llena las ollas poco a poco

En lugar de levantar una olla pesada llena de agua, llénala en la estufa usando una taza o jarra. Si la distancia entre la estufa y el fregadero es grande, coloca la olla en un soporte con ruedas para facilitar el traslado.

9- Utiliza una olla de cocción lenta

Una olla de cocción lenta permite preparar comidas sin necesidad de estar mucho tiempo de pie. Solo agrega los ingredientes, y la olla hará el trabajo por ti.

10- Lava los platos a mano

En lugar de agacharte para cargar y descargar un lavaplatos, lava los platos a mano. El agua tibia puede ser reconfortante para las articulaciones cuando tienes un diagnóstico de artritis reumatoide.

11- Cocina una vez, come dos veces

Duplicar las recetas te permite tener una comida extra para congelar, lo que es útil en días en que tus articulaciones están especialmente doloridas o cuando simplemente necesitas un descanso.

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1. Ignorar las señales de advertencia

Uno de los primeros errores que cometen los pacientes es no prestar atención a las señales de advertencia. A menudo, se atribuye el dolor a problemas comunes como el túnel carpiano o a los efectos de pasar largas horas frente a la computadora. Al asumir que los síntomas son consecuencia de su estilo de vida, se retrasa la búsqueda de un diagnóstico adecuado, lo que permite que los síntomas empeoren. Es fundamental no ignorar lo que el cuerpo trata de comunicar.

2. No controlar el ritmo de vida

Aprender a controlar el ritmo de vida con la artritis reumatoide es esencial. Muchos pacientes intentan superar el dolor y no se permiten descansar, lo que solo agrava la condición. Con el tiempo, se aprende que controlar el ritmo y permitirse descansar cuando es necesario mejora tanto el bienestar físico como la salud mental. Este es un aspecto en el que es posible mejorar continuamente.

3. Confiar exclusivamente en el reumatólogo

Inicialmente, es común confiar completamente en el reumatólogo, esperando que tenga todas las respuestas. Sin embargo, la artritis reumatoide es una enfermedad compleja que requiere un enfoque multidisciplinario. Los pacientes suelen experimentar una mejoría significativa cuando buscan el apoyo de otros profesionales, como fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales clínicos y, sobre todo, aprenden a confiar en sí mismos.

4. Ser víctima de conceptos erróneos

Al principio, muchos pacientes no creen en su diagnóstico porque su concepto de la artritis no coincide con los síntomas que están experimentando. La creencia de que la artritis solo se trata de dolor en las articulaciones puede retrasar la comprensión de que se trata de una enfermedad autoinmune que afecta todo el cuerpo. Es crucial educarse sobre la enfermedad para poder entenderla y manejarla mejor.

5. Pensar en los peores escenarios

Recibir un diagnóstico de artritis reumatoide puede llevar a pensar en los peores escenarios, lo que puede causar una pérdida de esperanza. La experiencia de familiares con artritis severa y las historias negativas en línea pueden alimentar este miedo. Con el tiempo, es importante entender que cada caso es único y que existen nuevos tratamientos disponibles que pueden mejorar significativamente la calidad de vida.

6. Dejar de tomar medicamentos por miedo

Es común que algunos pacientes dejen de tomar medicamentos debido al miedo a los efectos secundarios, especialmente después de que varios tratamientos no han funcionado. Sin embargo, dejar que la enfermedad avance sin tratamiento solo empeora la situación. Es importante retomar el tratamiento bajo la supervisión de un reumatólogo y comprender que este miedo es compartido por muchos pacientes.

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7. Escuchar a las personas equivocadas

Los pacientes con artritis reumatoide a menudo reciben muchos consejos no solicitados de personas que no entienden su enfermedad. Algunos pueden sugerir remedios caseros sin fundamento científico, lo que solo aumenta la confusión. Es esencial confiar solo en los profesionales de la salud y en aquellos que tienen experiencia con la artritis reumatoide.

8. Temer al ejercicio

Muchos pacientes creen erróneamente que el ejercicio empeorará su dolor y optan por evitarlo. Sin embargo, el ejercicio adecuado es una herramienta poderosa para manejar la artritis. Con la ayuda de un fisioterapeuta, es posible aprender a hacer ejercicio de manera segura, convirtiendo el movimiento en una parte fundamental del autocuidado.

9. Gastar dinero en tratamientos ineficaces

Como muchas personas con dolor crónico, los pacientes con artritis reumatoide pueden gastar una gran cantidad de dinero en productos y tratamientos que prometen alivio pero que no tienen respaldo científico. Es mejor invertir en tratamientos probados y evitar caer en las trampas de vendedores de soluciones milagrosas.

10. No educarse sobre la condición

Uno de los errores más grandes es no educarse lo suficiente sobre lo que significa estar inmunocomprometido. Muchos pacientes no comprenden los riesgos que enfrentan y no toman las precauciones necesarias para proteger su salud. Es fundamental informarse y tomar medidas para evitar infecciones y otros problemas de salud.

11. Dejar que afecte el bienestar mental

La artritis reumatoide puede afectar significativamente el bienestar mental, especialmente si el paciente se siente solo o culpable por su enfermedad. Es crucial conectarse con otras personas que comparten la misma experiencia para evitar el aislamiento y la autoinculpación.

12. No defenderse a sí mismo

Finalmente, aprender a abogar por uno mismo es esencial. Al principio, muchos pacientes no saben decir que no y se preocupan por ser una carga para los demás. Con el tiempo, se comprende la importancia de defender las propias necesidades y cuidar de sí mismo, sin sentirse culpable por ello.

Consejos para evitar errores

Si alguien se identifica con alguno de estos errores, es importante recordar que todos somos humanos y que es posible aprender de nuestras experiencias. La clave para manejar la artritis reumatoide es educarse, buscar apoyo en profesionales de la salud y estar dispuesto a adaptarse a los cambios que la enfermedad trae consigo.

1. Mantenerse informado sobre la condición.
2. Asistir a seminarios y clases sobre el cuidado de la artritis.
3. Consultar con una variedad de profesionales de la salud.
4. No tener miedo de hacer preguntas.
5. Unirse a un grupo de apoyo para conectarse con otros que entienden la experiencia.

Tomar el control de la salud y bienestar es posible, y cada paso hacia la educación y el apoyo es un paso hacia una mejor calidad de vida.

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Etapas de la artritis reumatoide

La artritis reumatoide progresa a través de varias etapas, comenzando con una fase preliminar antes del diagnóstico, seguida por cuatro etapas clínicas.

Etapa Pre-AR

Antes de que aparezcan los síntomas, una combinación de factores genéticos y ambientales altera el sistema inmunológico, provocando la producción de autoanticuerpos que atacarán las articulaciones en el futuro.

Etapa 1 (inicial)

La inflamación comienza en el revestimiento de las articulaciones, causando rigidez y dolor. Aunque las radiografías no muestran daños visibles, el tejido circundante puede estar inflamado.

Etapa 2 (moderada)

La inflamación daña el cartílago que protege los extremos de los huesos. Los movimientos se vuelven limitados y las radiografías comienzan a mostrar daños en los huesos de la articulación.

Etapa 3 (severa)

La destrucción del cartílago y el daño óseo se hacen evidentes. Las articulaciones pueden volverse inestables y deformes, con un aumento del dolor, la rigidez y la pérdida de movimiento.

Etapa 4 (final)

En la etapa terminal, las articulaciones pueden dejar de funcionar por completo. El dolor, la hinchazón y la rigidez son más intensos, y puede ser necesaria la cirugía para restaurar el movimiento. 

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Tratamiento basado en las etapas de la AR

El tratamiento de la artritis reumatoide se adapta a medida que la enfermedad avanza. A continuación, se describen las opciones de tratamiento según la etapa de la enfermedad:

1- Etapa inicial

El objetivo principal es controlar la inflamación para prevenir el daño articular.

Se suelen recetar esteroides en dosis bajas, medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs) como el metotrexato, y antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para el dolor.

2- Etapa moderada

A medida que las actividades diarias se vuelven más difíciles, se puede combinar el metotrexato con otros DMARDs o utilizar DMARDs biológicos como adalimumab o etanercept. La fisioterapia y el ejercicio son esenciales para mantener la movilidad.

3-Etapa severa

Si los inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF) no son efectivos, se puede cambiar a otra clase de biológicos. La cirugía, como el reemplazo articular o la fusión de articulaciones, se considera cuando las deformidades y el daño limitan la movilidad.

Signos de progresión de la AR

Reconocer los signos de que la AR está empeorando es crucial para ajustar el tratamiento. Algunos indicadores incluyen:

• • • Flares intensos o prolongados.
    • Mayor rigidez y menor rango de movimiento.
    • Presencia de nódulos reumatoides bajo la piel.
    • Inflamación activa detectada en análisis de sangre o líquido articular.
    • Daños en radiografías y altos niveles de factores reumatoides en sangre.

Remisión de la artritis reumatoide

La remisión es posible con un tratamiento temprano y agresivo, significa que los síntomas están bajo control y la actividad de la enfermedad es baja. Los pacientes pueden experimentar un periodo sin síntomas, lo que permite la reducción o suspensión de medicamentos bajo supervisión médica.

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«El bienestar es fundamental, especialmente cuando se vive con una enfermedad como la gota,» fueron las primeras palabras del Dr. Dennis F. Suárez, reumatólogo especializado en enfermedades inflamatorias, en una entrevista exclusiva con BeHealth.

La gota, conocida desde la época de los egipcios, es una enfermedad inflamatoria de las articulaciones que afecta aproximadamente al 4% de la población. Según el Dr. Suárez, «su nombre proviene de la época de los griegos, quienes creían en un balance entre cuatro humores. La gota se atribuía a un exceso de flema que se depositaba en las articulaciones.»

Causas y mecanismos subyacentes

La gota se caracteriza por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones. El ácido úrico, una sustancia producida en el metabolismo, puede precipitarse en los tejidos cuando sus niveles en la sangre superan los 6.8 miligramos. «Esto provoca una respuesta inflamatoria dolorosa, ya que el sistema inmune identifica estos cristales como intrusos y trata de eliminarlos,» explica el Dr. Suárez.

Además del metabolismo, el estilo de vida juega un papel significativo en la prevalencia de la gota. «El consumo de alcohol, ciertos alimentos y el sobrepeso pueden aumentar los niveles de ácido úrico,» señala el Dr. Suárez.

«La gota también está asociada con condiciones como obesidad, diabetes tipo 2, hipercolesterolemia, fallo cardíaco y enfermedad isquémica cardíaca, siendo estas condiciones de 2 a 4 veces más comunes en pacientes con gota».

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Importancia del diagnóstico precoz y tratamiento eficaz

El manejo efectivo de la gota incluye cambios en el estilo de vida y tratamiento médico adecuado. «Es crucial identificar y tratar estas comorbilidades asociadas para mejorar la calidad de vida del paciente», destaca el Dr. Suárez.

Por tanto, es fundamental educar a los pacientes sobre cómo reconocer los síntomas y la importancia de mantener un estilo de vida saludable. Los ataques de gota, que son episódicos y extremadamente dolorosos, suelen ocurrir durante la madrugada, afectando principalmente el dedo gordo del pie.

Tratamiento y cambios en el estilo de vida

El tratamiento de la gota implica cambios significativos en el estilo de vida, como la adopción de una dieta específica y la práctica regular de ejercicio. «El ejercicio ayuda a perder peso y reduce los niveles de ácido úrico,» explica el Dr. Suárez. Además, la dieta juega un papel crucial: «Es importante evitar alimentos que aumenten los niveles de ácido úrico, como ciertos tipos de carnes y alcohol».

El diagnóstico preciso de la gota se basa en la identificación de cristales de ácido úrico en las articulaciones. «Esto se confirma mediante análisis de laboratorio y estudios de imagen», menciona el Dr. Suárez. El tratamiento incluye medicamentos para reducir los niveles de ácido úrico y manejar los ataques agudos, asegurando que los pacientes puedan llevar una vida plena y sin dolor.

Investigación y futuras perspectivas

Aunque la gota es una enfermedad compleja, su manejo adecuado puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. «Educación, adherencia al tratamiento y cambios en el estilo de vida son clave para controlar la gota y prevenir futuros ataques,» dijo el Dr. Suárez.

«Con los avances tecnológicos, podemos mejorar significativamente estos tratamientos. Hay nuevos medicamentos en desarrollo que prometen ser más efectivos y aumentar las opciones disponibles, lo que ayudará a manejar mejor la gota y mejorar la calidad de vida de los pacientes,» anticipa el Dr. Suárez.

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Chiara Tarafa, quien es parte de la familia de BeHealth es paciente de colitis ulcerosa desde muy pequeña y recientemente nos compartió su historia con la condición. Para ella, el diagnóstico fue complejo. «A menudo, se requiere de varios gastroenterólogos y pruebas como la colonoscopia para confirmar estas enfermedades. En mi caso, mis síntomas, como la urgencia por ir al baño, llevaron a que me realizaran una colonoscopia donde finalmente se identificó la colitis ulcerosa», contó.

Causas y factores de riesgo

Una de las causas potenciales de la colitis ulcerosa está relacionada con problemas en el flujo sanguíneo hacia el intestino, aunque no existe una única causa conocida para las enfermedades inflamatorias del intestino. Existe una predisposición genética que puede aumentar el riesgo de desarrollar estas condiciones. Recientemente, explicó Chiara, un estudio del Reino Unido sugirió que ciertas deficiencias en el ADN podrían estar involucradas en su origen. Además, la dieta también puede jugar un papel importante en su desarrollo.

Manejo y tratamiento

Estas enfermedades son crónicas, lo que significa que no tienen cura definitiva y requieren manejo a lo largo de la vida. El manejo efectivo implica un enfoque multidisciplinario que incluya diferentes profesionales de la salud, ya que no solo afectan el colon, sino que también pueden tener manifestaciones en la salud mental y física. Es crucial mantener una red de apoyo médico para abordar estos aspectos de la enfermedad.

«En mi experiencia, además de la colitis ulcerosa, desarrollé hipotiroidismo y diabetes tipo 1 como condiciones adicionales relacionadas con esta enfermedad».

Impacto en la vida diaria

Chiara afirma que entiende completamente cómo puede impactar una enfermedad crónica como la colitis ulcerosa en tu vida diaria y en tu bienestar general. «En mi experiencia personal, el diagnóstico de una enfermedad crónica puede ser abrumador y desafiante, especialmente a una edad tan joven como la tuya. Aceptar la enfermedad es un paso crucial para poder manejarla efectivamente y mantener una buena calidad de vida a largo plazo».

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«En cuanto al impacto en mi vida diaria, he tenido que hacer ajustes significativos, especialmente en cuanto a mi dieta y estilo de vida. La alimentación juega un papel fundamental, ya que ciertos alimentos pueden desencadenar síntomas y es importante adaptar los hábitos alimenticios para mantener el control sobre la enfermedad. Además, he buscado apoyo continuo, tanto médico como emocional, para aprender a manejar los desafíos que la colitis ulcerosa presenta.»

Importancia de los grupos de apoyo

Parte de este proceso incluye formar parte de grupos de apoyo, donde comparto experiencias y aprendo de otros pacientes que enfrentan situaciones similares. Estos grupos no solo ofrecen información práctica, sino también un apoyo emocional invaluable para mantener una actitud positiva y proactiva frente a la enfermedad.

«Es increíblemente valioso poder conectar con otras personas que enfrentan desafíos similares cuando se vive con una enfermedad crónica como la colitis ulcerosa. Encontrar un grupo de apoyo no solo proporciona información práctica y recursos, sino que también ofrece un sentido de comunidad y comprensión emocional que es fundamental».

Manejo multidisciplinario y avances médicos

Tener una red de apoyo que te guíe en cómo manejar la enfermedad y te oriente sobre dónde buscar especialistas y tratamientos adecuados es especialmente relevante en el contexto de las enfermedades inflamatorias del intestino, ya que estas condiciones pueden manifestarse no solo a nivel gastrointestinal, sino también en áreas reumatológicas y dermatológicas debido a su naturaleza inflamatoria.

«Los pacientes con colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn pueden experimentar síntomas como problemas articulares, que están relacionados con la inflamación subyacente. Es crucial mantenerse al día con los medicamentos recetados, ya que algunos tratamientos para la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn también pueden ser efectivos para tratar enfermedades reumatológicas. Por eso es importante la comunicación abierta entre los médicos especialistas para asegurar un manejo integral y efectivo de las múltiples manifestaciones de la enfermedad».

A veces, estas enfermedades no se manifiestan en la adolescencia, sino que pueden aparecer incluso a los 50 años, lo cual es mejor porque permite mantener una mejor calidad de vida. Es crucial tener en cuenta la importancia de la prevención y hacer todo lo posible por cuidar nuestra salud, que debe ser nuestra prioridad al final del día.

Además de la alimentación y el ejercicio, cuidar la salud mental también es fundamental, ya que diferentes enfermedades pueden afectarla. En estos casos, buscar la ayuda de profesionales es crucial, ya que a veces pensamos que podemos resolverlo todo por nosotros mismos, pero necesitamos una perspectiva externa que nos guíe de manera objetiva.

La aceptación y el manejo activo son fundamentales para vivir bien con una enfermedad crónica como la colitis ulcerosa. Es importante buscar ayuda profesional, adaptar la alimentación y encontrar un sistema de apoyo sólido que facilite la calidad de vida a pesar de los desafíos que pueda presentar la enfermedad.

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Enfermedades inflamatorias y autoinmunes

Además de la osteoartritis, las enfermedades inflamatorias y autoinmunes como el lupus, la artritis reumatoide y la esclerodermia son cruciales desde un punto de vista pronóstico. Estas condiciones son extremadamente serias y pueden tener consecuencias graves si no se diagnostican y tratan a tiempo.

«Son condiciones muy serias que, desafortunadamente, pueden tener consecuencias graves si no se diagnostican y tratan a tiempo,» afirma el Dr. Rodríguez Santiago.

Estas enfermedades pueden causar dolor en las articulaciones, problemas de movimiento e incluso deformidades si no se manejan adecuadamente.

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Un diagnóstico preciso es esencial, ya que los síntomas de estas condiciones pueden confundirse con otros problemas de salud. «A veces, los síntomas de estas condiciones reumatológicas pueden confundirse con otros problemas de salud,» explicó.

Diagnóstico: un desafío clínico

El diagnóstico de enfermedades reumatológicas requiere una observación detallada y un juicio clínico experto. «Observamos cómo camina el paciente al entrar en la consulta, buscando signos como cojera o alteraciones en la marcha,» explica el Dr. Rodríguez Santiago y agregó que las condiciones reumatológicas pueden manifestarse de manera sistémica, afectando no solo las articulaciones.

Por ejemplo, la artritis psoriásica y la artritis reumatoide a menudo se comparan debido a que comparten síntomas como dolor, limitación en el movimiento y entumecimiento. Cada una tiene un pronóstico diferente, y el reumatólogo debe realizar un exhaustivo ejercicio mental para llegar a un diagnóstico preciso.

Tratamientos disponibles

El tratamiento para las condiciones reumatológicas varía según la enfermedad y la respuesta del paciente. Las pautas del Colegio Americano de Reumatólogos son la guía que seguimos en Puerto Rico.

«Inicialmente se emplean analgésicos y antiinflamatorios, luego se añaden moduladores del sistema inmune, que son fundamentales,» dice el Dr. Rodríguez Santiago. «Después vienen los tratamientos biológicos, seguidos por las moléculas pequeñas, y así sucesivamente».

Cada paciente responde de manera única, por lo que el manejo es un proceso de prueba y ajuste continuo. «Evaluamos continuamente, añadiendo, sustituyendo o ajustando medicamentos hasta lograr estabilidad para el paciente. Un medicamento que funcione durante años puede perder efectividad, y es necesario cambiarlo cuando esto ocurre», explica el Dr. Rodríguez Santiago.

Además de los tratamientos convencionales, algunas personas han encontrado alivio significativo del dolor con el cannabis medicinal. Aunque este tema sigue siendo controvertido, «el cannabis medicinal ha mostrado beneficios significativos como antiinflamatorio, analgésico y para mejorar la calidad de vida de los pacientes,» menciona el Dr. Rodríguez Santiago. «Personalmente conozco casos donde ha sido beneficioso».

Impacto en el estilo de vida

Las enfermedades reumatológicas pueden limitar severamente las actividades diarias, tanto en el hogar como en el trabajo. Esto es especialmente relevante para las mujeres jóvenes entre los 30 y 50 años, quienes son las más afectadas por estas condiciones.

«Es cierto que esto crea un círculo vicioso para quienes se sienten menos productivos debido a sus condiciones de salud». afirma el Dr. Rodríguez Santiago. «Es crucial ver a las personas como seres holísticos, abordando todos los aspectos de su vida».

«Los cambios en el estilo de vida son fundamentales y dependen de los pacientes, para marcar la diferencia,» señala el Dr. Rodríguez Santiago.

Las enfermedades reumatológicas son diversas y pueden tener un impacto significativo en la vida de los pacientes. Es crucial un diagnóstico preciso y un manejo adecuado para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

Como señala el Dr. José Rodríguez Santiago, «es fundamental abordar todos los aspectos de la vida del paciente, no solo los síntomas físicos.» Con un enfoque integral que incluya tratamiento médico, cambios en el estilo de vida y apoyo emocional, los pacientes pueden encontrar alivio y llevar una vida más saludable.

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Una de los temas expuestos ante lo asistentes fue la importancia de autocuidado alimenticio para reducir sobre todo los síntomas y afectaciones de las enfermedades reumatológicas y garantizar una buena calidad de vida. Sobre este escenario, la Lcda. Natalie Torres Reyes, nutricionista-dietista, compartió valiosas recomendaciones para combatir la inflamación, un síntoma común en estas condiciones.

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Según Torres Reyes, el aspecto nutricional es crucial y suele ser uno de los primeros en mostrar cambios positivos casi de inmediato tras su modificación. Para abordar estas condiciones, enfatiza la importancia de una alimentación adecuada.

Según sus palabras: «La mayoría de alimentos antiinflamatorios se encuentran en fuente vegetal. Con aumentar el consumo de frutas y vegetales, estamos haciendo un cambio en nuestra alimentación proinflamatoria«.

Al adoptar una dieta rica en alimentos de origen vegetal, las personas no solo se sienten más ligeras sino que también disfrutan de un enfoque accesible para mejorar su salud.

Entre los alimentos antiinflamatorios recomendados por Torres Reyes se encuentran las semillas de linaza, ricas en Omega-3, que es un componente antiinflamatorio potente. Es crucial consumirlas molidas para maximizar su absorción. Otros alimentos con propiedades antiinflamatorias incluyen la piña y la papaya, así como el cilantro, el ajo y la cúrcuma. Además, destacó la importancia de elegir cereales integrales como el arroz integral y el arroz basmati, este último recomendado para diabéticos debido a su bajo índice glucémico.

La licenciada finalmente abordó los alimentos que deben evitarse, señalando que las carnes rojas activan receptores proinflamatorios en el cuerpo. Propone un plan de alimentación antiinflamatorio que incluya una mayor cantidad de semillas como la linaza y la chía, así como nueces, y una reducción en el consumo de proteína animal. Además, recomienda incluir más frutas y vegetales en la dieta diaria.

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Entrevista completa:

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La mano humana, con sus 29 articulaciones y una intrincada red de músculos, ligamentos y tendones que las sostienen, es capaz de realizar tareas precisas, como operar una cirugía o tocar el violín. Sin embargo, con la artritis, incluso las tareas más simples pueden volverse difíciles o dolorosas. Para la artritis reumatoide (AR) en las manos, el tratamiento incluye una buena gestión médica, junto con intervenciones de terapia ocupacional. Esto puede implicar el uso de férulas y ayudas adaptativas para reducir el estrés deformante en las articulaciones de las manos y mantener la movilidad. Finalmente, si ha ocurrido daño articular, la cirugía puede ser una opción.

Medicamentos

Los medicamentos que tomas para aliviar el dolor y controlar la artritis en todo tu cuerpo son cruciales para controlar la inflamación y prevenir el daño a las articulaciones de tus manos. Dependiendo de la severidad de tu artritis y otros factores, estos pueden incluir medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD, por sus siglas en inglés) y medicamentos antiinflamatorios no esteroides (NSAID, por sus siglas en inglés). Estos medicamentos están disponibles en forma de pastillas e inyecciones. Los NSAID también están disponibles en formas tópicas.

Si estos tratamientos no controlan completamente la inflamación o si la inflamación se limita a una o pocas articulaciones, las inyecciones de corticosteroides pueden ser otra opción. Estos medicamentos son similares a una hormona que tu cuerpo produce de forma natural. Los corticosteroides a menudo se inyectan directamente en las articulaciones afectadas para aliviar la inflamación, junto con un anestésico de larga duración para proporcionar alivio del dolor. Las inyecciones pueden repetirse si es necesario; sin embargo, los médicos generalmente las limitan a tres o cuatro por articulación por año para reducir el riesgo de efectos secundarios.

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Dispositivos de asistencia y terapia ocupacional

Las inyecciones a menudo se combinan con férulas para sostener y aliviar el estrés en la articulación afectada y ayudar a prevenir la deformidad. Algunas férulas están diseñadas para que puedas usar tus manos mientras las llevas puestas. Sin embargo, solo debes usar una férula según lo indicado por tu terapeuta ocupacional, ya que inmovilizar las articulaciones por mucho tiempo puede llevar a la atrofia de los músculos que las sostienen.

Ya sean prefabricadas o especialmente adaptadas, las férulas son solo un tratamiento proporcionado por los terapeutas ocupacionales. Otros incluyen educación sobre formas de realizar tareas que pongan menos estrés en las articulaciones afectadas y herramientas y dispositivos que eviten el estrés en las articulaciones, como cuchillos adaptativos, abridores de frascos y sostenedores de llaves. Estos dispositivos y otros ayudan a realizar tareas con menos fuerza.

Ejercicios

En muchos casos, los ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, prescritos por un terapeuta ocupacional o físico, también pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la función. En un estudio de 2016 publicado en Arthritis Care & Research, 242 personas con AR en las manos fueron asignadas aleatoriamente para continuar su tratamiento regular, mientras que 246 fueron asignadas a un programa de ejercicios diseñado para mejorar una variedad de movimientos de manos y muñecas. Los investigadores encontraron que las mejoras en la fuerza de agarre a los 4 meses predijeron una mejora en la función de las manos a los 12 meses.

Cirugía

Si los tratamientos conservadores no logran aliviar los síntomas o si la inflamación persistente conduce a rupturas de tendones o deformidades articulares que dificultan la función, puede ser necesaria la cirugía. Los tratamientos quirúrgicos para problemas comunes de la mano incluyen:

• Artroplastia de la articulación metacarpofalángica de silicona (SMPA): Reemplazo de las articulaciones dañadas en la base de los dedos con prótesis de silicona para corregir deformidades, dolor y pérdida de función.
• Sinovectomía de muñeca por artroscopia: Eliminación del revestimiento de la membrana de la articulación de la muñeca para aliviar el dolor y la rigidez de la muñeca causados por la inflamación persistente.
• Transferencias de tendones: Reemplazo de tendones dañados por la inflamación con tendones sanos para restaurar la función de la mano.
• Artrodesis de muñeca: Inmovilización de la muñeca, a menudo utilizando placas, varillas o pernos, para estabilizarla y aliviar el dolor. Comúnmente referida como fusión articular, la artrodesis también puede usarse para estabilizar el pulgar si se rompe el tendón que permite flexionarlo.

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1. Azúcar

El azúcar procesado, presente en postres, pasteles, barras de chocolate, refrescos y jugos de frutas, desencadena la liberación de citoquinas, mensajeros inflamatorios en el cuerpo. Busca términos que terminen en «osa» en las etiquetas de ingredientes, como fructosa y sacarosa, y reduce su consumo para manejar la inflamación.

2. Grasas saturadas

Las grasas saturadas, encontradas principalmente en productos como la pizza, el queso, las carnes grasas y los lácteos enteros, no solo contribuyen a la inflamación del tejido adiposo, sino que también agravan la inflamación asociada con la artritis. Limita el consumo de estos alimentos para ayudar a controlar los síntomas.

3. Grasas trans

Las grasas trans, presentes en alimentos procesados, comidas rápidas, productos fritos, galletas y margarinas, son conocidas por desencadenar inflamación sistémica en el cuerpo. Evita los alimentos que contengan aceites parcialmente hidrogenados para reducir la inflamación y mejorar tu salud general.

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4. Ácidos grasos Omega-6

Si bien los ácidos grasos omega-6 son esenciales para el crecimiento y desarrollo, un desequilibrio con los omega-3 puede promover la producción de sustancias químicas proinflamatorias en el cuerpo. Reduce el consumo de aceites como los de maíz, cártamo, girasol y soja para mantener un equilibrio saludable.

5. Carbohidratos refinados

Los carbohidratos refinados, como los productos de harina blanca (panes, galletas), arroz blanco, papas blancas y cereales procesados, tienen un alto índice glucémico que puede aumentar la producción de productos finales de glicación avanzada (AGE), estimulando la inflamación en el cuerpo. Opta por granos enteros y alimentos integrales.

6. Glutamato monosódico (MSG)

El glutamato monosódico (MSG), un potenciador del sabor comúnmente encontrado en alimentos procesados, sopas, aderezos para ensaladas y carnes procesadas, puede activar vías importantes de inflamación crónica y afectar la salud del hígado. Lee las etiquetas cuidadosamente y evita los alimentos que contengan MSG.

7. Gluten y caseína

Las personas con sensibilidad al gluten, encontrado en trigo, cebada y centeno, o a la caseína, presente en productos lácteos, pueden experimentar alivio al eliminar estos ingredientes de su dieta. Aquellos con enfermedad celíaca, una condición autoinmune desencadenada por el gluten, pueden experimentar síntomas articulares que mejoran con una dieta libre de gluten.

8. Aspartame

El aspartame, un edulcorante artificial utilizado en más de 4,000 productos, puede causar controversias en su impacto sobre la salud, especialmente en personas con enfermedades autoinmunes. Algunos estudios sugieren que el aspartame podría desencadenar respuestas inflamatorias en personas sensibles. Monitorea cómo tu cuerpo reacciona al consumirlo.

9. Alcohol

El consumo excesivo de alcohol puede ser perjudicial para la salud general y contribuir a la inflamación sistémica. Limita o elimina el consumo de alcohol para mantener la salud óptima de tus articulaciones y del cuerpo en general.

Estrategias para reducir la inflamación

Además de evitar estos ingredientes proinflamatorios, considera aumentar el consumo de frutas y verduras ricas en antioxidantes, optar por fuentes magras de proteínas como pescado rico en omega-3, y mantener un peso saludable. Estos cambios en la dieta pueden tener un impacto significativo en la reducción de la inflamación y en la mejora de los síntomas de la artritis. Consulta con un profesional de la salud para obtener orientación personalizada sobre cómo adaptar tu dieta para gestionar mejor la artritis y promover un estilo de vida más saludable.

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