Redes sociales y adolescentes: Una crisis silenciosa de salud mental
El Dr. Vivek Murthy, Cirujano General de los Estados Unidos, ha emitido un contundente llamado de atención sobre el impacto que el uso excesivo de las redes sociales está teniendo en la salud mental de los adolescentes. En conversación con el Dr. John Whyte, director médico de WebMD, Murthy exalto tanto los posibles beneficios como los riesgos significativos que estas plataformas representan para los jóvenes.
También reconoció que las redes sociales pueden tener efectos positivos, especialmente para adolescentes de comunidades marginadas o con experiencias únicas, quienes pueden encontrar apoyo y pertenencia en línea. También permiten mantener vínculos con amigos lejanos o antiguos. Sin embargo, advirtió que estos beneficios no deben justificar los crecientes daños que se han evidenciado en la salud mental juvenil.
Lea: Redes sociales, presiones de género y depresión en adolescentes: ¿por qué las niñas son más vulnerables?
De acuerdo con datos citados en su informe, los adolescentes que pasan más de 3 horas al día en redes sociales tienen el doble de riesgo de sufrir síntomas de ansiedad y depresión. Además, el 46% de ellos afirma que estas plataformas los hacen sentir peor con respecto a su cuerpo. El Dr. Murthy enfatizó que no existen pruebas concluyentes que avalen que las redes sociales son seguras para los menores, al contrario de lo que ocurre con productos como alimentos, juguetes o asientos de seguridad, los cuales pasan por rigurosas evaluaciones.
Por otro lado, se mostró preocupado por la falta de respuesta institucional ante casos documentados de adolescentes que han sido acosados, intimidados o expuestos a contenido autolesivo a través de algoritmos en redes sociales, muchos de los cuales han derivado en suicidios. “Si estas consecuencias ocurrieran en otros sectores, ya habríamos reaccionado con urgencia. Pero con las redes sociales hemos actuado con una peligrosa normalidad”, afirmó.
En este contexto, el Cirujano General propone implementar etiquetas de advertencia sanitaria en las plataformas digitales, similares a las usadas en productos como el tabaco o el alcohol. Estas advertencias servirían para alertar a padres, jóvenes y educadores sobre los potenciales riesgos para la salud mental, fomentando decisiones informadas. Un estudio reciente citado por Murthy indica que tres de cada cuatro padres actuarían de manera diferente respecto al uso de redes sociales si existiera una advertencia oficial.
Algunas medidas
Murthy recalcó que esta medida sería solo una parte de una estrategia más amplia que incluye:
- Regulaciones para reducir la exposición de los menores a contenido dañino (sexual, violento, manipulador).
- Mayor transparencia en los datos que las plataformas recogen y comparten.
- Protección ante funciones adictivas y algoritmos que promueven el uso excesivo.
También dirigió recomendaciones claras a los padres:
- Conversar con los hijos sobre su experiencia en redes sociales y cómo estas los hacen sentir.
- Modelar un uso responsable: muchos adultos también enfrentan dificultades para regular su tiempo frente a pantallas, por lo que es clave establecer límites y predicar con el ejemplo.
- Retrasar el acceso a redes sociales hasta después de la escuela media, lo cual puede requerir acuerdos colectivos con otros padres para evitar el aislamiento social.
- Establecer zonas y horarios sin tecnología, especialmente durante las comidas, antes de dormir y en momentos de interacción familiar. La falta de sueño de calidad debido al uso nocturno de dispositivos ha mostrado impacto directo en la salud mental.
Más: Salud en Control: El poder de las redes sociales en la educación de salud oral
En cuanto al papel de las escuelas, el Cirujano General respalda las políticas que limitan o prohíben el uso de teléfonos durante el horario escolar. Explicó que tales medidas no solo mejoran el enfoque académico, sino que también fortalecen la socialización entre estudiantes. Relató experiencias en centros educativos donde, tras implementar estas restricciones, los alumnos comenzaron a interactuar más entre ellos y a construir vínculos reales.