Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility
Bienestar General

¿Sabías que tu cuerpo produce piedras? Aprende a prevenirlas

De todas las capacidades del cuerpo, una de las más extrañas es su disposición para producir piedras o cálculos. Generalmente, se habla de los cálculos renales o biliares, pero hay otros tipos más raros, que se pueden encontrar en los lugares menos esperados.

¿De qué están hechas estas piedras corporales?

Las piedras corporales se desarrollan principalmente a partir de calcio y oxalato que se filtra de la sangre a la orina. En cantidades mayores, se pueden cristalizar y acumularse para formar un cálculo.

Los cálculos renales pueden variar considerablemente en tamaño, desde menos de un milímetro de ancho hasta centímetros o más.

Diferentes tipos de cálculos y sus afecciones

Los cálculos también pueden adoptar formas inusuales si se acumula dentro de los canales ramificados (cálices) del riñón, puede adoptar la forma de una cornamenta de ciervo, conocido como el cálculo cuerno de ciervo.

Otra afección común son los cálculos biliares. Estos se forman dentro de la vesícula biliar o del tracto biliar, el sistema de conductos que lleva la bilis al intestino para ayudar a descomponer las grasas. Los cálculos biliares se forman a partir de colesterol o pigmentos biliares y pueden ser singulares o múltiples.

Lee: Piedras en los riñones o cálculos renales: todo lo que debes saber

Trastornos de cálculos más raros

Los cálculos, entonces, pueden desarrollarse a partir de diferentes fluidos corporales.

1- Cálculos salivares

La saliva es producida por glándulas que se encuentran al lado de la oreja y debajo de la mandíbula y la lengua. Una vez secretado en la boca, ayuda a humedecer los alimentos para que puedan tragarse, además de iniciar el proceso de digestión.

Los cálculos salivales están formados por muchos elementos diferentes, incluidos calcio, magnesio y fosfato.

Si los cálculos salivales se atascan en los conductos, esto puede impedir la secreción de saliva en la boca, provocando dolor e hinchazón.

2- Cálculo de amígdalas

Por otra parte, se pueden encontrar piedras en las amígdalas en la parte al fondo de la parte superior de la garganta.

Las amígdalas tienen cavidades llamadas criptas, en las que se pueden alojar trozos de comida y saliva. El resultado es un cálculo de amígdalas o tonsilolito.

Estos suelen ser más suaves y menos pedregosos, pero pueden endurecerse con el tiempo y presentar una buena cantidad de problemas, principalmente mal aliento o infecciones recurrentes.

3- Otros tipos de piedra

Otros materiales del cuerpo también tienen la capacidad de endurecerse, convirtiéndose en piedra. Las heces pueden endurecerse tanto que forman una masa pétrea llamada coprolito.

Además, los residuos, incluida la piel desprendida, que se acumulan en el ombligo también pueden formar una piedra conocida como onfalolito.

Complicaciones ocasionadas por los cálculos

Los cálculos causan complicaciones cuando obstruyen los uréteres y se transporta la orina desde los riñones a la vejiga. Si esto sucede, puede provocar fuertes dolores en la zona lumbar, además de impedir el flujo normal de orina.

A su vez, esto puede causar una infección o acumulación de orina dentro y alrededor del riñón.

Al igual que los cálculos renales, si los cálculos biliares se abren camino hacia un espacio más estrecho pueden causar problemas como dolor abdominal, infecciones e ictericia.

Te puede interesar: Conoce cuáles son los tipos y tratamientos de los cálculos renales

¿Qué podemos hacer para evitar los cálculos?

Lo más importante para evitar los cálculos, es una hidratación correcta. Beber la cantidad adecuada de agua diluye la orina, previene el estreñimiento y también reduce la acumulación de bacterias en la boca, por lo que puede ayudar a prevenir muchos de estos diferentes tipos de cálculos.

La dieta también es importante, especialmente para los cálculos biliares, que pueden ser provocados por una dieta rica en grasas y la obesidad.

Factores de riesgo

Hay algunos factores de riesgo que no se pueden modificar, como ser mujer o tener más de 40 años, lo que aumenta la probabilidad de que se formen cálculos biliares.

Sin embargo, se pueden evitar los cálculos renales evitando los alimentos ricos en calcio y oxalato, como los lácteos, las espinacas y el ruibarbo.

¿Qué pasa si ya tienes un cálculo?

En el caso de los cálculos renales, puedes esperar a que los cálculos pasen a través de tu sistema, bajen por el uréter hasta la vejiga y sean despedidos, a veces con un sonido audible contra el lavabo. Un médico puede incluso pedirte que pases tu orina por un colador de té para intentar atrapar el cálculo al salir.

También puedes leer: Científicos descubren posibles enfoques de tratamiento para la enfermedad renal poliquística
Mostrar más

Chiara Tarafa

Soy Biomédica y Periodista Multimedios, actualmente culminando mis estudios en periodismo en la Universidad del Sagrado Corazón de Puerto Rico. Por otra parte, tengo un Bachillerato en Ciencias con especialidad en Ciencias Biomédicas de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Esta combinación me permite ejercer mi pasión de educar y trabajar hacia un mejor sistema de salud para Puerto Rico.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba