¡Porque donar órganos es dar vida!
A Ayleen Roman la vida le cambió el 22 de junio del 2008, después de aproximadamente catorce años como paciente renal. Ella, quien fuera diagnosticada con glomerulonefritis (una inflamación de los pequeños filtros de los riñones) había recibido durante todo ese tiempo diferentes tratamientos que no evitaron que su condición se tornara tan crítica que tuviera que recurrir a la diálisis tres veces por semana.
“En esos procesos se sufre mucho, la enfermedad, la diálisis”. No obstante, la familia, indica, fue un componente esencial para superar este reto de vida. Acompañada de sus hijos, su esposo y sus hermanos logró salir adelante.
Después de varios intentos para Ayleen la tercera fue la vencida; la esperanza de un riñón nuevo llegó ese día después de un largo y complejo proceso;
Hoy en día, Ayleen agradece y no olvida el esfuerzo y apoyo de su médico a quien considera su mentor.
“Ese día no se olvida, ese día tienes una nueva vida”
Así afirmó Ayleen al referirse al día en que recibió su nuevo riñón gracias a un donante. Después de doce años desde su trasplante vive agradecida por la nueva oportunidad de vida.
“Ahora me tengo que cuidar más que nunca”, dice la entrevistada.
Y es que detrás de cada donación hay una historia de vida; una persona que ha tenido una nueva oportunidad para vivir; y, en el caso de Ayleen, servir no solo a su familia sino también a la sociedad.
Ella tiene la certeza de que cada uno de nosotros tiene una misión de vida y se encuentra convencida de cuál es la suya: ayudar a que otros también salven vidas como la de ella.
Actualmente, y desde hace ya muchos años, es voluntaria en LifeLink; y -gracias a ellas- quien comparte al resto su testimonio y promueve la cultura de donación para salvar vidas, se han registrado miles de personas.
Este regalo de vida ha permitido que todos puedan contar aún con Ayleen; su vida se ha extendido para añadirle valor y cumplir con su propósito de vida.
Ayleen enfatiza la importancia de ser agradecido ante todo porque “recibí algo de alguien que no está aquí físicamente”
Esa es su forma de retribuir la amabilidad de quienes estuvieron dispuestos a donar para salvar una vida, la suya.
“Hay muchas personas necesitadas y, ¿qué harás llevándote esos órganos? Este puede ser un gesto de amor para tu prójimo”, resaltó Ayleen.
Adicionalmente, enfatizó en la importancia de educarnos sobre la donación de órganos con las instituciones indicadas, los protocolos rigurosos que existen para la donación debido a que muchos consideran que no son aptos por padecer alguna condición; sin saber que su gesto podría salvar una vida.
Lo cierto es que nada te excluye para que seas donante, salvo una enfermedad infecciosa. No importa si padeces diabetes, asma o cualquier otra condición.
«Hoy agradezco porque, gracias a alguien que dijo que sí, pude seguir viviendo y disfrutar de mi familia”.