¿Por qué la depresión afecta más a las mujeres?
Múltiples enfermedades suelen ser más comunes en las mujeres. Sin embargo, ¿sabías que la ciencia médica y psicológica asegura que las mujeres son más propensas a desarrollar depresión? Hoy te contamos los motivos.
Lo primero que debes saber y que te debes sacar de la cabeza es que no tiene nada que ver con que sean más sensibles. La primera razón médica y oficial de que haya más depresión en las mujeres está relacionado con el ciclo menstrual y reproductivo que enfrentan mes tras mes las pacientes.
Estos ciclos suelen desencadenar mayor vulnerabilidad en la población femenina debido a los estrógenos y la progesterona que se aumentan durante la menstruación y que, de acuerdo con la ciencia médica, han demostrado tener incidencia en el cerebro y, por ende, en el desarrollo de la depresión.
“Por ejemplo, ellos han demostrado su influencia sobre la síntesis y liberación de serotonina y noradrenalina. El estatus puberal, específicamente el Tanner Estado III, ha demostrado ser superior a la edad cronológica en cuanto a predecir el riesgo de depresión en las adolescentes; una posible explicación está en la oxitocina, la cual aumenta cinco veces en la pubertad y parece estar relacionada con los comportamientos sexual y de apareamiento en las mujeres”, señala la médica psiquiatra colombiana Silvia Lucía Gaviria Arbeláez, en un artículo que publicó en la revista Scielo.
La experta asegura, incluso, que las féminas suelen tener mayor riesgo de esta patología debido a que “cuando su deseo incrementa, su afiliación interactúa con desilusiones interpersonales y románticas”, agregó.
En otro artículo de MayoClinic, por ejemplo, se asegura que las féminas tiene más del doble de riesgo que los hombres de padecer esa enfermedad de salud mental y lo atribuyen a “factores biológicos, características hereditarias, y circunstancias y experiencias de la vida”.
De igual manera, consideran que cuando una mujer pasa de la niñez a la pubertad también puede haber más riesgo de depresión en las adolescentes. En algunos casos es normal, pero siempre hay que estar pendientes.
