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Condiciones Autoinmunes

Osteoartritis: desglosando mitos y realidades de esta enfermedad articular

La osteoartritis (OA), también conocida como artrosis o artropatía degenerativa, puede afectar cualquier articulación, pero es más frecuente en las articulaciones de los dedos, rodillas, caderas, espalda baja y cuello. Se trata de una enfermedad crónica para la cual no existe cura definitiva. En las articulaciones sanas, el cartílago, un tejido firme y flexible, cubre las extremidades de los huesos, proporcionando una superficie suave y deslizante que facilita el movimiento y actúa como amortiguador entre los huesos.

En el caso de la OA, este cartílago se desgasta, lo que causa dolor, inflamación y dificultades para utilizar la articulación. Con el tiempo, este desgaste puede provocar cambios en el hueso subyacente, y la membrana sinovial que recubre la articulación también puede inflamarse.

Señales y síntomas de osteoartritis

Los síntomas de la osteoartritis suelen desarrollarse gradualmente en lugar de manifestarse de forma repentina. Los más comunes incluyen:

  • Dolor o sensibilidad en la articulación y en los tejidos circundantes, que puede aumentar con el tiempo.
  • Hinchazón alrededor de la articulación afectada.
  • Rigidez que dificulta el movimiento de la articulación.
  • Sonidos como tronidos o crujidos al mover la articulación.

Las articulaciones afectadas por la osteoartritis suelen experimentar dolor o rigidez durante o después del movimiento. También es común sentir rigidez después de permanecer mucho tiempo en la misma posición. Por ejemplo, podría resultar difícil usar la articulación por la mañana, pero mejorar después de unos minutos de movimiento. Sin embargo, es posible que luego de utilizar la articulación, se experimente dolor.

Diagnóstico de osteoartritis

El diagnóstico de la osteoartritis generalmente se realiza mediante un examen físico y la revisión del historial clínico del paciente. Las radiografías son útiles para confirmar el diagnóstico, descartar otras posibles causas de dolor y evaluar el grado de daño en la articulación. En algunos casos, para distinguir la osteoartritis de otros tipos de artritis, se pueden realizar análisis de sangre o aspiración de la articulación, un procedimiento en el cual se extrae y analiza el líquido sinovial.

Tratamientos de la osteoartritis

El tratamiento de la osteoartritis se basa en una combinación de cuidados personales y terapias que pueden incluir medicamentos y otras intervenciones. Es esencial trabajar en colaboración con su médico para establecer la mejor estrategia para su caso específico.

Un aspecto fundamental del tratamiento es mantener una actividad física regular y controlar el peso corporal, ya que estas medidas son beneficiosas para el manejo de la OA. Actividades simples como caminar de forma regular pueden ayudar a reducir el dolor. Se recomienda realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana. Complementar la actividad física con una dieta equilibrada contribuirá a mantener un peso saludable, lo que es crucial para la salud articular.

El tratamiento farmacológico puede incluir tanto medicamentos recetados como de venta libre, que ayudan a reducir el dolor y la inflamación asociados con la OA. Estos medicamentos están disponibles en diversas formas, como píldoras, jarabes, cremas o soluciones inyectables. Su médico le orientará sobre cuáles son los más adecuados para su situación particular.

Además de los medicamentos, existen terapias no farmacológicas que son beneficiosas para conservar la fuerza y la flexibilidad, así como para utilizar las articulaciones de manera segura y adecuada. Estas terapias pueden incluir fisioterapia, terapia ocupacional, quiropráctica y otros enfoques complementarios como suplementos nutricionales, masajes, acupuntura y técnicas de relajación como la biorretroalimentación o la terapia cognitiva conductual.

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En el ámbito del autocuidado, existen técnicas que se pueden realizar en casa para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Estas incluyen métodos de meditación y visualización, terapia de calor y frío, alternar actividad y descanso, y realizar las tareas diarias de manera que ejerzan menos tensión sobre las articulaciones.

Factores de riesgo

Estos son algunos de los factores de riesgo asociados al desarrollo de osteoartritis:

  • Lesión articular previa o uso excesivo de la articulación, que puede provocar un desgaste prematuro.
  • Obesidad: el exceso de peso ejerce una presión adicional sobre las articulaciones, aumentando el riesgo de desarrollar OA.
  • Edad: la probabilidad de desarrollar OA aumenta con el envejecimiento.
  • Genética: tener antecedentes familiares de OA aumenta la predisposición a desarrollarla.
  • Género: las mujeres mayores de 50 años tienen una mayor propensión a desarrollar OA en comparación con los hombres.

En casos poco frecuentes, puede ser necesario recurrir a la cirugía para reparar o reemplazar articulaciones gravemente dañadas.

Preguntas y respuestas

¿La osteoartritis afecta a los jóvenes?

Aunque su prevalencia tiende a aumentar alrededor de los 45 años y es más común en personas mayores de 65 años, cada vez se observa más en individuos más jóvenes. En algunos casos, la osteoartritis se desarrolla como consecuencia de lesiones deportivas o de la obesidad durante la infancia. Además, investigaciones indican que las personas que desempeñan funciones en el ejército podrían tener una mayor predisposición a desarrollar osteoartritis.

¿Cuál es la mejor forma de retrasar el avance de la enfermedad?

La mejor forma de retrasar el avance de la osteoartritis es adoptar medidas que ayuden a controlarla, dado que no es reversible. Esto incluye mantener un peso saludable, mantenerse físicamente activo, evitar lesiones en las articulaciones y ajustar las actividades que involucren movimientos repetitivos o cargar un peso excesivo sobre las articulaciones.

¿Cuándo es el momento adecuado para optar por una cirugía?

Si ha agotado todas las opciones de tratamiento y aún experimenta un dolor que afecta su vida diaria, podría ser el momento de considerar una intervención quirúrgica. Es importante discutir con su médico las posibles opciones disponibles. Millones de personas han tenido éxito con reemplazos de rodilla y cadera, mejorando significativamente su calidad de vida.

Lee más: Esto debes saber sobre la osteoartritis, la forma más común de artritis

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