Oficinas abiertas: ¿fomentan la colaboración o el estrés laboral?
Las oficinas abiertas, un diseño que en su origen se pensó para fomentar la colaboración entre los empleados, se han convertido en un problema para la productividad. De acuerdo con un estudio reciente de Ifop, más de seis de cada diez trabajadores consideran que el ruido en sus lugares de trabajo es una molestia significativa. Lo que parece ser una pequeña incomodidad, está resultando ser una auténtica barrera para el bienestar y la eficiencia laboral, especialmente entre los más jóvenes.
El estudio revela que el 64% de los trabajadores de la Generación Z y los millennials (personas menores de 35 años) no soportan trabajar en espacios abiertos debido al ruido constante. Aunque muchos pensaban que el ruido era simplemente una molestia menor, ahora se ha identificado como una de las principales causas de estrés en el entorno laboral. Las oficinas abiertas, diseñadas para promover la colaboración, están resultando ser demasiado ruidosas y desconcentrantes.
El efecto del ruido en la salud y la productividad
Las consecuencias del ruido en el trabajo no son triviales. Además de la distracción constante, los empleados reportan que el ruido en las oficinas provoca fatiga, irritabilidad y estrés. Entre las molestias más graves están los trastornos del sueño, el tinnitus e incluso la sordera. Estos problemas de salud tienen un impacto directo en la calidad de vida de los trabajadores, lo que puede aumentar el ausentismo laboral y reducir el rendimiento.
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El estrés derivado del ruido no solo afecta a los más jóvenes. Aunque los profesionales menores de 35 años son los que más reportan molestias, un 63% de los trabajadores de entre 35 y 49 años también afirman que el ruido en la oficina les resulta insoportable. Incluso entre los empleados mayores de 50 años, un 59% de los encuestados mencionan el ruido como un problema.
Curiosamente, el teletrabajo, que muchos pensaron que sería la solución para escapar de la contaminación acústica de la oficina, no está exento de sus propios ruidos. Los teletrabajadores enfrentan otras fuentes de distracción, como el ruido de la calle, las obras, los niños, los compañeros de piso o incluso las mascotas. Esto demuestra que, aunque trabajar desde casa puede reducir algunos problemas, no elimina por completo los desafíos derivados del ruido en el entorno.
El reto de los espacios abiertos
El dilema de las oficinas abiertas y el ruido está lejos de ser resuelto. Mientras que el diseño de estos espacios busca promover la interacción entre los miembros del equipo, también pone en riesgo la concentración y el bienestar de los trabajadores. Las empresas deben buscar un equilibrio entre la colaboración y la creación de ambientes de trabajo donde los empleados puedan concentrarse y mantener su salud mental y física.
A medida que las empresas continúan apostando por oficinas abiertas para fomentar la colaboración, es esencial que también se reconozcan los impactos negativos del ruido en la salud y productividad. La clave está en encontrar formas de mitigar estos efectos, ya sea mediante el uso de tecnología, la creación de espacios más tranquilos dentro de las oficinas o, quizás, revaluando el modelo de oficina abierta. En cualquier caso, el bienestar de los empleados debe ser una prioridad para las empresas que deseen mantener una fuerza laboral saludable y productiva.
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