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Salud Mental

Más que distracción, el síndrome de desconexión cognitiva explicado

¿Te sorprendes soñando despierto a menudo? ¿Sientes que te cuesta mantener la atención en una tarea y que tu mente se desconecta fácilmente? Podrías estar experimentando lo que se conoce como síndrome de desconexión cognitiva (CDS, por sus siglas en inglés).

¿Qué es el CDS?

El CDS fue descrito por primera vez en los años 60 y 70, cuando los psicólogos comenzaron a observar que algunas personas mostraban patrones persistentes de desconexión mental, mucho más frecuentes e intensos que en otras personas. 

Aunque soñar despierto de vez en cuando es normal, el CDS se caracteriza por una dificultad constante para concentrarse, lo que interfiere significativamente en la vida diaria, el rendimiento académico y las relaciones sociales. A diferencia de simplemente ser un rasgo de personalidad, en las personas con CDS, esta desconexión afecta profundamente su capacidad para funcionar en distintos aspectos de su vida.

¿En qué se diferencia del TDAH?

El CDS se ha comparado con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), pero hay diferencias clave. En el TDAH, la persona puede concentrarse en una tarea, pero sufre interrupciones frecuentes al cambiar de actividad de manera impulsiva. En cambio, las personas con CDS simplemente no logran concentrarse desde el inicio, lo que refleja lo que antes se denominaba “ritmo cognitivo lento”.

Aunque el CDS no está oficialmente reconocido como un trastorno separado en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), un número creciente de investigaciones sugiere que merece atención independiente del TDAH.

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¿Cómo identificar el CDS?

Diagnosticar el CDS es complicado porque no existen criterios oficiales establecidos. Sin embargo, los psicólogos suelen utilizar una combinación de cuestionarios y observación de comportamientos para identificar síntomas comunes como:

  • Ensoñaciones frecuentes.
  • Sensación constante de «neblina mental».
  • Lentitud en la velocidad de procesamiento de la información.

Los padres y maestros son a menudo los primeros en notar estos comportamientos en niños que parecen «estar en otra parte» o que tardan más en responder a preguntas o completar tareas. No se trata de falta de inteligencia o esfuerzo, sino de una manera más lenta de procesar la información y formular respuestas. 

¿Cómo afecta el CDS?

Una de las principales características del CDS es la velocidad de procesamiento lenta, lo que significa que las personas con este síndrome necesitan más tiempo para asimilar la información, comprenderla y luego responder. Por ejemplo, un estudiante con CDS podría necesitar más tiempo para completar una tarea escolar porque su cerebro trabaja a un ritmo más pausado.

Esto puede llevar a malentendidos y frustraciones, ya que las personas con CDS a menudo son vistas como «perezosas» o «desinteresadas». Sin embargo, el problema no es la falta de motivación, sino el tiempo que les lleva procesar la información de manera efectiva.

Tratamiento y apoyo

El tratamiento para el CDS aún está en desarrollo, pero se han probado varias estrategias para ayudar a las personas a sobrellevar los síntomas. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las herramientas más utilizadas, ya que puede ayudar a los afectados a mejorar su concentración y desarrollar habilidades para gestionar su tiempo y tareas.

Algunos estudios han explorado el uso de medicamentos estimulantes, similares a los usados para el TDAH, pero los resultados aún no son concluyentes. Además, ciertos cambios en el estilo de vida, como mantener una rutina de sueño estable, hacer ejercicio regularmente y llevar una dieta equilibrada, también pueden ayudar a mejorar los síntomas.

La importancia de la conciencia

Uno de los mayores retos para quienes padecen CDS es la falta de conocimiento y comprensión sobre el síndrome. Muchas veces, tanto las personas que lo padecen como los profesionales de la salud lo confunden con pereza o falta de esfuerzo, lo que puede llevar a que no busquen la ayuda que realmente necesitan.

Este estigma dificulta que las personas reciban el apoyo adecuado. Sin embargo, una mayor conciencia sobre el CDS puede marcar la diferencia, no solo en el diagnóstico y tratamiento, sino también en cómo la sociedad percibe y apoya a quienes lo padecen.

¿Qué tan común es el CDS?

Aunque aún no se conoce con precisión cuántas personas padecen CDS, algunos estudios sugieren que podría ser tan común como el TDAH, que afecta entre el 5% y el 7% de los niños. Esto significa que muchas personas podrían estar lidiando con los síntomas del CDS sin siquiera saberlo.

Comprender y apoyar a quienes padecen CDS

Es fundamental que entendamos mejor el CDS para que las personas que lo sufren puedan recibir la ayuda que necesitan. Reconocer que el comportamiento de desconexión no es un capricho ni una falta de interés, sino un indicador de un problema mayor, es el primer paso para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.

Si conoces a alguien que podría estar lidiando con el CDS, o si tú mismo te identificas con estos síntomas, no dudes en buscar apoyo profesional. Con el tratamiento adecuado y ajustes en la rutina diaria, es posible controlar los síntomas y mejorar la capacidad de concentración y rendimiento en todas las áreas de la vida.

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