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Bienestar General

María Torres: “El trastorno obsesivo compulsivo es más complejo de lo que se piensa”

Cuando se habla del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), mayormente se piensa en los actos de limpieza constantes. No obstante, esa es solo una de sus múltiples manifestaciones pues es una condición de salud mental compleja. 

Así lo aseguró María Torres, paciente de TOC recuperada, en entrevista con BeHealth. “El trastorno obsesivo compulsivo es mucho más complejo de lo que se piensa y se habla. Muchas personas confunden cuando somos estructurados o perfeccionistas con el trastorno”, señaló Torres. 

El trastorno obsesivo compulsivo consiste en pensamientos excesivos, que se delimitan como obsesiones, que luego llevan al paciente a comportamientos o compulsiones repetitivas. 

Según la paciente, las acciones repetitivas que radican en el pensamiento no genera placer en la persona que la experimenta. 

“Cuando una persona realiza los comportamientos o compulsiones no experimenta placer. Experimenta mucho dolor y a veces no reconoce que está en ese círculo vicioso. El hecho de tener esos pensamientos y obsesiones tan recurrentes crea un malestar tan fuerte que la persona, para aliviar el malestar, realiza conductas compulsivas”, explicó Torres. 

La paciente, que recibió su diagnóstico en 1999, comenzó con pensamientos negativos sobre su religiosidad. Estos se denominan como pensamientos escrupulosos y empezó a divulgarlos con sus padres. Sin embargo, llegó un momento en que los exteriorizaba con otros familiares.  

“Comencé a hablarle a mis familiares sobre el contenido de los pensamientos que tenía y pedirles que me dijeran que no me iba a pasar nada. Llegó un punto en que no solo hablaba con mis padres, sino con otros familiares. Llegó un punto en que todo el mundo se percató”, relató Torres.   

En un tiempo, los pensamientos trajeron consigo las compulsiones. Sus padres la llevaron a un especialista de salud mental, pero obtuvo un diagnóstico equivocado: “en ese momento, me llevaron a un profesional de la conducta, pero no fui diagnosticada. Sufrí muchísimo y eventualmente me llevaron a otro especialista y este lo identificó”. 

Sin embargo, solo recibió el tratamiento farmacológico. A relatos de Torres, no fue hasta que se atendió con el psiquiatra Rafael García Barcena que recibió el tratamiento de terapia cognitiva conductual y terapia de exposición y prevención de respuesta.  

“Terapia de exposición de respuesta es una de las técnicas de la terapia cognitiva conductual. La persona se expone a la obsesión y evita el resultado o respuesta que es hacer la compulsión”, explicó Torres sobre el tratamiento que la ayudó a sanar su condición. 

 La vida después del TOC

Torres se recuperó de la condición en 2006 y aceptó que fue un proceso largo y con recaídas: “parte del proceso de sanación es reconocer que hay indicadores que pueden detonar esas compulsiones y también identificar cómo responder”. 

Actualmente Torres no utiliza medicación, solo practica la terapia de  exposición y prevención de respuesta como tratamiento. A raíz de su proceso de sanación, realizó una maestría en Consejería y se certificó en terapia cognitiva conductual y consejería forense. Asimismo, se encuentra cursando el doctorado en consejería en la Universidad Carlos Albizu, en San Juan.  

Para la paciente, el punto clave para superar el TOC es tener redes de apoyo y  conocer que se tienen las herramientas para manejar los pensamientos que pueden desencadenar en las respuestas obsesivas. 

“Es también reconocer que, una vez se tienen las destrezas, no se vuelve a caer jamás en el hoyo donde se estaba antes”, puntualizó Torres. 

Vea la entrevista completa aquí:

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