En ocasiones, la enfermedad renal puede avanzar sin que el paciente perciba señales precisas. Durante meses, o quizás años, los riñones van perdiendo su función vital para el organismo: eliminar los desechos y exceso de agua.
Estos podrían ser datos de millones de personas alrededor del mundo, según nos cuentan las estadísticas; sin embargo, es el inicio de la historia que comparte con BeHealth Madeline Santiago Rodríguez, una guerrera detrás del fallo renal crónico.
Las señales de una complicación
Presagios de un problema de salud fueron los escalofríos y el cansancio de Madeline. No sospechó la verdadera causa de su malestar, pues orinaba de manera normal y nunca antes había sufrido diabetes o hipertensión.
Su hermana, que es enfermera, no se tomó a la ligera los síntomas y de inmediato contactó con una doctora para realizar exámenes necesarios. Los resultados fueron claros para los nefrólogos, pero en Madeline detonaron una mezcla de sentimientos y contrariedades.
Actitud ante el obstáculo
La vida le cambió a partir de ese momento. Actividades cotidianas que antes hacía sin contratiempos ahora requerirían de ayuda, otro reto para ella pues siempre se sintió una mujer independiente.
Para la familia fue también un proceso difícil de asimilar. “Muy fuerte” son las palabras de Madeline que resumen el sentir de sus seres queridos ante su condición médica.
Aunque los riñones apenas echaban a andar su maquinaria, ella no se dejó vencer. Enfrentó plasmaféresis, quimioterapia, y hemodiálisis; esta última, confiesa, fue uno de los retos más complicados. Además, siguió las indicaciones precisas del personal de salud en quien confía a plenitud.
Sabe de fuerza y de agradecimientos, por eso en sus palabras no faltan nombres de los médicos cuyo apoyo fue vital:
“Los nefrólogos Félix Pérez Ramos, Luis A. Ortiz Heredia y Orlando Camacho, son los mejores, siempre me hablaron claro y no se dieron por vencidos. Gracias a ellos, y a Dios, hoy estoy bien.”
Madeline exhorta al cuidado de la salud en general y la alimentación. Cada palabra suya tiene un hálito esperanzador de valentía para todo aquel que esté librando una batalla similar. Sus riñones se rindieron por momentos, pero la firmeza de su corazón despejó el camino para seguir adelante.