Lecciones de la película “Inside Out”
Me había gustado mucho la primera película de “Inside Out” cuando salió en el 2015, pero esta segunda definitivamente la supera. Para aquellos que piensan que las películas animadas son solo para niños, les cuento que esa primera película exploraba las emociones que más comúnmente guían el comportamiento de un ser humano, desde que nace hasta sus diez u once años de edad. La protagonista es una niña llamada Riley, y las emociones que viven en su cerebrito son la alegría, la tristeza, la ira, el miedo y el asco. Todas ellas emociones fáciles de identificar, en la mayoría de los casos, y bastante simples de entender.
Pero de repente llega la preadolescencia a la vida de Riley, y con ella los cambios hormonales típicos de la pubertad. Y ahí es que la cosa se comienza a complicar. En esta segunda parte, entran nuevos personajes a intentar controlar los pensamientos, emociones y comportamientos de Riley:
- La envidia, la ansiedad, la vergüenza y el aburrimiento. El guión de la producción explica magistralmente cómo estas nuevas emociones van transformando la imagen que Riley tiene de ella misma e influenciando su comportamiento. No les cuento más porque quiero que la vean y la analicen desde su perspectiva personal, pero sí quiero compartir lo que aprendí y, en ocasiones, recordé, acerca de nuestras emociones, viendo esta película.
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- Los cambios hormonales afectan nuestras emociones, y punto. En este caso lo vemos con una niña de trece años, pero pregúntenle a cualquier mujer que ha pasado o está pasando por la menopausia, o a alguien con problemas de descontrol en la tiroides. Cuando sientan emociones que no pueden explicar, vayan a un médico para descartar que el problema sea fisiológico.
- La envidia es admiración con rabia. Cuando envidiamos a alguien es porque hay algo en esa persona que quisiéramos tener, pero nos da coraje no tenerlo. La admiración es una de las cualidades más hermosas que puede sentir un ser humano, la envidia no porque el coraje lo daña todo.
- El coraje muchas veces es necesario. Es el coraje hacia algo o alguien lo que nos puede mover a hacer cambios, tanto individuales como colectivos. El problema es aprender a canalizarlo y mantenerlo a raya. Si no lo hacemos, nos quema por dentro.
- El sentido de identidad de un ser humano comienza a construirse desde su niñez, de ahí la importancia de una base sólida de amor, aceptación y buen ejemplo. Claro, hay otras influencias no tan positivas que pueden llegar a través de nuestras vidas, pero si existe una autoestima sólida y uno se reconoce como una buena persona, hay muchas menos probabilidades de hacer daño a otros o a nosotros mismos.
- La ansiedad consiste en vivir constantemente en el futuro, imaginando escenarios, en su mayoría totalmente inconscientes y fatalistas, de lo que podría ocurrir. La ansiedad y la paz son incompatibles. Todo el mundo se siente ansioso en un momento, pero si no identificamos esa ansiedad y la combatimos con “mindfulness” (regresar al presente), o recordando las fortalezas que hemos desarrollado para manejar lo que sea, vamos a vivir paralizados y atrapados por el control de esa ansiedad sobre nuestra mente.
- Las experiencias negativas que hemos vivido, las vergüenzas que hemos pasado, o los errores que hemos cometido, siempre nos van a servir para crecer, aprender y seguir construyendo un sentido de identidad saludable. No conozco a nadie exitoso que no haya fracasado o metido la pata alguna vez. Reconocer estos errores y pedir excusas por ellos cuando hay oportunidad de hacerlo es señal de personas emocionalmente inteligentes.
- Es común en los adolescentes querer impresionar a otros para ser aceptados. Y eso a veces incluye dejar de ser quienes son para engranar dentro de este o aquel grupo en particular. Lo que me parece triste es cuando veo a adultos haciéndolo, pretendiendo ser quienes no son con tal de sentirse que pertenecen. Una persona con identidad personal saludable sabe que no necesita impresionar para ser apreciada. No hay nada más maravilloso que la sensación de ser queridos y aceptados por quienes somos, con todo lo que viene en el paquete.
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Algo me dice que posiblemente veremos una tercera edición de “Inside out”. No quisiera anticiparme, pero posiblemente tendrá algo que ver con el primer “enamoramiento” de Riley. El amor y las emociones, ahí sí que se puede llegar una nueva tormenta de emociones. Seguimos pendientes de esas vocecitas en nuestras cabezas.