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¿La sauna beneficia la salud cardiovascular?

La sauna es mucho más que una simple tradición cultural originaria de los países nórdicos. Esta práctica de exponerse a altas temperaturas en ambientes cerrados durante períodos breves ha sido utilizada durante siglos por sus efectos relajantes y de bienestar.

Sin embargo, la ciencia actual ha comenzado a profundizar en cómo la sauna puede influir de manera positiva en la salud cardiovascular y en otras condiciones físicas.

Una tradición con un propósito médico

En los países como Finlandia, donde la sauna es una tradición profundamente arraigada, se reconoce no solo como un medio de relajación, sino también como una herramienta para promover la salud. Estudios recientes respaldan estos usos, mostrando que las saunas pueden tener un impacto significativo en la reducción de problemas cardiovasculares, hipertensión, y hasta demencia.

La sauna aumenta la circulación sanguínea al dilatar los vasos sanguíneos y reducir la resistencia vascular. Este fenómeno puede replicar algunos de los beneficios que proporciona el ejercicio aeróbico, ya que, al igual que al hacer ejercicio, el corazón comienza a latir más rápido para enfriar el cuerpo. Un estudio reveló que las personas que usaban la sauna entre 4 y 7 veces por semana mostraban un riesgo menor de sufrir eventos cardíacos graves, como infartos y accidentes cerebrovasculares.

La combinación de sauna y ejercicio

Investigaciones publicadas recientemente han señalado que la sauna no solo es beneficiosa por sí sola, sino que también puede potenciar los beneficios de otros factores cardioprotectores, como el ejercicio físico. Según estos estudios, al combinar sesiones regulares de sauna con actividad física moderada o intensa, se logra mejorar sustancialmente la salud cardiovascular.

Estudios respaldan el uso regular de la sauna

Un documento publicado en 2023 revisó la evidencia científica existente sobre los beneficios cardiovasculares de las saunas. Se recomienda su uso en prevención primaria para mejorar la salud del corazón. Para las personas con enfermedades cardiovasculares estables, las saunas también se consideran una práctica beneficiosa siempre que se puedan tolerar.

El estudio menciona que 8 semanas de sesiones regulares de sauna, combinadas con ejercicio físico, resultaron en una reducción media de 8 mmHg en la presión arterial. Esta reducción puede disminuir hasta un 30% el riesgo cardiovascular, un hallazgo significativo para aquellos que buscan formas de cuidar su salud cardíaca a largo plazo.

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Beneficios más allá del corazón: salud general y longevidad

Los beneficios de la sauna no se limitan solo al corazón. Se han observado efectos positivos en la reducción de la inflamación, la mejora de las afecciones musculoesqueléticas y una posible reducción del estrés. Además, algunas investigaciones sugieren que el uso regular de la sauna está asociado con una menor incidencia de demencia, tromboembolismo venoso y hasta mortalidad por todas las causas.

¿Para todos o solo para algunos?

Si bien la sauna tiene muchos beneficios, no es adecuada para todas las personas. Las personas con afecciones cardíacas graves, como angina inestable o infartos recientes, deben evitar el uso de la sauna sin la supervisión de un médico. Igualmente, mujeres embarazadas, niños y personas con presión arterial baja deben tener precaución, ya que la exposición al calor extremo puede agravar estas condiciones.

Recomendaciones para aprovechar al máximo los beneficios

Para aquellos que deseen aprovechar al máximo los beneficios cardiovasculares de la sauna, la clave está en la frecuencia y duración. Los expertos sugieren de 3 a 7 sesiones semanales, con una duración de 15 a 20 minutos por sesión. Además, se recomienda combinar estas sesiones con actividad física, como caminatas o ejercicio moderado, para obtener los mejores resultados en la salud cardiovascular.

En conclusión, la sauna ofrece una serie de beneficios respaldados por la ciencia, especialmente en lo que respecta a la salud del corazón. Si se utiliza correctamente y en combinación con hábitos saludables como la actividad física, la sauna puede ser una herramienta poderosa para mantener la salud cardiovascular y general. Sin embargo, es importante considerar las precauciones necesarias y consultar a un médico antes de comenzar cualquier práctica de sauna, especialmente para aquellos con condiciones preexistentes.

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Chiara Tarafa

Soy Biomédica y Periodista Multimedios, actualmente culminando mis estudios en periodismo en la Universidad del Sagrado Corazón de Puerto Rico. Por otra parte, tengo un Bachillerato en Ciencias con especialidad en Ciencias Biomédicas de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Esta combinación me permite ejercer mi pasión de educar y trabajar hacia un mejor sistema de salud para Puerto Rico.

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