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La crisis salubrista en Puerto Rico: el impacto de los apagones

En Puerto Rico, los apagones masivos y la inestabilidad del suministro eléctrico han agravado significativamente la crisis en el sector salud.

Ante esta situación, los portavoces de organizaciones que agrupan médicos, laboratorios, hospitales y otras áreas de la salud emiten un llamado urgente para mejorar las condiciones del sistema de salud.

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Desarrollo de la crisis de salud

Las interrupciones constantes en el suministro eléctrico han aumentado el número de pacientes en las salas de emergencia y han obligado a cancelar numerosos procedimientos invasivos y no invasivos.

El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, Carlos Díaz Vélez, enfatizó que la situación del COVID-19, junto con otras enfermedades como el micoplasma, la influenza y el dengue, han saturado los hospitales.

Además, aquellos pacientes que dependen de equipos electrónicos para sobrevivir deben acudir a emergencias durante los apagones, complicando aún más el sistema de salud.

Sectores impactados por los apagones

Uno de los sectores más impactados por esta crisis son las personas que se encuentran en asilos o centros de envejecientes y dependen de que sus equipos médicos funcionen las 24 horas. El no hacer uso de este equipo que necesitan para vivir puede deteriorar y poner en riesgo la salud.

“Hay pacientes que necesitan estar con aire acondicionado 24 horas para evitar las úlceras y evitar que se les infecten, porque puede perder la vida una persona por una infección severa. En Puerto Rico, el asma es uno de los diagnósticos más comunes por la condición del trópico y quienes la padecen necesitan tener la electricidad para sus terapias. Los equipos respiratorios para los pacientes encamados que están intubados también necesitan del sistema eléctrico.”, expresó Díaz.

Por otra parte, se ven afectadas las personas que requieren que sus medicamentos estén ambientes regulados. Cuando no hay energía eléctrica, estos pueden perder entre 30% a 40% de su efectividad, en especial las cápsulas. Muchos de estos son bien costosos y vitales para las personas quienes padecen de enfermedades crónicas.

Los niños son otro sector de la población que se afecta de distintas maneras con la inestabilidad del sistema eléctrico. Según estudios, los niños son la población la cual se puede adaptar con más facilidad a cambios, pero esta crisis puede causar efectos adversos a su salud mental.

Consecuencias para el sistema de salud

Cuando la falta de electricidad es constante, puede motivar a que familiares lleven a sus seres queridos enfermos a los hospitales donde sí hay luz, aunque muchos operan con plantas eléctricas.

“Y eso va a complicar más el estado de emergencia: se van a llenar más los hospitales de pacientes que están en sus casas tranquilos, pero que no pueden tener sus tratamientos en la casa por falta de energía… los hospitales están en crisis por la falta de personal, y cuando tú sacas un paciente de su cama, que están estables, se pueden descontrolar, tener complicaciones, o coger una infección adicional.”, puntualizó Díaz.

Hay también equipos que pierden eficiencia y se dañan por los cambios en el voltaje, tanto en hospitales como en las casas.

En el caso de los laboratorios, los compuestos químicos se dañan con los cambios de temperatura y causar discrepancias en los resultados. Esto puede llevar a que se puede de un tratamiento que no es adecuado y empeorar la salud del paciente.

La crisis eléctrica en Puerto Rico está exacerbando una situación ya delicada en el sector salud. Las interrupciones del servicio eléctrico no solo aumentan la carga sobre los sistemas de emergencia y los hospitales, sino que también ponen en riesgo la vida de los pacientes más vulnerables.

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Chiara Tarafa

Soy Biomédica y Periodista Multimedios, actualmente culminando mis estudios en periodismo en la Universidad del Sagrado Corazón de Puerto Rico. Por otra parte, tengo un Bachillerato en Ciencias con especialidad en Ciencias Biomédicas de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Esta combinación me permite ejercer mi pasión de educar y trabajar hacia un mejor sistema de salud para Puerto Rico.

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