La circunferencia abdominal: Indicador clave de riesgo cardiovascular
Un creciente número de estudios acelera la perspectiva de la importancia de la circunferencia abdominal como un mejor predictor de enfermedades cardíacas que el tradicional índice de masa corporal (IMC). Según datos recopilados por Scielo, la obesidad abdominal se ha asociado de manera significativa con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluso en individuos cuyo IMC se clasificaría como normal.
Investigaciones recientes señalan que la acumulación de grasa visceral, la cual rodea órganos vitales, tiene un impacto negativo considerable en la salud del corazón, aumentando las probabilidades de desarrollar condiciones graves como hipertensión, infartos y accidentes cerebrovasculares.
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En un estudio reciente, publicado en el Journal of the American Heart Association, los investigadores encontraron que un incremento en el índice de circunferencia corporal durante un periodo de seis años incrementó el riesgo de enfermedad cardíaca en un 163%. Incluso los individuos con circunferencia corporal moderado experimentaron un aumento del riesgo del 61%.
El Dr. Yun Qian, principal investigador de la Universidad Médica de Nanjing, afirmó que estos hallazgos indican que mantener una circunferencia abdominal estable y moderada a lo largo del tiempo puede reducir la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
A diferencia del IMC, que se limita a comparar el peso con la altura, este se considera la proporción entre la circunferencia de la cintura y la altura, proporcionando una visión más precisa del exceso de grasa abdominal. Esta medida es clave, ya que la grasa abdominal refleja no solo la cantidad de grasa subcutánea, sino también la grasa visceral, que se ha identificado como uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
El estudio analizó a cerca de 10.000 adultos mayores de 45 años en China, y los resultados mostraron que el aumento en la circunferencia abdominal se asocia significativamente con condiciones como ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, incluso después de ajustar factores de riesgo como la presión arterial, los niveles de azúcar en sangre y el colesterol. Esto resalta que la medición de la grasa abdominal debe ser incorporada en la evaluación del riesgo cardiovascular en la práctica clínica, complementando o incluso sustituyendo al IMC.
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La relación entre obesidad y enfermedades del corazón no solo se explica por la acumulación de grasa, sino también por los procesos inflamatorios que desencadena el exceso de tejido adiposo, los cuales impactan negativamente en la función cardiovascular.
