La ciencia de la oscuridad: ¿Cómo mejora la salud?

La contaminación lumínica, que afecta a más de un tercio de la población mundial, dificulta la observación de la Vía Láctea y otros fenómenos del cielo nocturno. Este exceso de luz artificial no solo cambia nuestro paisaje, sino que también tiene efectos negativos en nuestra salud. Se ha asociado con problemas como insomnio, cáncer, accidentes cerebrovasculares e incluso trastornos en la fertilidad. Investigaciones recientes sugieren que la contaminación lumínica también podría contribuir al desarrollo de enfermedades como el alzhéimer.

Para escapar de estos efectos, muchas personas están recurriendo a los «santuarios de cielo oscuro». Estos son lugares alejados de la luz artificial, donde se puede disfrutar de la oscuridad natural y ver el cielo con claridad, y también tiene importantes beneficios para la salud. La oscuridad natural estimula la producción de melatonina, una hormona esencial para el sueño y la reparación celular.

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Además, la oscuridad puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, aliviar la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

Efecto en la salud mental

Pasar tiempo en la oscuridad también tiene efectos positivos sobre la salud mental, expertos asumen que la sensación de asombro al mirar el cielo nocturno, que nos conecta con algo más grande que nosotros, está asociada con una mayor felicidad y bienestar. De hecho, estudios recientes indican que la sensación de asombro, provocada por la experiencia de la oscuridad natural, puede reducir la inflamación, calmar el sistema nervioso y promover la liberación de oxitocina.

Para las personas que viven en áreas urbanas, donde la luz artificial es constante, encontrar momentos de oscuridad puede ser un desafío.

Sin embargo, expertos como Lynne Peeples, autora de The Inner Clock, sugieren que pequeñas acciones, como reducir la luz antes de dormir y evitar las pantallas electrónicas, pueden ayudar a sincronizar los ritmos circadianos y mejorar la calidad del sueño.

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En lugares con demasiada luz artificial, el uso de cortinas gruesas o máscaras para dormir puede ser útil para crear un ambiente más oscuro durante la noche.