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Juan Dalmau pausa su campaña tras el derrame cerebral de su esposa

El candidato a la gobernación de Puerto Rico por la Alianza entre el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), Juan Dalmau, ha decidido poner una pausa en su campaña electoral. El motivo: una emergencia familiar que lo ha dejado profundamente afectado. Su esposa, Griselle Martínez, sufrió una hemorragia cerebral aguda, específicamente una hemorragia subaracnoidea, que la ha llevado a ser hospitalizada de emergencia. En estos momentos, se encuentra en la unidad de cuidados intensivos.

En un comunicado emitido en la noche del lunes, Dalmau compartió con el pueblo puertorriqueño el difícil momento que atraviesa. «Nuestra familia fue sacudida por un evento inesperado y grave», expresó. Griselle está programada para someterse a una intervención quirúrgica, y tanto él como sus hijos, Gabriel y Sofía, están completamente enfocados en su recuperación. «En estos momentos mi alma, mi corazón y toda mi atención está con mi esposa y mis hijos», añadió.

La realidad de un aneurisma cerebral: una amenaza inesperada

Lo que ha sucedido en la vida de Juan Dalmau y su esposa Griselle es una situación que puede tocar a cualquiera, sin aviso. La hemorragia cerebral que sufrió Griselle fue causada por la ruptura de un aneurisma cerebral, una condición que puede ser silenciosa hasta que ocurre una crisis. Un aneurisma cerebral es una protuberancia en un vaso sanguíneo del cerebro, una especie de «bomba de tiempo» que, si no se detecta a tiempo, puede llegar a romperse y causar un derrame cerebral.

Cuando un aneurisma cerebral se rompe, como en el caso de Griselle, la sangre se filtra en el espacio que rodea al cerebro, lo que se conoce como hemorragia subaracnoidea. Esta situación es extremadamente peligrosa y, sin un tratamiento rápido, puede causar daño cerebral irreparable o incluso la muerte. Las primeras horas tras la ruptura son vitales para el pronóstico del paciente.

Muchas veces, los aneurismas no causan síntomas y pueden pasar desapercibidos durante años. Sin embargo, cuando se rompen, el desenlace puede ser catastrófico. La ruptura de un aneurisma libera sangre en el cerebro, lo que provoca una presión intensa que daña las células cerebrales. Esto lleva a lo que se conoce como un accidente cerebrovascular hemorrágico.

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Síntomas de un aneurisma roto

Uno de los principales síntomas de la ruptura de un aneurisma es un dolor de cabeza repentino y extremadamente intenso, a menudo descrito como «el peor dolor de cabeza de la vida». Este dolor puede estar acompañado de:

  • Náuseas y vómitos
  • Rigidez en el cuello
  • Sensibilidad a la luz
  • Visión borrosa o doble
  • Pérdida de conocimiento
  • Convulsiones

En muchos casos, la vida de la persona está en peligro si no recibe atención médica de inmediato. La intervención temprana es crucial para evitar daños cerebrales permanentes.

Aneurismas sin romper

Muchos aneurismas cerebrales nunca se rompen y permanecen asintomáticos durante toda la vida de la persona. Sin embargo, si son grandes o crecen con el tiempo, pueden presionar los nervios o los tejidos del cerebro, causando síntomas como dolor de cabeza, visión borrosa o doble, y entumecimiento en un lado de la cara.

En algunos casos, los aneurismas intactos son descubiertos por casualidad, durante pruebas de diagnóstico por imágenes realizadas por otras razones médicas. Cuando se detecta un aneurisma antes de que se rompa, se pueden realizar intervenciones quirúrgicas preventivas para reducir el riesgo de ruptura.

Factores de riesgo y prevención

Aunque los aneurismas cerebrales pueden desarrollarse sin una causa clara, hay factores que aumentan el riesgo de sufrirlos. Entre ellos se incluyen:

  • Antecedentes familiares: Si tienes familiares que han sufrido aneurismas, tu riesgo es mayor.
  • Hipertensión arterial: La presión arterial alta debilita las arterias y puede contribuir a la formación de aneurismas.
  • Tabaquismo: Fumar es un factor importante que daña las paredes de las arterias y las hace más vulnerables.
  • Enfermedades genéticas: Ciertas condiciones, como la poliquistosis renal, también aumentan el riesgo.

Para reducir el riesgo de desarrollar un aneurisma, es fundamental adoptar un estilo de vida saludable. Mantener la presión arterial bajo control, evitar el tabaco, comer una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente son algunas de las medidas más efectivas.

Tratamiento de un aneurisma cerebral

El tratamiento de un aneurisma depende de varios factores, incluyendo su tamaño, su ubicación en el cerebro y el estado general de salud del paciente. En muchos casos, si un aneurisma es pequeño y no ha causado síntomas, el tratamiento puede no ser necesario de inmediato, pero requerirá un seguimiento continuo. 

Si el aneurisma es más grande o representa un riesgo de ruptura, las opciones incluyen:

  • Clipado quirúrgico: Se coloca un clip en la base del aneurisma para detener el flujo de sangre y prevenir una ruptura.
  • Embolización endovascular: Este procedimiento menos invasivo utiliza espirales o stents para bloquear el aneurisma desde dentro del vaso sanguíneo, cerrándolo y evitando que se rompa.

En situaciones de emergencia, como en el caso de la esposa de Dalmau, la prioridad es estabilizar al paciente y controlar el sangrado para evitar daños mayores. La recuperación puede ser lenta, y en muchos casos requiere rehabilitación intensiva para superar las secuelas físicas y cognitivas.

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