Insuficiencia pancreática exocrina y calidad de vida del paciente
La insuficiencia pancreática exocrina (IPE) es una afección en la que el intestino delgado no puede digerir los alimentos por completo debido a problemas con las enzimas digestivas del páncreas. Con el objetivo de explorar a fondo este tema y comprender las dimensiones de su impacto en la calidad de vida del paciente, hemos tenido el honor de conversar con la Dra. Karelys Burgos Irizarry, Doctora y Residente de Gastroenterología en el Hospital UPR Dr. Federico Trilla, perteneciente a la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico.
«La IPE no se trata simplemente de un diagnóstico, sino de un desafío que requiere un abordaje integral desde el principio», explicó la doctora Burgos.
También enfatizó que, al recibir el diagnóstico de IPE, el paciente se enfrenta a una travesía inicial que comienza con una evaluación exhaustiva. Esta evaluación debe abarcar mediciones antropométricas, análisis nutricionales y pruebas de laboratorio. ¿El propósito? Identificar deficiencias nutricionales que, de no abordarse, podrían comprometer la efectividad de cualquier tratamiento de reemplazo de enzimas pancreáticas. «La clave está en abordar las deficiencias desde el principio para optimizar el tratamiento», destacó.
La evaluación nutricional, aunque crucial, es solo el primer paso. La Dra. Burgos subraya la importancia de realizar una prueba de densitometría ósea como parte integral del proceso. Los pacientes con IPE enfrentan un riesgo elevado de desarrollar osteoporosis debido a la mala absorción de vitamina D.
«La osteoporosis es una complicación silenciosa pero seria que debemos tener en cuenta en la gestión de la IPE», advierte la Dra. Burgos.
Al ahondar en la propia IPE, la Dra. Burgos explica que esta condición implica la dificultad del paciente para liberar enzimas pancreáticas en respuesta a estímulos alimentarios. Es un aspecto poco reconocido pero crítico que requiere un enfoque integral.
«El diagnóstico de IPE implica más que simplemente reemplazar enzimas; debemos abordar las deficiencias nutricionales y las complicaciones óseas para un tratamiento efectivo», sostuvo la Dra. Burgos y agregó que «el diagnóstico de IPE implica más que simplemente reemplazar enzimas; debemos abordar las deficiencias nutricionales y las complicaciones óseas para un tratamiento efectivo.»
La atención clínica continua se convierte entonces en un pilar fundamental en el manejo de pacientes con IPE. Los riesgos asociados, como la esteatorrea, pérdida de peso y dolor abdominal, hacen que la vigilancia constante sea esencial. La Dra. Burgos enfatizó que «monitorear la respuesta del paciente al reemplazo de enzimas pancreáticas es crucial. La falta de cumplimiento puede afectar la eficacia del tratamiento».
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En situaciones donde la IPE se presenta en el contexto de una enfermedad pancreática subyacente, como la pancreatitis crónica, los síntomas como dolor abdominal y diarrea crónica con esteatorrea son señales de alerta. Estos síntomas no solo pueden provocar pérdida de peso, sino que también pueden afectar significativamente la calidad de vida del paciente, con molestias como hinchazón abdominal y calambres.
«La falta de adherencia puede limitar significativamente la calidad de vida del paciente, subrayando la necesidad de conciencia y compromiso por parte del paciente en su propia gestión de la enfermedad».
La Dra. Burgos destacó la importancia de la evaluación nutricional, posiblemente con la ayuda de un nutricionista, para abordar estos aspectos específicos. Sin embargo, la clave para el éxito del tratamiento radica en la adherencia del paciente, especialmente al reemplazo de enzimas pancreáticas. «La falta de adherencia puede limitar significativamente la calidad de vida del paciente», advierte la Dra. Burgos.
Como ves, la IPE va más allá de la simple prescripción de enzimas pancreáticas. Requiere un enfoque holístico, desde la evaluación inicial hasta el seguimiento clínico continuo. La Dra. Burgos nos deja con una reflexión final: «El abordaje integral es la clave para brindar a estos pacientes una atención efectiva y mejorar su calidad de vida a largo plazo».
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