Vivir con hipertensión no significa que debas poner en pausa tu vida laboral. Al contrario, con pequeños cambios puedes controlar tu presión arterial y sentirte mejor durante tu jornada. Aquí te dejamos algunos consejos fáciles de seguir si pasas muchas horas en una oficina.
Muévete más, estresate menos
Estar sentado por largos periodos puede afectar la circulación y contribuir al aumento de la presión arterial. Aunque tengas mucho trabajo, procura levantarte al menos cada hora. Puedes caminar hasta el baño, ir por agua o estirarte un poco al lado de tu escritorio. Estos movimientos activan la circulación y ayudan a relajar el cuerpo.
El estrés también es un factor clave en la hipertensión. Por eso, es importante reconocer cuándo necesitas una pausa. Respira profundo, haz una breve caminata o escucha una canción que te guste. También puedes practicar respiraciones conscientes durante unos minutos: inhala lento por la nariz, aguanta unos segundos y exhala por la boca. Esos pequeños momentos de calma pueden marcar una gran diferencia.
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Alimentación consciente en tu jornada laboral
Uno de los mayores retos en la oficina es la alimentación. Entre reuniones, correos y plazos por cumplir, es fácil caer en snacks altos en sal, bebidas azucaradas o almuerzos poco saludables. Llevar tu propia comida desde casa puede ayudarte a controlar lo que comes. Opta por frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y, sobre todo, evita los alimentos ultraprocesados.
Hidratarte también es clave. Mantén una botella de agua en tu escritorio y toma pequeños sorbos durante el día. Evita las bebidas energéticas, los refrescos y el exceso de café, ya que pueden alterar tu presión arterial.
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Además, si estás en tratamiento médico, asegúrate de tomar tus medicamentos a la hora indicada y no los interrumpas por ningún motivo. Puedes usar alarmas en tu celular para recordarlo sin que interfiera con tus tareas.
Cuidar tu salud no tiene que estar reñido con tu trabajo. Al contrario: sentirte bien te hará más eficiente y con mejor ánimo. Recuerda que cada pequeño hábito cuenta. Si eres hipertenso, con estos consejos puedes tomar el control desde tu lugar de trabajo. Tu cuerpo y tu mente te lo van a agradecer.