Fundación Mirta Enid: un legado vigente en la lucha contra el cáncer
Tener un familiar con cáncer nunca es fácil. Aún más, cuando ese ser querido fallece a causa de la enfermedad. Esa es la historia de Luis Osvaldo Rodríguez y Mirta Castro, un matrimonio puertorriqueño que perdió a su hija Mirta Enid a causa del cáncer de pulmón, pero que levantaron las banderas y abrieron una fundación en honor a ella.
Mirta Enid era una licenciada farmacéutica de profesión que, tras un año de luchar con esa patología oncológica, perdió la batalla. Sin embargo, su legado sigue vivo porque sus padres retomaron la labor social que desarrolló en vida y ahora trabajan por ayudar a otros pacientes que, desafortunadamente, también tienen cáncer.
BeHealth sostuvo un diálogo con ellos. Allí, no solo destacaron la labor que realizan para mantener vivo el nombre de su hija, sino que también se mostraron emocionados por el premio que se ganaron por su insigne actuar.
“A ella le encantaba ayudar a los pacientes y a las personas necesitadas. Ella estaba casada y tenía tres niños cuando en el 2015 contrajo el cáncer del pulmón y fue un cáncer muy agresivo. A ella no se le notaba nada, pero realmente duró solamente dieciocho meses -antes de morir-. No lo podíamos creer, pero fue horrible para nosotros. Pero empezamos a hablar, a dialogar con la familia y a recordar todo lo que ella hacía cuando estaba en sus años de juventud, que le encantaba ayudar a los pacientes. Ella era licenciada y le ayudaba a pagar los deducibles a los pacientes que no tenían para pagar y así empezamos con la Fundación”, expresó la señora Mirta.
Por su parte, el padre de la homenajeada también entregó otros detalles acerca de la fundación que creó junto a su conyugue.
“A ella -la hija- le gustaba tanto ayudar y vimos tanta necesidad en los pacientes. En todo tiempo estuvimos al lado de ella esos 18 meses, en el hospital, donde sea y vivimos la experiencia de lo que pasa con un paciente de cáncer. Eso nos trajo que había que hacer algo en nombre de ella y lo que pensamos fue lo más fácil: una página en Facebook y todo el mundo la tiene y mandamos mensajitos por ahí y eso nos lleva a crear la Fundación. Gracias a Dios tenemos completamente registrada la fundación”, destacó.
El legado sigue vigente
La mamá de Mirta Enid destaca que, aunque el cáncer se llevó a su hija, “no acabó con su legado. El legado sigue activo. Por eso la Fundación Mirta Enid”, mencionó y dijo cómo trabaja con los pacientes.
“Yo me comunico con los pacientes, hablamos. Algunos pacientes me dicen solamente quiero que me hagas una oración, quiero que estés cerca para darte el abrazo de mamá y yo les hago oración y quedan contentos. Después me llaman de nuevo para decirme que se sintieron bien. Usted me dio como esperanza para seguir adelante en mi enfermedad”, reveló.
Además, narró otros detalles de las ideas que su hija tenía para los pacientes y que ella ahora la implementa para seguir con la labor social.
“Yo confecciono gorritos y ella -Mirta Enid- fue la que me dijo ‘mami este gorrito lo vas a confeccionar para los pacientes y a lo mejor de aquí puede sacar algún dinerito para ayudar a todos ellos’. Entonces hago pulseritas, cositas que verdaderamente sirven para ayudar y para regalarle a los pacientes de cáncer”, dijo.
¿Cómo más ayuda la fundación?
En palabras de su presidente, el señor Luis, padre de Mirta Enid, la fundación desarrolla múltiples actividades como “orientarlos dentro de lo que permite la ley y para orientarlos y ayudarlos en la parte económica. Hay un proceso que les ayudamos con los deducibles, medicina, equipo, todo lo que necesiten ellos además del apoyo espiritual”, subrayó, a su vez que dio a conocer otros de los esfuerzos que suman en beneficio de los pacientes.
“Hemos llevado un programa de prevención, dando charlas a la comunidad y a los pacientes en distintos lugares. Eso es lo que más nos gusta, ir a instruirlos, llevarlos al médico y los recursos necesarios para poder llegar a la persona y educarlos sobre el cáncer, especialmente en cáncer de pulmón, que es muy agresivo”, destacó Luis.
