Fisioterapia y su influencia en el tratamiento de la artritis psoriásica
La artritis psoriásica es la inflamación crónica del sistema inmunitario que afecta el sistema musculoesquelético, encargado de proporcionar el movimiento.
En la artritis psoriásica la mayoría de los pacientes en un inicio ya padecen psoriasis, una condición que genera lesiones en la piel caracterizadas por parches y descamaciones e inflamación y a estos signos se suma el dolor y la afectación en una o varias articulaciones.
Para conocer detalles de esta condición y para abordar los beneficios de la fisioterapia, BeHealth conversó con la Dra. Piedad Janeth De los Ríos Martin, fisioterapeuta, especialista en seguridad y salud en el trabajo y fisioterapeuta asistencial en la Armada Nacional de Colombia.
“Además de las lesiones en la piel, el dolor y la inflamación son característicos en los pacientes con este diagnóstico”, señaló la fisioterapeuta.
El dolor no solamente se puede producirse en las articulaciones sino también en la unión tendinosa de los ligamentos, lo que ocasiona la rigidez articular
“Los pacientes con artritis psoriásica refieren mucho dolor con mayor frecuencia en las manos y esto limita progresivamente la funcionalidad en las pinzas y en los agarres a mano llena”, aseguró.
Otros por su parte, señalan presentar dolor en las piernas y en la parte de la columna lumbar, lo que hace que se disminuya la movilidad, lo que los lleva a desacondicionamiento físico que a largo plazo puede crear complicaciones por la inmovilización prolongada.
¿Qué ocurre con el cuerpo ante la falta de actividad física?
Cuando el paciente no realiza actividad física, pierde la flexibilidad, presenta dificultad en los arcos de movimiento, fuerza muscular, masa muscular, se presentan deformidades articulares, problemas respiratorios, problemas circulatorios que los llevan a un deterioro de su calidad de vida ante la pérdida de movilidad.
¿Qué especialistas deben tratar al paciente con artritis psoriásica?
Es importante que el paciente sea manejado por un equipo multidisciplinario en el que se involucren dermatólogos, reumatólogos, fisiatras, fisioterapeutas y profesionales de terapia ocupacional.
Dentro de la intervención fisioterapéutica se busca crear objetivos terapéuticos de mantenimiento y mitigar las deformidades propias de los periodos prolongados de quietud, así como evitar el desacondicionamiento físico del paciente.
“Se parte de que cada persona es individual y requiere una atención única. Debe ser debidamente valorado para crear su tratamiento. Dentro de la valoración se hace una recolección de datos en donde el profesional interactúa con el paciente para conocer su condición actual y dar un enfoque al tratamiento”, explicó la especialista.
De acuerdo con la Dra. De los Ríos, posterior al interrogatorio se indaga sobre otros signos como el dolor y sus escalas, la sensibilidad, el edema, los arcos de movilidad, la fuerza muscular, la atrofia muscular, la higiene postural, resultados en pruebas de funcionalidad, fases de la marcha y la tolerancia del ejercicio de cada paciente.
“Es importante saber el peso del paciente porque esto también crea deformidades en el sistema osteoarticular”, aseveró.
De acuerdo a cada ítem valorado se crea el objetivo del paciente y su tratamiento y se sugieren recomendaciones para mejorar la condición general y se trabaja en el control del peso con adecuados hábitos nutricionales y con la realización de actividades recomendadas por cada fisioterapeuta.
Dentro del tratamiento en consultorio se da manejo al dolor y a la inflamación con medios físicos.
- El uso del calor y del frío está indicado de acuerdo a los objetivos planteados por cada fisioterapeuta.
“Usualmente los pacientes con artritis tienen mucho dolor, por lo cual, previo a los estiramientos colocamos unos minutos de calor para que empecemos los estiramientos”, explicó.
- Posterior al manejo de dolor se hace una liberación miofascial para ofrecer una mayor flexibilidad en la elongación de cada zona.
- Los estiramientos de los pacientes deben realizarse en sentido cefalocaudal (de la cabeza hacia los pies).
- Se realizan ejercicios respiratorios para ayudar a manejar el dolor liberando la tensión externa que suele limitar la amplitud del movimiento.
Ejercicios de fortalecimiento
En un inicio se plantean ejercicios isométricos caracterizados por contracciones musculares con mínimo desplazamiento articular para continuar progresivamente con ejercicios activos-resistidos que se realizan tratando de vencer la resistencia que opone el fisioterapeuta con sus manos o por medio de instrumentos como bandas elásticas, balones terapéuticos o pesas.
“Es importante la higiene postural en todas las actividades que desarrolla el paciente para evitar la compensación articular al realizar los movimientos. Es decir, cuando un paciente quiere elevar el brazo y lo hace con compensación de la escápula, va a hacer una mayor sobrecarga articular generando mayor dolor”, destacó la fisioterapeuta.
De acuerdo con la profesional, también es importante que en el tratamiento de los pacientes con cualquier tipo de artritis se trabaje en el fortalecimiento del core, que es lo que va a ofrecer control postural y apoyar toda la parte de fortalecimiento de la pared abdominal y de fortalecimiento de los iliocostales lumbares para disminuir el dolor en la columna lumbar.
“La reeducación propioceptiva de los miembros inferiores nos ayuda nos ayuda a mejorar las fases de la marcha y nos ayuda a que el paciente empiece poco a poco a tolerar las conductas terapéuticas enfocadas a la realización de la actividad física diaria, concientizando de esta manera al paciente en la importancia de unos adecuados hábitos de vida saludable”, detalló.
La especialista en fisioterapia recomendó a los pacientes seguir las indicaciones de los profesionales clínicos, con ejercicios individualizados y realizó otras recomendaciones:
- Mantener la flexibilidad para mantener su funcionalidad. En las mañanas poner las manos debajo del agua caliente y estirar las manos.
- Realizar estiramiento en los miembros superiores e inferiores, del cuello y lumbares.
- Realizar caminatas inicialmente de 15 minutos e ir incrementado hasta los 30 minutos.
- Seguir la guía de ejercicios respiratorios enseñados por el terapeuta.
“La natación es el ejercicio más indicado para los pacientes con artritis pero cuando hablamos de pacientes con artritis psoriásica es recomendable que el dermatólogo dé la aprobación o sugiera recomendaciones para que el paciente no se vea afectado por el agua y sus compuestos”, subrayó.
Además, la Dra. De los Ríos aclaró que el tratamiento para esta condición no se basa en un grupo de terapias de 10 o 20 sesiones, sino que, es una condición que requiere de cambios en el estilo de vida y adherencia a los tratamientos y terapias para que la calidad de vida sea la mejor.
De esta manera, se destaca como objetivo de la terapia física mejorar las condiciones de vida.
“Yo le digo a mis pacientes que el movimiento es vida y la falta de movimiento nos lleva a que nos deterioremos y a que nos vayamos apagando cada día como una velita. Mientras tú te muevas vas a tener vida y cuando dejas de moverte le quitas la gasolina que necesita el cuerpo para poder funcionar”, finalizó.