Con 39 años de edad Nitza Ortiz Camacho fue diagnosticada con artritis reumatoide que, a su vez, propició que tuviera un fallo renal crónico.
Ella afirma que cuando recibió la noticia quedó impactada y asustada además:
«La noticia me la informó el Dr. Guerra, nefrólogo, que estaba en insuficiencia renal para el 2006. Después me fui a vivir a Texas a seguir tratamiento y prepararme para la fístula».
Durante dos años estuvo en hemodiálisis cuando recibió la llamada tan esperada.
«Me encontraba en el centro de diálisis, sentí una alegría enorme al saber que podía ser trasplantada. Agradeciendo a Dios por estos 10 años».
Nitza afirma que durante el tiempo en diálisis y actualmente procura mantenerse activa, realizar ejercicios físicos y sobre todo bailar.
«Siempre tengo la agenda ocupada reuniones con amigas, atendiendo a mis nietos, mi mamá, etc.», resaltó.
Vida como voluntaria
Nitza también es voluntaria en la Fundación Puertorriqueña del Riñón, una organización que, según sus propias palabras, le ha permitido reconocer lo mucho que se valora nuestro testimonio de vida y cuánto podemos aportar con nuestra experiencia de vida.
«A los pacientes que están atravesando un diagnóstico, hoy les digo que no dejen de sonreír. Una sonrisa siempre -ante la peor adversidad- es lo que te va a dar el empuje para seguir adelante. Y sobre todo, fe; es la mejor herramienta para cada batalla que tengo que enfrentar».