Esta es la guía más completa para vivir mejor con dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una afección cutánea crónica que afecta a personas de todas las edades, aunque es más común en niños. Esta enfermedad inflamatoria de la piel se caracteriza por la sequedad, picazón intensa y la aparición de erupciones cutáneas. Convivir con dermatitis atópica puede ser un desafío, pero también puede ser una oportunidad para descubrir estrategias y cuidados que mejoren la calidad de vida.
¿Qué es la dermatitis atópica?
De acuerdo con el doctor Fitzgeraldo Sánchez, dermatólogo, la dermatitis es una afección cutánea prevalente que «se manifiesta mediante la presencia de áreas rojas y altamente pruriginosas, típicamente localizadas en el antebrazo y la parte posterior de las rodillas».
Esta condición no discrimina por edades, pudiendo manifestarse desde la infancia hasta la adultez. A pesar de su naturaleza crónica, la dermatitis no cuenta con una cura definitiva, requiriendo un tratamiento constante para gestionar sus síntomas.
«La vida con dermatitis implica vivir con altibajos; existen períodos de bienestar, siempre y cuando se mantenga un cuidado constante y se utilicen cremas adecuadas. A lo largo del tiempo, es probable que experimentes momentos de mejora y otros de mayor incomodidad», agregó.
Con la creciente conciencia sobre esta condición y sus manifestaciones, diagnosticar la dermatitis se ha vuelto un poco más accesible. No obstante, ha habido situaciones en las que se ha confundido con otras afecciones cutáneas, como la dermatitis seborreica o dermatitis irritante. En ocasiones, incluso puede ser malinterpretada como psoriasis. Por ello, «es crucial consultar a un dermatólogo para un diagnóstico preciso».
«La diferencia entre la dermatitis atópica y otras formas de dermatitis se establece a través de un proceso de descarte. Generalmente, se realiza una biopsia mediante la toma de una muestra de piel. Sin embargo, es esencial destacar que las áreas más comúnmente afectadas suelen ser el antebrazo y la parte posterior de las rodillas».
En cuanto al diagnóstico, se lleva a cabo mediante una biopsia, y el cuadro clínico revela que muchos de los pacientes suelen presentar múltiples alergias, especialmente a factores ambientales. «Estas alergias se intensifican en entornos nuevos o lugares con fuertes olores, lo que genera respuestas significativas en estos individuos», contó.
Desencadenantes de la dermatitis atópica
Por su parte, la Dra. Giannina Coppola Fasick contó que los desencadenantes varían de paciente a paciente. Es algo muy particular. «En muchos casos, el factor común que observamos en la mayoría de los pacientes es la sensibilidad al calor y la exposición al sol. Estas condiciones suelen exacerbarse con el aumento de la temperatura corporal, ya sea por hacer ejercicio o simplemente por estar expuestos al sol, pudiendo desencadenar un brote de la condición».
Además, la irritación causada por ciertos productos personales que utilizan también puede agravar la condición. Es esencial tener en cuenta estos aspectos.
Adicionalmente, con los niños, es importante verificar posibles alimentos que puedan estar exacerbando la condición. En el entorno del hogar, se habla mucho sobre la presencia de polvo, especialmente relacionado con los ácaros.
El asma también es un factor a considerar, «ya que más del 80% de los pacientes con dermatitis atópica tienen raíces asmáticas, lo que puede complicar la condición».
Cuidados de la piel a tener en cuenta
En cuanto a los ingredientes comunes en productos para el cuidado de la piel que pueden desencadenar reacciones en pacientes con dermatitis atópica, los más problemáticos suelen ser la fragancia. De acuerdo con la Dra. Yanira M. Arce, alergista, «la fragancia es un irritante fuerte para aquellos que tienen sensibilidad cutánea, y se encuentra en perfumes, cremas y jabones con olor». Por lo tanto, se aconseja a los pacientes evitar productos con fragancias, colores y otros irritantes para la piel, como ciertos preservativos, alcoholes, catones, acrílicos y parabenos.
«Al seleccionar productos para el cuidado de la piel, los pacientes con dermatitis atópica deben tener en cuenta algunos factores. Por ejemplo, al elegir un jabón, se recomienda que sea sin fragancias ni colorantes, preferiblemente en formato de barra para una mayor hidratación».
Es importante evitar productos con alimentos, ya que pueden desencadenar reacciones en la piel sensible. «La elección de productos adecuados puede marcar la diferencia en el manejo de la dermatitis atópica y la prevención de brotes».
Es importante seguir prácticas para el cuidado diario de la piel en personas con dermatitis atópica. Les aconsejo a mis pacientes que establezcan una rutina diaria, similar a una rutina de belleza, pero centrada en el cuidado de la piel.
«El baño no debe exceder los 10 minutos, y se debe evitar el uso de agua caliente, ya que esto puede aumentar la sequedad de la piel y desencadenar picazón. Además, es crucial utilizar jabones sin color y sin fragancia para evitar irritaciones adicionales», expresó.
Muchos pacientes mencionan que se bañan de 3 a 4 veces al día, pero es importante recordar que cada vez que nos bañamos, perdemos más agua a través de la piel, lo que puede aumentar la sequedad y empeorar la picazón. Así que es esencial limitar la frecuencia de los baños.
«Después de hablar sobre la importancia del baño, siempre les digo a mis pacientes que, al salir del baño, es crucial secarse dando palmaditas suaves en lugar de frotar la piel. A menudo, me dicen que se rascan con la toalla, pero eso es un error. Es necesario seguir las instrucciones de los expertos y secarse brindando toquecitos suaves en lugar de rascar la piel. Esto ayuda a retener la humedad en la piel».
Asimismo, es fundamental aplicar el humectante en los primeros cinco minutos. Los poros aún están abiertos y permiten una mejor absorción de la humedad. Este es un paso esencial para mantener la piel bien hidratada y prevenir la sequedad y el picor. Es un error común que muchas personas cometen al no aplicar el humectante inmediatamente después del baño.
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Nutrición con dermatitis atópica
La licenciada Betsabé Borges, nutricionista dietista, explica que los pacientes de dermatitis atópica podrían presentar algunas reacciones adversas a ciertos alimentos, aunque no todos los pacientes reaccionan de la misma manera. Por tanto, «es crucial realizar un diagnóstico preciso para determinar si hay algún alimento que provoque reacciones adversas».
La nutricionista destaca los principales alérgenos, que incluyen leche, huevos, trigo, soya, pescados, mariscos, maní, nueces y ajonjolí. Este último se añadió recientemente a la lista.
La licenciada Borges resaltó la importancia de una alimentación antiinflamatoria para aquellos que no presentan reacciones adversas a alimentos específicos. Recomienda basar la alimentación en frutas y vegetales con colores variados, ya que proporcionan vitaminas, minerales y antioxidantes. Este enfoque puede ayudar a controlar la inflamación asociada con la dermatitis atópica.
«Además de las frutas y los vegetales, es importante incluir granos integrales, como las viandas, que son granos enteros. También se pueden incorporar legumbres, que son fundamentales para la salud intestinal. Los ácidos grasos omega-3 presentes en algunos pescados, como el salmón, el atún y las sardinas, son beneficiosos. Otro pescado rico en ácidos grasos omega-3 es el harén, que es apreciado por muchas personas. En cuanto a fuentes vegetales, es esencial incorporar frutos secos, semillas de linaza y productos a base de soya».
Después de escuchar esta lista de alimentos, ¿cómo puede el paciente con la condición identificar aquellos que pueden desencadenar problemas en su piel? La nutricionista destaca la importancia de realizar pruebas con un alergista o en algunas oficinas de dermatólogos que ofrecen pruebas específicas. Estas pruebas ayudan a identificar los alimentos a los que la persona puede estar reaccionando adversamente.
Una vez obtenidos los resultados, se procede con una dieta de eliminación, donde se eliminan los alimentos identificados durante un período de 2 a 12 semanas, hasta que la persona no presente ningún síntoma. Luego, se inicia un «Challenge», reintroduciendo gradualmente los alimentos para observar cualquier reacción. Este enfoque permite identificar específicamente qué alimentos pueden estar contribuyendo a la dermatitis atópica.
Es esencial tener un monitoreo cercano, ya sea a través del médico, del nutricionista o de un equipo multidisciplinario. En el «Challenge», el alimento identificado se incluye en tres ocasiones durante el día en el primer día, y luego se vuelve a la dieta de eliminación en los días 2 y 3 para observar si hay exacerbación de los síntomas de la dermatitis atópica o algún brote. Si se detecta alguna reacción, se procede a eliminar ese alimento.
Dermatitis atópica en niños
Por su parte, el Dr. Francisco Colón, dermatólogo pediátrico, compartió datos importantes sobre el ABC de la dermatitis atópica en la comunidad pediátrica, abordando la cronicidad de la condición.
«La cronicidad implica que es una afección de larga duración, no algo que se pueda resolver fácilmente con un tratamiento puntual». El Dr. Colón explica que es esencial establecer una conversación sincera con los padres, «explicándoles que, aunque la dermatitis atópica no se cura definitivamente, el objetivo del tratamiento es mejorar significativamente la condición para que el paciente pueda llevar una vida lo más normal posible».
El Dr. Colón destaca la importancia de la paciencia en los tratamientos, ya que no todos los medicamentos son adecuados para todas las edades. Se emplean terapias escalonadas, comenzando con los medicamentos menos tóxicos para los niños. Además, menciona que en los últimos 10 años ha habido avances significativos en la investigación sobre la dermatitis atópica, «con la introducción de nuevos medicamentos, incluyendo biológicos y orales, que han transformado el panorama de tratamiento para la condición».
El Dr. Francisco Colón explicó que en el tratamiento de la dermatitis atópica en niños, la primera línea suele ser tópica, es decir, aplicada directamente sobre la piel. Comienza con corticoesteroides de baja potencia para evitar riesgos como atrofia, decoloración de la piel y estrías, que pueden ser causados por esteroides más fuertes. Además, «menciona que «desde el año 2000 han surgido medicamentos tópicos no esteroidales, que son aplicados en la superficie de la piel y proporcionan alternativas a los corticoesteroides».
«El uso de medicamentos no esteroidales en pacientes pediátricos generalmente comienza a partir de los dos años, ya que es la edad aprobada por la FDA para su prescripción. Para preadolescentes, existen medicamentos tópicos más fuertes disponibles bajo supervisión pediátrica».
El Dr. Colón señaló que hay medicamentos orales para casos más severos, incluyendo biológicos. Estos son medicamentos inyectables que bloquean las interleuquinas, mediadores específicos de la inflamación en la dermatitis atópica. El primer biológico para la dermatitis atópica se introdujo en 2017, marcando un cambio significativo en el manejo de la condición. Este medicamento inicialmente estaba aprobado para pacientes mayores de 18 años, pero ahora, «debido a su efectividad y seguridad probadas, ha sido aprobado para su uso en niños desde los seis meses en adelante».
«Esta evolución en los tratamientos ha permitido un enfoque más personalizado y efectivo para abordar la dermatitis atópica en niños, incluyendo opciones adaptadas a la gravedad de la condición», finalizó.
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