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Mitos y realidades sobre la esquizofrenia

Nuestro cerebro es un órgano muy complejo, pero ¿qué pasa cuando algo sale mal? ¿Qué se siente al no poder confiar en uno mismo, al dudar de sus propias percepciones y creencias?

Aún hoy en día existen muchos prejuicios sobre los trastornos mentales, a pesar de los avances en el conocimiento y la cantidad de información disponible.

Según la OMS, «las personas con esquizofrenia corren un mayor riesgo de sufrir violaciones de sus derechos humanos tanto en las instituciones de salud mental como en las comunidades. La enfermedad está muy estigmatizada. Esto genera discriminación, que a su vez puede limitar el acceso a la atención sanitaria general, la educación, la vivienda y el empleo».

La información, en nuestra sociedad, es comúnmente transmitida por los medios de comunicación, que constituyen una especie de observatorio privilegiado de la realidad. El problema es que la difusión de información y la información periodística basada en pruebas y hechos científicos, suelen estar flanqueadas por noticias y datos filtrados por lentes sensacionalistas que tienen como objetivo real atraer la atención, más que representar la veracidad de los acontecimientos.

Algunas creencias falsas sobre las personas con esquizofrenia

Muchas personas piensan que son pacientes que necesitan prolongadas internaciones en hospitales psiquiátricos, que son retrasados mentales o con doble personalidad, que su enfermedad es contagiosa o que es el producto de una mala crianza materna. Estos mitos son falsos, distan muchísimo de la verdad.

La Asociación Mundial de Psiquiatría y otros expertos han compilado una lista resumida de las muchas creencias falsas sobre las personas con esquizofrenia:

  • Son violentas y peligrosas
  • Pueden infectar a otros
  • Son perezosas y poco fiables
  • Son incapaces de informar sobre los efectos del tratamiento o explicar su condición y cómo se sienten
  • Son incapaces de tomar decisiones racionales sobre sus vidas
  • Son impredecibles
  • Empeoran progresivamente toda su vida

Las consecuencias más importantes del estigma hacia las personas con esquizofrenia y problemas de salud mental se reflejan en varios aspectos: falta de utilización de los servicios de salud mental, problemas de vivienda, dificultades para obtener o mantener un empleo remunerado o claros signos de aislamiento social.

El aislamiento social es un denominador común tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo, y se asocia con un peor pronóstico.

Las personas con esquizofrenia que pueden confiar en una red más amplia y compleja de relaciones sociales tienen menos probabilidades de experimentar una exacerbación de la enfermedad que requiera hospitalización.

Lee más: Tratamientos modernos y papel crucial de los inyectables de larga duración para la esquizofrenia

Esquizofrenia y violencia

En el mundo del espectáculo y en los medios de comunicación (películas, televisión, periódicos, etc.) la enfermedad mental se representa a menudo como asociada a un comportamiento violento.

Sin embargo, salvo en el caso de las personas con antecedentes de violencia antes de la enfermedad o con problemas de abuso de alcohol u otras sustancias, las personas con esquizofrenia no son particularmente propensas a la violencia. La mayoría de las personas con esquizofrenia no son ni agresivas ni violentas; por el contrario, tienden a aislarse y prefieren que se les deje en paz.

El abuso de ciertas sustancias (alcohol y drogas) aumenta el riesgo de violencia en las personas con esquizofrenia; pero esto también se aplica a las personas sin ninguna enfermedad mental. Es importante saber que una persona con esquizofrenia, cuando está estabilizada y se adhiere adecuadamente a la terapia, no muestra ninguna agresividad.

Cuando se interrumpe el tratamiento, las personas con síntomas paranoicos y psicóticos pueden correr un alto riesgo de tener un comportamiento violento.

Esquizofrenia y suicidio

Los pacientes con esquizofrenia pueden sufrir una mayor discriminación debido a la dificultad de adaptación al entorno. No es raro que alguien se niegue a alquilar su casa a alguien con esquizofrenia; o que se niegue a contratar a una persona con esquizofrenia.

Varios estudios y observaciones han demostrado que la discriminación tiene repercusiones a nivel laboral, social y de calidad de vida; incluida la posibilidad de aumentar las tasas de suicidio.

Si una persona intenta o amenaza con suicidarse, debe buscar inmediatamente atención médica o el consejo de un especialista.

¿Puede trabajar una persona con esquizofrenia?

La esquizofrenia suele desarrollarse entre los 18 y los 35 años de edad, un período crucial para completar los estudios y elegir una carrera. Por lo tanto, puede suceder que muchas personas con esquizofrenia no tengan la capacitación necesaria para un trabajo calificado.

Además de la terapia de mantenimiento con medicamentos que el paciente debe seguir, la psicoterapia y las intervenciones psicosociales tienen por objeto ayudar a las personas con esquizofrenia a superar las dificultades psicológicas, sociales y laborales.

Muchas personas han logrado excelentes resultados escolares y laborales a pesar de la esquizofrenia, y muchas siguen llevando una vida feliz y satisfactoria.

Contar con el apoyo de la familia y los amigos es esencial para que las personas con esquizofrenia se reintegren al mundo laboral.

Vida social

El aislamiento social es uno de los síntomas negativos más frecuentes de la esquizofrenia, y los pacientes suelen experimentar dificultades emocionales, sociales y motivacionales.

Los síntomas de la enfermedad pueden impedirles participar en la vida cotidiana, lo que da lugar a una sensación de aislamiento e incapacidad para relacionarse con otras personas y para profundizar en esas relaciones.

La terapia con medicamentos, combinada con las intervenciones psicoterapéuticas y psicosociales disponibles hoy en día, puede ayudar a las personas con esquizofrenia a superar las barreras sociales vinculadas a la enfermedad y a llevar una vida social normal.

Es importante que las personas con esquizofrenia se sientan cómodas y aceptadas, lo que mejora tanto su bienestar general como el de su familia. Para un familiar o cuidador puede ser muy positivo ver que su pariente/amigo con esquizofrenia es capaz de interactuar con otros familiares y amigos y de apreciar de nuevo algunas de las actividades diarias.

Sin embargo, para que esto suceda, es importante que los síntomas de la esquizofrenia estén bien controlados al continuar tomando el medicamento según lo prescrito.

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Redacción BeHealth

Grupo multimedios especializado en promover la preservación de la salud física, mental y emocional.

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