Enfermedad inflamatoria intestinal y embarazo, ¿es posible?
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), es una condición de causa desconocida que se caracteriza por generar inflamación y lesiones en las paredes del tubo digestivo. Las dos condiciones principales dentro de las EII son la Enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Las EII suelen diagnosticarse en la edad reproductiva de las personas que la padecen y se hace muy común la preocupación de un embarazo, ya que se resaltan ciertos temores sobre la posibilidad de qué este se desarrolle exitosamente o que el tratamiento pueda afectar tanto el curso del embarazo como el del bebé.
Tratamiento y fertilidad
Muchos de los pacientes con EII manejan tasas de fertilidad similares a la población en general, sin embargo, algunos factores pueden disminuir la posibilidad de alcanzar un embarazo.
- Intervenciones quirúrgicas intestinales. Este tipo de procedimientos puede afectar la fertilidad de las mujeres por la formación de adherencias y por anomalías anatómicas mayormente vistas luego de la extirpación del colon por una colitis ulcerosa.
- En los pacientes con enfermedad de Crohn, su condición puede afectar su vida sexual. En el caso de los hombres se han detectado alteraciones en la calidad del semen durante los periodos de actividad de la enfermedad.
- Algunos fármacos como la Sulfasalazina pueden afectar la calidad del semen en los varones ya que originan alteraciones reversibles dentro de un 60 y el 80% de los casos.
Embarazo y EII
Muchos especialistas recomiendan planificar el embarazo buscando que este inicio cuando se tenga un control de la condición.
La gestación por su parte no aumenta el riesgo de un nuevo brote de la condición ni agudiza la misma y de acuerdo algunos datos sólo en 1/3 de los casos suele aparecer un brote, especialmente durante el primer trimestre del embarazo.
Además, de acuerdo con especialistas las complicaciones que pueden aparecer durante el embarazo son similares a las que se presentan en un brote común de la enfermedad cuando no se está en estado de gestación.
En aquellos casos en los que el embarazo inicia con una etapa de EII activa es probable que se conserve este estadio durante todo el periodo de gestación e incluso se espera que ésta llegue a empeorar.
En las mujeres portadoras de ileostomía, pueden presentar alteraciones sin mayores efectos como por ejemplo, dificultad para fijar la bolsa en la piel.
Efectos de las EII sobre el embarazo
El desarrollo de diversos estudios ha permitido evidenciar que cuando la condición tiene un curso en fase de remisión o está ligeramente activa no afecta el curso del embarazo ni el desarrollo del feto.
Sin embargo, cuando la enfermedad se encuentra en fase de actividad en el momento de la concepción, si puede llegar a generar un aumento en el riesgo de aborto expontánea o nacimientos prematuros y en algunos casos, puede generar que los recién nacidos tengan bajo peso.
Pese a ello, cabe destacar que no se evidencia un riesgo de qué los bebés puedan presentar algún tipo de malformación congénita.
EII y determinación de parto
La mayoría de las mujeres que culminan su embarazo, pueden tener a su bebé por vía vaginal. En los casos en los que se opta por realizar una cesárea, suele ser por motivos obstétricos.
Para quienes se han realizado una colectomía total con reservorio ileoanal, el parto por vía vaginal es posible, sin embargo, se recomienda una cesárea para evitar problemas posteriores de continencia.
Por su parte, las pacientes con enfermedad perianal electiva, se recomienda la cesárea profiláctica, sin embargo, si la enfermedad se encuentra inactiva es viable un parto natural.
¿Cómo debe ser el tratamiento durante el embarazo?
Muchos de los medicamentos utilizados para el tratamiento de las EII no generan ningún riesgo para la gestación, sin embargo, otros como el metotrexato y la talidomida si cuentan con una contraindicación absoluta.
Resulta fundamental consultar con el especialista sobre los tratamientos de mantenimiento de la enfermedad que se pueden utilizar durante el periodo de gestación en los que suele incluirse azatioprina o mercaptopurina.
Cabe destacar que, aunque algunos medicamentos pueden considerarse de riesgo, el mayor peligro para el feto que se está desarrollando es tener una enfermedad activa, por lo que, el mantenimiento de la salud de mamá sigue siendo la mayor prioridad.
El médico valorará la necesidad de tratar los brotes de la condición con la terapia que genere menores efectos.
Fármacos utilizados durante el embarazo
De acuerdo con la Revista Española de Enfermedades Digestivas estos son los medicamentos más utilizados para las EII durante el periodo de gestación:
- Salicilatos (sulfasalazina, mesalazina): uso seguro en el embarazo y lactancia.
- Corticoides: pueden usarse con las mismas indicaciones que en mujeres no gestantes.
- Azatioprina y mercaptopurina: los datos disponibles de su utilización en EII indican que es razonable mantener esta medicación durante el embarazo.
- Ciclosporina: la experiencia es escasa, pero no se han observado alteraciones congénitas ni toxicidad en los recién nacidos.
- Metotrexato: potente abortivo y causante de malformaciones, está contraindicado su uso en el embarazo, o en pacientes que están considerando un embarazo (varones o hembras).
- Antibióticos (metronidazol, ciprofloxacino): su uso en el embarazo está restringido a tratamientos cortos, y no deben utilizarse durante la lactancia.
- Infliximab: aunque la experiencia es corta, no han aparecido problemas significativos, ni aumento de las anomalías congénitas, pero no debe recomendarse en la lactancia.
Con información scielo.Revista Española de Enfermedades Digestivas