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Sobre la enfermedad arterial periférica y su alta mortalidad

La enfermedad arterial periférica es una enfermedad vascular, caracterizada por una oclusión mayor o menor de las arterias destinadas a rociar las extremidades, el tronco o la cabeza.

Esta, por lo general en los primeros momentos no presenta síntoma alguno. Sin embargo, sí tiene un alto riesgo de provocar eventos cardiovasculares como infartos cardíacos o derrames cerebrales; de ahí la importancia de hablar sobre esta enfermedad. Por ello, BeHealth realizó una entrevista con el cardiólogo Eric Carro.

¿Qué es la enfermedad arterial periférica?

“La enfermedad arterial periférica es una condición donde los pacientes pueden desarrollar obstrucciones o tapaduras de las arterias de cualquier área del cuerpo, exceptuando las arterias coronarias”, explicó el doctor.

Adicionalmente, aclaró que esta enfermedad comprende todo el proceso de aterosclerosis en cualquier vaso del cuerpo que no sea el corazón.

“Cuando se habla de esta enfermedad, se nombra específicamente la de las piernas de los miembros inferiores”. Esta es precisamente una de las áreas donde es más común esta enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas?

Como comentamos anteriormente, la mayoría de los pacientes son asintomáticos. Al respecto mencionó el especialista:

“Muchos pueden tener la condición y no tener ningún síntoma. En los que sí tienen síntomas, el más común es la claudicación intermitente”.

Además, agregó que, cuando existe la ateroesclerosis, el proceso en el cual las arterias se van tapando con grasa y calcio, puede desembocar en complicaciones serias; por ejemplo, los infartos al corazón y los derrames cerebrales.

La enfermedad arterial periférica puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. En estos casos, el paciente podría tener obstrucción en las arterias; lo que a su vez limitaría la cantidad de flujo que llega a la extremidad, por ejemplo, las piernas.

“Puede que no tenga síntomas, pero llega un momento en que la tapadura en la arteria va disminuyendo el lumen, que es el área abierta por dónde puede pasar la sangre”.

Según explica el galeno, este flujo se ve limitado a tal punto que el paciente podría experimentar dolor cuando camina o realiza ejercicio físico.

“Llega un punto en que la demanda de oxígeno y sangre que necesita el músculo es mayor que lo que le puede proveer la arteria. Ocurre porque está parcialmente tapada y al músculo no le llega suficiente sangre”, agregó el entrevistado.

Esto es análogo al paciente que posee una angina de pecho, por ejemplo, cuando camina y le duele el pecho.

“Depende del área de la obstrucción serán los síntomas. Una de las áreas más comunes es la arteria que queda a nivel de muslo y la parte que está restringida de sangre en el área de las pantorrillas. Cuando el paciente camina experimenta un dolor que limita su capacidad de caminar; al punto que se tiene que detener y, cuando se detiene, ese dolor se alivia. Después el paciente puede caminar otro trecho. Uualmente es la misma distancia, y cuando vuelve a llegar a ese punto que el músculo no tiene suficiente sangre vuelve a doler. Por eso se le llama claudicación intermitente”.

El doctor plantea además que, a pesar de que es el síntoma más característico, solo se desarrolla en menos del 10% de los pacientes, pues desafortunadamente, la mayoría de los pacientes no muestran síntomas característicos. Esto puede provocar que llegue el punto en que el paciente con enfermedad arterial periférica tenga tan restringida la cantidad de sangre que puede haber pérdida de tejido o úlceras que no sanan.

Sin capacidad de sanación, estas úlceras serían un problema muy serio, afirma el doctor Carro, quien agrega además que -si no se identifica el problema- aumenta el riesgo de amputación.

“Muchas veces, cuando se habla de enfermedad arterial periférica, se habla de dolor en las piernas al caminar, mejorar la calidad de vida del paciente y evitar amputaciones. Sin embargo, esto no es lo más importante. Debemos saber que el paciente con esta enfermedad tiene un alto riesgo de eventos cardiovasculares, eventos que representan la causa número uno de muerte a nivel mundial”.

Un paciente con enfermedad arterial periférica, indistintamente de si es asintomático, presente claudicación o isquemia crítica, posee un alto riesgo de infarto, derrame y muerte.

¿Cómo se diagnostica?

El cardiólogo plantea que son diversos los estudios que evidencian que los pacientes con esta enfermedad tienen igual riesgo que aquellos con enfermedad cardiovascular establecida.

Adicionalmente, el doctor resalta que en los estudios se ha visto una relación importante entre el desarrollo de síntomas y la disminución en flujo; en particular el paciente que tiene isquemia crítica, la mortalidad es altísima.

“En las estadísticas, la posibilidad de infarto masivo, derrame cerebral o muerte en los próximos cinco años en un paciente con isquemia crítica-el que tenga úlcera- es alrededor del 70%”. Este es un porcentaje muy alto, similar al de cánceres tan nefastos como el de pulmón o páncreas.

“Esa es la razón por la que debemos hablar de la enfermedad arterial periférica, que es muy prevalente y las consecuencias para nuestros pacientes, independientemente de los síntomas, es la posibilidad de muerte a causas cardiovasculares”.

En este sentido, es esencial identificar la enfermedad en el paciente y proporcionarle el tratamiento apropiado. Lo positivo, según plantea el galeno, es que se trata de una enfermedad muy fácil de diagnosticar.

Nota: El Dr. Eric Carro, es especialista certificado por la junta ABIM, ABVM en Cardiología intervencionista, Enfermedades Cardiovasculares
Medicina Vascular y Medicina Endovascular

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