El reciente webinar titulado «Heart of Healthcare», organizado por la World Patients Alliance, contó con la participación de Bett Battaglino, CEO de HealthyWomen.org y enfermera de profesión. Durante su presentación, Battaglino abordó los desafíos históricos y contemporáneos que enfrenta la enfermería, compartiendo una visión profunda de los obstáculos que todavía hoy afectan a la profesión. En este artículo, exploraremos esos desafíos fundamentales: la escasez de personal, el agotamiento y la integración de nuevas tecnologías, todo desde la perspectiva de aquellos que están en primera línea de atención al paciente.

El desafío de la escasez de personal

«Comencemos con la escasez de enfermeros. Este es un problema constante, impulsado por el envejecimiento de la fuerza laboral, el aumento de la demanda de servicios de salud y las altas tasas de rotación«, afirmó Battaglino durante su exposición. Esta situación se agravó considerablemente durante la pandemia de COVID-19, que puso a prueba la resistencia del sistema de salud en todo el mundo. Los enfermeros trabajaron sin descanso, enfrentándose al miedo constante de contagiarse, sin acceso adecuado a equipos de protección y con la responsabilidad de cuidar a pacientes gravemente enfermos.

La pandemia no solo fue un evento desafiante desde el punto de vista logístico y clínico, sino que también tuvo un enorme impacto emocional. «Muchos de nosotros enfrentamos niveles crecientes de estrés, lo cual nos pasó factura física, emocional y mentalmente. Tuvimos madres solteras sin acceso a guarderías, cuidadores de familiares mayores con sistemas inmunitarios comprometidos y madres de niños pequeños que tuvieron que convertirse repentinamente en maestras de tercer grado.» Estos factores contribuyeron a una importante rotación de personal, haciendo que muchos enfermeros abandonaran la profesión. Además, la jubilación inminente de un tercio de las enfermeras registradas, que están alcanzando la edad de retiro, agrava la situación. La pérdida de tantos profesionales experimentados hace aún más urgente la necesidad de reformas profundas en la formación y retención de personal.

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 El agotamiento y la salud mental

El segundo desafío clave señalado por Battaglino es el agotamiento y el deterioro de la salud mental entre los profesionales de enfermería. El estrés laboral, las largas jornadas y el peso emocional de la atención directa a pacientes generan un ambiente propicio para el desgaste. «Las exigencias emocionales y físicas para los enfermeros, intensificadas por la pandemia, han llevado a un agotamiento significativo», mencionó. Aunque algunas iniciativas para el bienestar se han implementado, no son suficientes para cubrir la magnitud de las necesidades actuales. En su exposición, Battaglino fue enfática al describir la urgencia de implementar políticas efectivas que prioricen la salud mental de los trabajadores de la salud, de modo que se retenga y motive a una fuerza laboral saludable.

La tecnología y la telesalud

El tercer desafío, la integración de la tecnología y la telesalud, ha sido un cambio necesario, pero no sin complicaciones. «La telesalud fue un cambio fundamental durante la pandemia; la posibilidad de tener sesiones de apoyo de salud mental y visitas en línea con profesionales de la salud fue crucial y ayudó a millones de personas«, explicó Battaglino. Sin embargo, la rápida integración de la tecnología también ha presentado retos importantes para los enfermeros, quienes deben adaptarse constantemente a nuevas herramientas y procesos.

«Lo que falta actualmente es una infraestructura que apoye el avance e integración de la tecnología y la telesalud en nuestras prácticas.» La implementación de estas nuevas tecnologías requiere una formación continua, pero la falta de personal y la presión del trabajo diario dificultan el desarrollo de estas competencias. Esto se convierte en un problema estructural, pues sin una infraestructura de apoyo adecuada, la atención personalizada al paciente puede verse comprometida, especialmente para aquellos profesionales que tienen dificultades para adaptarse al uso de tecnología.

El papel de la defensa del paciente

Más allá de estos desafíos, Battaglino resaltó la importancia de la defensa de los pacientes como una piedra angular en la profesión de enfermería. «Los enfermeros actúan como intermediarios vitales entre los pacientes y el sistema de salud, asegurando que las voces de los pacientes sean escuchadas y que sus derechos sean respetados.» La defensa del paciente incluye ayudarles a comprender sus diagnósticos, explicar opciones de tratamiento y, en general, empoderarlos para tomar decisiones informadas sobre su atención. Este aspecto del trabajo de la enfermería va más allá del cuidado clínico: se trata de un compromiso ético y humano con el bienestar integral de cada individuo.

Iniciativas para la comunidad y la defensa de políticas

Battaglino también dedicó un tiempo a hablar sobre el papel de los enfermeros en la salud comunitaria y la promoción de políticas. «En el ámbito de la salud comunitaria, los enfermeros nos involucramos activamente con las poblaciones locales para identificar sus necesidades de salud, promover la atención preventiva y desarrollar iniciativas que aborden desafíos de salud pública». Estas actividades incluyen desde campañas de vacunación hasta programas educativos personalizados que responden a las particularidades de cada comunidad. Además, los enfermeros se involucran en la defensa de políticas que promuevan un acceso equitativo a la atención sanitaria, lo cual es vital para cerrar las brechas en la equidad de la salud.

El ejemplo personal que compartió Battaglino fue conmovedor y subrayó la necesidad de tener sistemas de apoyo más efectivos durante tiempos de crisis. «Cuando me asignaron a la unidad, mi responsabilidad era responder a los teléfonos y los timbres de llamada. No estaba brindando atención directa a los pacientes, y rápidamente me di cuenta de que los teléfonos no dejaban de sonar. Eran familiares de los pacientes que llamaban, desesperados por obtener actualizaciones sobre sus seres queridos.» Ella propuso soluciones prácticas, como la creación de un «comando central» para manejar la comunicación con los familiares, usando recursos de la comunidad para mejorar la atención. Este tipo de iniciativas, aunque simples, podrían haber marcado una gran diferencia durante la pandemia.

«Los enfermeros colaboramos, queremos ayudar y conectar a los pacientes con todos aquellos que los atienden.» La colaboración interdisciplinaria es otro aspecto crucial del trabajo de la enfermería, que facilita la comunicación entre médicos, especialistas y otros miembros del equipo de atención. Los enfermeros a menudo son quienes aseguran que el paciente comprenda lo que implica su tratamiento, ofreciendo claridad y apoyo en cada paso del proceso.

Finalmente, los enfermeros también juegan un papel vital en la educación de pacientes y comunidades. «A través de talleres, actividades de extensión comunitaria y educación individualizada, los enfermeros empoderamos a las personas para que tomen el control de su salud«. Esta misión educativa fomenta una cultura de decisiones informadas, que a su vez contribuye al bienestar general de la sociedad.

El rol de la enfermería trasciende el cuidado clínico; es un compromiso con la defensa de los pacientes, la educación, la equidad y la colaboración. A pesar de los retos que enfrentan hoy en día, desde la escasez de personal hasta la integración de la tecnología y la lucha contra el agotamiento, los enfermeros siguen siendo fundamentales en la construcción de un sistema de salud más compasivo y eficaz. «La defensa no es algo nuevo para nosotros. Siempre hemos defendido a nuestros pacientes, nuestras comunidades y nuestra profesión.» Estas palabras de Bett Battaglino nos recuerdan que, en el corazón del sistema de salud, late con fuerza la vocación y el compromiso de los enfermeros que, día a día, trabajan incansablemente para garantizar una atención digna, humana y equitativa para todos.

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