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Eliminación del cáncer cervicouterino en las Américas: un llamamiento a la acción

La lucha contra el cáncer cervicouterino en las Américas ha tomado un impulso renovado en los últimos años gracias a la acción coordinada de gobiernos, organizaciones internacionales y comunidades. Esta enfermedad sigue siendo una de las principales causas de muerte entre las mujeres de América Latina y el Caribe, a pesar de los avances en vacunación y en el acceso a tratamientos preventivos. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha sido un actor clave en liderar esfuerzos, desde la introducción de un plan de acción en 2018 hasta la implementación de la estrategia global de la OMS en 2020.

En una reciente sesión informativa organizada por la OPS bajo el título «Eliminación del Cáncer Cervicouterino y Llamamiento a la Acción en las Américas», se compartieron avances y desafíos que enfrenta la región. Durante el evento, se destacó la disparidad de la incidencia y mortalidad del cáncer cervicouterino entre América Latina y América del Norte. «Las tasas de mortalidad son hasta tres veces mayores en América Latina y el Caribe en comparación con América del Norte, lo cual subraya las desigualdades existentes tanto en ingresos como en el acceso a los servicios de salud».

El contexto de América Latina: disparidades y desafíos

El cáncer de cuello uterino sigue siendo una enfermedad prevalente en las mujeres de países en desarrollo, donde el acceso a servicios de salud es limitado. En América Latina y el Caribe, el cáncer cervicouterino afecta desproporcionadamente a mujeres en condiciones vulnerables. Tal y como señaló la OPS: «El cáncer de cuello uterino es una de las principales causas de muerte entre las mujeres en América Latina y el Caribe, a pesar de que existen la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), pruebas de detección del VPH y tratamientos preventivos». Esto no solo es un problema de salud, sino también una cuestión de justicia social, ya que la mayoría de las víctimas son mujeres en situación de vulnerabilidad, que a menudo son el pilar económico de sus familias.

El plan de acción y la estrategia de eliminación

En 2018, la OPS estableció un plan de acción para la prevención y control del cáncer de cuello uterino, y en 2020 la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una estrategia global con un objetivo ambicioso: reducir la incidencia del cáncer de cuello uterino a menos de cuatro casos por cada 100,000 mujeres. Este objetivo se articula en tres pilares fundamentales:

  1. Vacunación: Asegurar que el 90% de las niñas estén vacunadas contra el VPH antes de cumplir los 15 años.
  2. Detección: Alcanzar una cobertura del 70% de las mujeres con pruebas de detección de alta calidad.
  3. Tratamiento: Lograr que el 90% de las mujeres con lesiones precancerosas reciban tratamiento adecuado.

Según la OPS, «para 2030, el 90% de las niñas deberán estar vacunadas contra el VPH antes de cumplir los 15 años, el 70% de las mujeres deberá haber recibido pruebas de detección de alta calidad, y el 90% de las mujeres con lesiones precancerosas deberá recibir tratamiento».

Lee más: Cáncer cervicouterino, estrategias y logros para alcanzar la meta 2030 en las Américas

Los avances en la región: estrategias y resultados

Desde 2018, los países de América Latina y el Caribe han mostrado avances significativos en la implementación de programas para la eliminación del cáncer cervicouterino. Actualmente, «48 de los 51 países y territorios de las Américas ya han introducido la vacuna contra el VPH, y cuatro países han adoptado el esquema de dosis única». En Panamá, El Salvador y Paraguay, los programas de vacunación han logrado mejorar la cobertura, especialmente a través de la integración de la vacunación en las escuelas, donde tanto niñas como niños tienen la oportunidad de recibir la vacuna.

Sin embargo, la región aún enfrenta grandes retos. «En algunos países, la incidencia del cáncer cervicouterino es tan alta como 38 casos por cada 100,000 mujeres, mientras que en otros es de apenas 6.3 por cada 100,000 mujeres». Esta gran variabilidad entre los países subraya la necesidad de redoblar esfuerzos y asegurar que las estrategias lleguen a todas las comunidades, sin importar cuán remotas sean.

En cuanto al acceso a tratamiento, uno de los mayores desafíos, la OPS ha implementado medidas para asegurar la disponibilidad de vacunas y tratamientos a precios accesibles. «Los Fondos Rotatorios Regionales de la OPS permiten obtener vacunas y tratamientos para el VPH, independientemente de los niveles de ingresos de los países». Estos esfuerzos se complementan con la colaboración de otros actores, como Gavi, la Alianza para las Vacunas, que trabaja para garantizar que incluso los países con menores recursos puedan implementar programas efectivos de vacunación.

El rol del autocuidado y la participación comunitaria

Una de las innovaciones que se está promoviendo es el autocuidado a través del auto-muestreo de la prueba de VPH. Esta estrategia permite que más mujeres tengan acceso a pruebas de detección, especialmente aquellas que viven en áreas rurales o que, por diversas razones, no tienen acceso regular a centros de salud. «La auto-toma nos permite alcanzar a mujeres que, de otro modo, no tendrían acceso a un tamizaje oportuno».

Además, el enfoque en la educación sexual y reproductiva de los adolescentes es crucial para la prevención a largo plazo del cáncer cervicouterino. En países como Panamá, los centros amigables para adolescentes, en colaboración con la OPS y UNICEF, están brindando orientación en salud sexual y reproductiva que incluye la prevención del VPH.

Impacto social y económico de la eliminación

La eliminación del cáncer de cuello uterino tiene el potencial de salvar más de 40,000 vidas cada año en las Américas. Pero los beneficios no son solo sanitarios, también tienen un profundo impacto social y económico. «La eliminación del cáncer uterino no solo representa una mejora en salud pública, sino también un avance en la justicia social». Reducir la mortalidad entre las mujeres vulnerables significa también asegurar que las familias no pierdan a su pilar fundamental, reduciendo el riesgo de desintegración familiar y la pobreza.

El momento de actuar es ahora

El mensaje de la OPS y de los Estados Miembros de las Américas es claro: tenemos las herramientas para eliminar el cáncer cervicouterino y el momento de actuar es ahora. Disponemos de las vacunas, de las pruebas de detección y de los tratamientos adecuados. Los avances logrados hasta el momento nos posicionan como la primera región en el mundo que puede y debe eliminar este tipo de cáncer.

«Cada minuto, una mujer muere a causa del cáncer de cuello uterino en el mundo, y cada muerte es una tragedia que podría haberse evitado». Esta estadística nos recuerda la urgencia de nuestras acciones. La implementación de esquemas de vacunación de una dosis, el acceso a pruebas de detección y el fortalecimiento del tratamiento deben ser prioridades para todos los países de la región. «Ninguna mujer en la Región de las Américas debería morir a causa de este cáncer. Tenemos la experiencia, y tenemos el momento adecuado para actuar».

La erradicación del cáncer cervicouterino es un objetivo ambicioso, pero posible. La colaboración entre gobiernos, organizaciones internacionales, comunidades y actores del sector privado es esencial para alcanzar las metas establecidas. Las iniciativas actuales muestran que, con voluntad política y el compromiso de todos los sectores, es posible eliminar este cáncer de nuestras comunidades y garantizar un futuro más saludable para las mujeres de América Latina y el Caribe.

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