El consumo excesivo de azúcar deja señales visibles en la piel
Un abusivo consumo de azúcar no solo afecta la salud interna, también puede reflejar sus efectos en la piel, provocando diversos problemas estéticos y de hidratación. El fenómeno conocido como glicación, que ocurre cuando el exceso de azúcar en la circulación sanguínea se une con las proteínas, daña la flexibilidad y acelera el envejecimiento de la piel.
El azúcar trae consigo, además, sequedad y descamación debido a que afecta la capacidad natural de retención de hidratación de la piel. Beber agua e hidratarla con cremas, aceites y demás productos, no solucionan nada, su sequedad prevalece y la luminosidad disminuye.
El impacto del azúcar en la piel
El consumo de alimentos con alto índice glucémico como dulces, refrescos, pasteles y productos procesados aumentan los niveles de insulina en el cuerpo. Esto no solo desencadena problemas hormonales, sino que contribuye a la inflamación, lo que empeora las afecciones del cutis como el acné o la rosácea.
La sobreproducción de sebo y el aceite natural de la piel ocasionan la obstrucción de los poros, favoreciendo la aparición del acné inflamado. Este tipo de acné es persistente y puede dejar marcas en la piel, lo que complica aún más el tratamiento para eliminarlo y suele tener efectos duraderos o quizás permanentes.
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Señales claves que revela tu piel:
- Arrugas prematuras: el daño al colágeno acelera la aparición de líneas finas y arrugas.
- Pérdida de elasticidad: la piel pierde su capacidad de mantenerse firme, provocando flacidez.
- Acné y brotes: El azúcar eleva los niveles de insulina, lo que a su vez aumenta la producción de sebo, contribuyendo a la aparición de granos.
- Piel seca o deshidratada: la capacidad de
- la piel para retener la humedad, dejándola más seca y apagada.
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