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El camino de las Américas hacia la erradicación del cáncer cervical

En la reciente cumbre organizada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), titulada «Un hito global: un plan para eliminar el cáncer cervical en las Américas», se reunieron expertos y líderes de distintos sectores con el objetivo de trazar un camino claro para la eliminación del cáncer cervicouterino en la región. Esta enfermedad, una de las pocas causadas por un virus, el virus del papiloma humano (VPH), cobra la vida de más de 350,000 mujeres al año en todo el mundo, siendo América Latina y el Caribe unas de las regiones más afectadas.

Durante el panel, moderado por Catherine Bliss, investigadora principal del Centro de Políticas de Salud Global del CSIS en Washington, D.C., se exploraron los avances logrados hasta el momento y los retos que aún deben enfrentarse para lograr la eliminación total de este cáncer en las Américas. Se destacó la importancia de los esfuerzos multisectoriales y de la cooperación internacional para mejorar el acceso a las vacunas, las tecnologías de detección temprana y los tratamientos para millones de mujeres y niñas.

El miedo y la esperanza en torno al cáncer cervical

Catherine Bliss abrió el panel abordando el miedo que genera la palabra “cáncer” en las personas: «Para muchos de nosotros, la palabra ‘cáncer’, especialmente si se refiere a nosotros mismos o a un ser querido, hace que la sangre se nos congele». Este temor a lo desconocido, a las posibles causas, las pruebas diagnósticas, los tratamientos, o incluso la muerte, es algo que afecta profundamente a las familias. Sin embargo, Bliss también hizo hincapié en la esperanza que ofrece la ciencia, señalando que, a diferencia de otros tipos de cáncer, el cáncer cervical es prevenible y tratable si se detecta a tiempo.

«Aunque puede haber muchas incógnitas en el mundo de la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer, hay mucho que se sabe sobre el cáncer cervical» afirmó Bliss, quien destacó que las vacunas contra el VPH, los avances en las pruebas de detección y los tratamientos efectivos han colocado a este tipo de cáncer en una posición única: puede ser el primer tipo de cáncer eliminado del mundo. 

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En la región de las Américas, el desafío es aún mayor. De las 40,000 mujeres que mueren cada año en la región a causa del cáncer cervical, más del 80% viven en América Latina y el Caribe, especialmente en comunidades rurales y marginadas. En 2018, los gobiernos de la región adoptaron un plan ambicioso para eliminar el cáncer cervical, reconociendo que sin una acción coordinada y multisectorial, los casos y las muertes aumentarían dramáticamente debido al crecimiento poblacional, los cambios demográficos y de comportamiento.

La oportunidad de eliminar el cáncer en las Américas

Jarbas Barbosa, director de la OPS, fue uno de los oradores principales en el panel. Según Barbosa, la región de las Américas tiene una larga trayectoria en la eliminación de enfermedades: «Fuimos la primera región en eliminar la poliomielitis, el sarampión y otras enfermedades», señaló, recordando los logros históricos de la OPS. Esto le permite ser optimista sobre la posibilidad de eliminar el cáncer cervical en la región. Barbosa destacó que actualmente hay 48 países y territorios en las Américas que utilizan la vacuna contra el VPH, cubriendo al 94% de las niñas, y que espera que los tres países restantes se sumen pronto.

«Creo firmemente que podemos ser la primera región en el mundo en eliminar el cáncer cervical», afirmó Barbosa. El director de la OPS enfatizó que la disponibilidad de la vacuna, combinada con las estrategias de detección temprana y tratamiento, hacen que la eliminación de este cáncer sea un objetivo alcanzable.

Sin embargo, Barbosa también destacó la importancia de la equidad en este esfuerzo: «No es un número aleatorio. Estas mujeres son de comunidades en barrios marginales de las grandes ciudades, áreas rurales y poblaciones indígenas». Es decir, la lucha contra el cáncer cervical no solo debe centrarse en la tecnología, sino en garantizar que todas las mujeres, independientemente de su ubicación o estatus socioeconómico, tengan acceso a los mismos recursos y oportunidades de prevención y tratamiento.

España y su papel en la lucha global

España ha sido un actor clave en la lucha global contra el cáncer cervical. Mónica García, ministra de Salud de España, habló sobre los esfuerzos nacionales e internacionales de su país para mejorar el acceso a la prevención y tratamiento de esta enfermedad. García señaló que el cáncer cervical es «un problema de salud pública global que requiere una acción coordinada entre países basada en la cooperación y el reconocimiento de nuestra interdependencia». 

España ha logrado avances importantes en la vacunación contra el VPH. En los últimos 10 años, el porcentaje de niñas de 15 años que han recibido la dosis recomendada de la vacuna ha aumentado del 58% en 2012 al 80% en 2022. Desde 2023, España también ha comenzado a vacunar a los hombres, una medida que refuerza la estrategia de prevención. García anunció que, como parte de su compromiso internacional, España contribuirá con 10 millones de euros a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) para mejorar la cobertura de vacunas, capacitar a profesionales de la salud y fortalecer los esfuerzos de prevención y detección temprana en la región de las Américas.

«Las reuniones y asociaciones como estas son esenciales para asegurar que el progreso hacia la eliminación del cáncer cervical tenga un impacto global y que también se reduzcan las disparidades entre países» declaró García, destacando la importancia de la cooperación internacional para lograr objetivos de salud global. Además, enfatizó la necesidad de estudiar las barreras que enfrentan los países y de trabajar en su eliminación para que todos los países de la región puedan avanzar hacia la eliminación del cáncer cervical.

Un hito en la colaboración global

Una de las contribuciones más significativas de la cumbre fue el reconocimiento de la importancia de las alianzas entre gobiernos, organizaciones internacionales, la sociedad civil y el sector privado. Fiona Lane Mitchell, directora de inmunizaciones de la Fundación Bill y Melinda Gates, subrayó que la colaboración es la clave para superar los desafíos que aún persisten.

«Este no es un sueño inalcanzable. Es algo que absolutamente podemos lograr» aseguró Mitchell, destacando la efectividad de la vacuna contra el VPH, que tiene una eficacia superior al 95%. En 2023, la OMS y la OPS recomendaron la administración de una vacuna de dosis única, una medida que ha sido adoptada por 58 países, incluido México.

«Tenemos todo lo que necesitamos, solo háganlo» fue el llamado de Mitchell, recordando las lecciones aprendidas de campañas anteriores de erradicación de enfermedades como la viruela y la poliomielitis. Mitchell también agradeció a la OPS por su liderazgo histórico, que ha servido como modelo para otras regiones del mundo: «La OPS estableció en las Américas lo que el resto del mundo luego emuló». La eliminación del cáncer cervical, según Mitchell, es «una cuestión de voluntad y compromiso, no de falta de herramientas», y requiere una acción decisiva y rápida.

Los pilares para la eliminación del cáncer cervical

A lo largo del panel, se mencionaron varios elementos clave que deben fortalecerse para lograr la eliminación del cáncer cervical. Primero, mejorar la cobertura de vacunación. Como mencionó García, «cualquier estrategia de eliminación debe medir su éxito en función de su impacto en la reducción de las desigualdades en salud». Esto significa que los esfuerzos no solo deben centrarse en aumentar el número de personas vacunadas, sino en asegurar que aquellos en las comunidades más vulnerables también tengan acceso a las vacunas.

En segundo lugar, se destacó la importancia de aumentar la participación en los programas de detección temprana. «Sabemos que las personas con menores ingresos tienden a participar menos en actividades preventivas», explicó García. Esto resalta la necesidad de implementar estrategias que aborden las barreras económicas, sociales y culturales que impiden la participación de estas poblaciones en programas de detección.

Finalmente, la equidad fue un tema central en la discusión. Jarbas Barbosa subrayó que la lucha contra el cáncer cervical no será exitosa si no se abordan las disparidades que existen tanto entre países como dentro de ellos. «Tenemos algunas pruebas que permiten la autoadministración, lo cual es un gran avance para las mujeres», mencionó Barbosa, aunque señaló que el alto costo de estas pruebas impide que muchos países las implementen a gran escala.

Un futuro libre de cáncer cervical

El panel concluyó con una nota de optimismo, pero también con un sentido de urgencia. La eliminación del cáncer cervical está al alcance, pero requiere un esfuerzo concertado y una voluntad política firme. «No pongamos más barreras, eliminémoslas», fue el llamado final de Fiona Lane Mitchell, recordando a los presentes que la historia ha demostrado que, cuando hay compromiso y colaboración, las metas más ambiciosas pueden alcanzarse.

El cáncer cervical es una enfermedad prevenible y tratable. Las herramientas están disponibles, los recursos se están movilizando y el compromiso global está creciendo. Ahora es el momento de actuar. Las Américas tienen la oportunidad de liderar al mundo en la eliminación de esta enfermedad devastadora, y los pasos dados en esta cumbre son una señal clara de que ese futuro libre de cáncer cervical es posible.

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