El dolor abdominal de mi hijo: ¿Ciencia o Ficción?
Por: Dra. Wihelma Echevarría Cortés Gastroenteróloga Pediátrica Certificada por el ABP en Pediatría y Gastroenterología Pediátrica Secretaria AGHPPR
A menudo los padres se preguntan si a su hijo(a) le duele el abdomen porque tiene un virus estomacal o porque comió demasiada pizza; si tiene apendicitis o si es el estrés provocado por el examen que tiene mañana en la escuela; si es porque no le gusta lo que hay de comida o si tiene una úlcera estomacal. Descifrar la causa del dolor abdominal de su hijo puede ser muy difícil, tanto para usted como para su médico.
Los estudios han demostrado que el dolor abdominal es un problema bien común. De un 25 a un 75% de los niños y adolescentes en edad escolar se quejan de dolor abdominal en algún momento en el año, y casi 1 en 5 siente el dolor en al menos 6 ocasiones en este mismo periodo de tiempo.
Se denomina dolor abdominal recurrente (DAR) al dolor de abdomen que se ha presentado en más de 3 ocasiones por al menos 3 meses. Este dolor puede ser leve o severo, de corta o larga duración, ubicado en cualquier parte del abdomen, e interfiere con la rutina diaria del niño. El dolor puede ocurrir todos los días o puede ser intermitente. Puede ocurrir en cualquier parte del abdomen, y usualmente diferenciamos el dolor de acuerdoa su localización con relación al ombligo (arriba, alrededor o debajo del ombligo).
En ocasiones se puede encontrar una causa orgánica para los síntomas que presenta el niño. En estos casos hay una enfermedad obvia que puede ser demostrada mediante la evaluación médica, laboratorios o estudios radiográficos o invasivos. Ejemplos de causas orgánicas de DAR lo son las úlceras estomacales o duodenales, infecciones (intestinales, urinarias o ginecológicas, etc.), Enfermedad Inflamatoria del Intestino (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa), alergias severas a comidas, entre otros.
Por otra parte, la mayoría de los casos de DAR no presenta una causa obvia aparente, y a estos se les denomina dolor abdominal funcional. Es importante recalcar que esto no significa que el niño no está presentando síntomas reales. De hecho, es raro que un niño finja sentir dolor. Sin embargo, la falta de anomalías obvias en las pruebas realizadas usualmente lleva a un sentido de frustración y ansiedad en el niño y sus padres.
Algunas de las causas más comunes de DAR son el Síndrome de Colon Irritable (IBS por sus siglas en inglés) y la dispepsia funcional. En ambas condiciones se postula que el sistema digestivo del niño afectado está “hipersensible” a estímulos y estresores comunes y corrientes. En los casos de dispepsia, el dolor es principalmente en la porción superior del abdomen. En IBS el niño puede sentir dolor abdominal difuso, nauseas, vómitos, flatulencia, estreñimiento y/o diarreas en momentos de ansiedad o emociones fuertes.
Otra causa común de DAR es el estreñimiento crónico. Muchas veces los niños con estreñimiento llevan mucho tiempo padeciendo de este problema antes de que se haga evidente a los padres. En estos casos el dolor suele estar localizado alrededor del ombligo. Un régimen de dieta alta en fibra junto con medicamentos suavizadores de excreta es altamente efectivo para resolver el problema.
Existen unas señales que nos deben alertar en un niño que presente DAR, y ameritan evaluación por un gastroenterólogo pediátrico. Entre estas señales se encuentran:
- Pérdida de peso
- El dolor despierta al niño de su sueño
- Sangre en el vómito o la excreta
- Fiebre
- Vómitos persistentes
- Dolor en las articulaciones
- Erupciones en la piel
- Rezago en el crecimiento
- Dificultad al tragar
- Historial familiar de úlceras estomacales o duodenales (en la familia inmediata)
- Historial familiar de enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa
Dependiendo del historial y los hallazgos físicos del niño, el gastroenterólogo pediátrico decidirá cuáles laboratorios o estudios ordenará. Si lo estima necesario realizará estudios endoscópicos para alcanzar un diagnóstico acertado.
Si durante la evaluación del niño con DAR se encuentra una causa específica, el médico decidirá cuál tratamiento es el apropiado. Este puede incluir, entre otros, medicamentos que disminuyan el ácido estomacal y/o suavizadores de excreta. También en ocasiones se requiere la ayuda de un psicólogo para que evalúe los estresores del niño y fomente las capacidades del niño para manejar estos estresores sin que les afecte el sistema digestivo.
Es bien común que los niños con dolor abdominal recurrente se sientan malentendidos y aislados del resto de sus compañeros. Es la responsabilidad de los padres y del médico lograr que el niño con DAR se reintegre a sus funciones diarias lo antes posible. Si bien es cierto que el niño no debería sentirse como que sus síntomas no son importantes, también es vital no permitir que sus síntomas controlen la vida del niño y su familia.