Dermatitis atópica: la “enfermedad muy triste y difícil” que afecta al 15% de los puertorriqueños
Desafortunadamente, la dermatitis atópica sigue siendo bastante común entre los puertorriqueños. Así lo advirtió el doctor José González Chávez, dermatólogo, quien dio a conocer que la incidencia de esa condición dermatológica en la isla es del 15 por ciento.
“La dermatitis atópica ha sido una enfermedad muy triste y difícil de manejar por muchísimos años. Ha tomado muchísimo tiempo a los científicos poder entender cuál es la patofisiología y el trastorno inmunológico que está detrás del desarrollo de las manifestaciones clínicas de esta enfermedad, cuya prevalencia en nuestro país está en alrededor de un 15% de la población”, dijo el doctor en diálogo con BeHealth.
De acuerdo con el destacado galeno, esta condición de la piel es “genéticamente predeterminada, de las cuales entendemos que existen muchos o varios genes detrás de ella y que además de eso hay unos factores ambientales que incluyen el polvo del Sahara, la vegetación, la industria y los contaminantes en el aire, que ayudan a desencadenar los periodos de exacerbación o de recaídas que estos pacientes presentan”, explicó.
Los factores adversos
La literatura médica ha descrito que esta condición suele ser bastante grave porque, no solo genera picor e inflamación de la piel, sino que puede causar otros molestos síntomas que, si no se tratan a tiempo, pueden afectar la calidad de vida de los pacientes.
“Los pacientes que padecen de dermatitis atópica pueden padecer de asma bronquial, esofagitis eosinofílica, condiciones oftalmológicas, depresión, conjuntivitis, rinosinusitis y otras condiciones que sabemos que están interrelacionadas al mismo trastorno genético”, alertó.
Inclusive, el doctor aseguró que ciertas poblaciones del mundo son más propensas a esta condición, como por ejemplo los ciudadanos que viven en “países industrializados”.
“Curiosamente, nosotros estamos en el mismo primer grupo de de incidencia alta, que es comparable con los estados de Estados Unidos, donde mayormente la prevalencia de la enfermedad es similar a la de Puerto Rico y estriba como en un 15% de la población”, alertó.
La incidencia
Desde el principio de este siglo, según dijo el Dr. González, se ha venido realizando una investigación exhaustiva para conocer más de esta condición. ¿Qué se ha encontrado? “Sabíamos que habían unos trastornos inmunológicos, no sabíamos exactamente cómo esto se iniciaban, pero sí reconocemos las lesiones, aunque muy variables, de paciente a paciente, y de una manera que se expresaba muy diferente entre familiares”, explicó.
Entonces, el doctor reiteró que la genética suele ser muy común en estos pacientes, es decir, si uno de sus progenitores tuvo dermatitis atópica, lo más probable es que sus hijos también la desarrollen, así como otras patologías relacionadas con la condición.
“Si por ejemplo una madre padecía de asma y a lo mejor no padecía de dermatitis atópica, su hijo o hija padece de dermatitis atópica y no de asma, o sea, en genética eso se le llama expresividad variable y por lo tanto una persona puede padecer de dermatitis atópica leve, puede padecer de dermatitis atópica, moderada, severa y además puede pasar de un grado de severidad leve a uno severo. Porque la enfermedad, aunque usualmente se comienza en las primeras dos décadas de vida, sabemos que puede iniciarse tan tan lejos como la octava década de vida”, dijo.
Las edades
Esta condición, según el doctor, es más difícil de diagnosticar en los adultos, contrario a los pacientes pediátricos. ¿Por qué?
“Estamos acostumbrados a ver muchos más niños que adultos con esta enfermedad, entonces podemos rápidamente diagnosticar la enfermedad en niños, pero aún así el diagnóstico no es fácil. En los casos más obvios uno puede hacer un diagnóstico visual, pero en algunos casos más complicados se puede confundir con otras enfermedades de la piel, como son las dermatitis alérgicas de contacto, los linfomas de piel, la psoriasis, erupciones medicamentosas y aún en la en las manos más expertas pueden haber situaciones donde puedan traer dudas que requieran algunas evaluaciones, incluyendo biopsias de piel para hacer el diagnóstico”, analizó.
Las manifestaciones
No solo a nivel bronquial y dermatológico. Existen otras anomalías derivadas del eccema como “impétigo. Las crónicas parecen como si fuera psoriasis. O sea que aún siendo la misma lesión, la variación en severidad trae diferentes diagnósticos diferenciales”, determinó, a su vez que advirtió qué más podrían vivir los pacientes con este trastorno dermatológico.
“La más común de estas bacterias relacionadas con la dermatitis es el estafilococo, causando impétigo. ¿Qué sucede? Estas manifestaciones pueden afectar diferentes áreas del cuerpo: la cara puede ser un caso extremadamente difícil y, aunque no es una superficie corporal extensa, es una superficie corporal importante”, aseguró.