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Dengue: la nueva pandemia silenciosa agravada por el cambio climático

El dengue, una enfermedad tropical transmitida por mosquitos, está experimentando un aumento alarmante a nivel mundial. Este brote se está viendo impulsado por el cambio climático y la expansión de los mosquitos Aedes aegypti, poniendo a prueba la infraestructura sanitaria de numerosos países.

En lo que va del año, se ha registrado un récord de 10 millones de personas infectadas con dengue, un aumento sin precedentes que los científicos atribuyen en parte al cambio climático. Las temperaturas globales en aumento han acelerado los ciclos de vida y ampliado los rangos de los mosquitos que transmiten el dengue, propagando el virus a aproximadamente una de cada 800 personas en el planeta solo en los últimos seis meses.

Impacto en la infraestructura sanitaria

El aflujo de pacientes ha abrumado a los hospitales desde Brasil hasta Bangladesh, evocando los peores días de la pandemia del coronavirus. Puerto Rico, por ejemplo, declaró una emergencia de salud pública esta primavera, con más casos de dengue reportados en los primeros cinco meses de 2024 que en todo el año pasado. Los funcionarios de salud pública se están preparando para que el virus aparezca en regiones más templadas, incluidas las porciones más al sur de los Estados Unidos.

También, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advirtieron sobre un aumento en el riesgo de infecciones por dengue en los Estados Unidos, instando a los médicos a estar alertas ante la enfermedad cuando traten a pacientes febriles que hayan viajado a lugares con transmisión de dengue.

A pesar de la crisis actual, el dengue sigue siendo una de las enfermedades tropicales más desatendidas del mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tres de cada cuatro casos son leves o asintomáticos, lo que dificulta el rastreo de la enfermedad. Además, el virus tiene cuatro variedades o serotipos, lo que significa que la inmunidad natural después de una infección no protege contra futuras infecciones con otros tipos. De hecho, el riesgo de complicaciones graves puede aumentar con infecciones secuenciales de diferentes serotipos.

Consecuencias de una enfermedad sin cura

No hay cura para el dengue, que en casos graves puede llevar a la fuga de plasma de las venas, hemorragias internas, insuficiencia orgánica y, en raras ocasiones, la muerte. La vacunación contra el dengue es complicada y limitada. En los Estados Unidos, la única vacuna disponible es para niños de 9 a 16 años que ya han sido infectados con dengue, quienes son más vulnerables a la hospitalización. Sin embargo, esta vacuna no estará disponible después de 2026.

La crisis en Puerto Rico es una señal de advertencia para el resto de Estados Unidos. Demuestra qué tan rápido un brote puede metastatizar en comunidades con infraestructura frágil, sistemas de salud insuficientemente financiados y temperaturas que se calientan con cada año que pasa. Sin una acción drástica para controlar el virus y frenar el cambio climático, las investigaciones sugieren que unos 2 mil millones de personas adicionales en todo el mundo podrían estar en riesgo de dengue en los próximos 50 años.

Impacto del calentamiento global en el dengue

El aumento de las temperaturas globales ha sido un beneficio para el Aedes aegypti, que puede transmitir enfermedades a temperaturas más altas que otras especies de mosquitos. Los experimentos de laboratorio han demostrado que las condiciones más cálidas pueden hacer que el mosquito crezca más rápido, muerda a más personas y ponga más huevos. Además, el calor hace que el virus del dengue sea más infeccioso y permite que se replique más rápido dentro de sus anfitriones.

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Los modelos y datos del mundo real muestran que estos mosquitos pueden transmitir el dengue a temperaturas que van desde los 17.78 a 34.5 grados Celsius, condiciones que se encuentran en Puerto Rico todos los meses del año. Aunque esta especie se encuentra en varios estados de EE.UU., la predilección del mosquito por el calor ha limitado históricamente el alcance del dengue. Sin embargo, los funcionarios están cada vez más preocupados de que las temperaturas en aumento puedan sentar las bases para más brotes en los Estados Unidos.

En regiones tropicales de América Latina, África y Asia, donde el dengue una vez circulaba principalmente durante los meses de verano, una estación cálida que se alarga está convirtiendo la enfermedad en un fenómeno durante todo el año. El clima cambiante está permitiendo que el dengue infiltre regiones templadas y comunidades de gran altitud donde nunca se ha encontrado.

Nepal, que no había visto ningún caso de dengue antes de 2004, ha registrado más de 50,000 casos en cada uno de los últimos dos años. Mauricio y Chad han experimentado sus primeros brotes significativos en los últimos 12 meses. Mientras tanto, Italia, Francia y España documentaron docenas de casos de transmisión local del virus en 2023, lo que sugiere que la enfermedad puede estar ganando terreno en lugares donde antes el frío invernal la mantenía a raya.

Además de las temperaturas en aumento, las sequías inducidas por el clima pueden impulsar a las personas a acumular agua, creando más hábitat para los mosquitos. Los huracanes y las inundaciones crecientes también producen agua estancada, al mismo tiempo que obligan a las personas a abandonar sus hogares y aumentan su exposición a los mosquitos.

Vacunas contra el dengue

El hecho de que el virus del dengue tenga múltiples serotipos y un mecanismo inusual para causar enfermedades graves lo hace especialmente complicado de combatir. Una infección con un tipo genera anticuerpos que protegen a una persona de futuras infecciones con esa variedad, pero esos mismos anticuerpos pueden unirse a virus de un serotipo diferente, facilitando su entrada y causando una enfermedad más grave.

Dengvaxia, desarrollada por la empresa francesa Sanofi, es la única vacuna aprobada para su uso en Estados Unidos. Protege contra los cuatro tipos de dengue y está aprobada para niños de 9 a 16 años que viven en áreas de alto riesgo, como Puerto Rico. Sin embargo, el régimen de tres dosis y el requisito de una infección de dengue confirmada en laboratorio dificultan su administración en comunidades vulnerables.

En mayo, la OMS amplió el uso de una segunda vacuna, Qdenga, desarrollada por la compañía japonesa Takeda. Esta vacuna está recomendada para niños de 6 a 16 años y solo requiere dos dosis, independientemente de infecciones previas. Sin embargo, la compañía retiró su solicitud de la Administración de Alimentos y Medicamentos en julio de 2023 debido a problemas de recopilación de datos.

Una tercera vacuna, desarrollada por los Institutos Nacionales de Salud, aún está en ensayos clínicos y no estará disponible en los Estados Unidos por al menos unos años.

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Redacción BeHealth

Grupo multimedios especializado en promover la preservación de la salud física, mental y emocional.

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